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Javier Milei habló en la Rural y anunció una baja en las retenciones, tal como reclamaba el campo

Javier Milei habló en la Rural y anunció una baja en las retenciones, tal como reclamaba el campo

El Presidente encabezó el acto de inaguración, sin la vicepresidenta Victoria Villarruel. En el arranque califico a las retenciones como "nefastas". Las cargas a la soja pasarán del 33% al 26%.

Tal como se esperaba, el presidente Javier Milei anunció este sábado una baja en las retenciones al campo. En concreto a la soja, a la carne, al maíz, al sorgo y al girasol. Lo hizo en la inauguración de la la 137° Exposición Rural de Palermo donde calificó a las retenciones como “nefastas y siniestras”.

Milei puntualizó que las exportaciones de soja bajarán desde hoy del 33 al 26 por ciento, los subproductos de soja del 31% al 24,5%, las del maíz del 12 a 9,5, las de la carne –vacuna y aviar– de 6.75 al 5, las de sorgo del 12 al 9,5 y las de girasol del 7 al 5,5.

“De la catarata de problemas, sólo queda el yunque más pesado. Las retenciones. Por eso quiero hacer un importante anuncio sobre este gran flagelo que nunca debería haber existido”, dijo el Presidente.

El anuncio, como era previsible, cosechó un fuerte aplauso. Sin embargo, pareció que los porcentajes anunciados no fueron suficientes como arrancar una ovación como si lo hizo cuando calificó como “presidiaria” a Cristina Fernández de Kirchner.

El presidente Javier Milei habla en la Expo de la Sociedad Rural Argentina (SRA) donde anunció una baja

Poco antes, el titular de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino, hizo hoy un duro reclamo para que “de una vez por todas” el gobierno elimine las retenciones a las exportaciones agropecuarias. Lo escuchaban en primera fila el Presidente su hermana Karina, y el ministro de Economía, Luis Caputo.

Al hablar ante la Sociedad Rural, Milei sostuvo: “Buscamos dar impulso al campo, fuertemente castigado por estos impuestos en los últimos 20 años. Repito, estas reducciones son permanentes y no tendrán vuelta atrás mientras yo esté en el gobierno. Eliminar las retenciones es una obsesión para nuestra gestión y hemos hecho muchos avances en esa dirección”.

Según explicó el Presidente, la medida “redunda en una reducción de retenciones de las alícuotas para las cadenas de granos del 20% y una reducción de retenciones en la cadena de ganado y carnes del 26% que será permanente y lo cual busca dar impulso al campo, el sector con mayor productividad en la economía y fuertemente cantados puestos en los últimos 20 años”.

La gran ausente fue, también como se esperaba, la vicepresidenta Victoria Villarruel. Sí estuvo en primera fila el jefe de Gobierno, Jorge Macri, a quien el Presidente volvió a negarle el saludo, como hizo en el acto por el 25 de mayo.

Villarruel no estuvo presente pero el Presidente no la olvidó. Sin nombrarla, volvió a criticarla por haber pedido un recorte en el presupuesto de la SIDE y los gastos en viajes oficiales. “Dice que con un gasto de 17 mil millones de dólares anuales puede ser financiado con un recorte de 30 millones en la SIDE, que ahora quiere desfinanciar pero hasta hace muy poquito querían manejar, cuando en realidad se necesitaría un recorte 570 veces más grande”,.

Ante un auditorio expectante por el anuncio de medidas, el Presidente volvió a sus ataques sobre la justicia social y calificó como “parásito mental” a los derechos sociales. A pesar de la pausa que hizo en ese punto, los aplausos llegaron tibios mientras el canciller Gerardo Werthein aparecía bostezando en la transmisión oficial.

En el palco también se ubicaron el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y los ministros de Seguridad, Patricia Bullrich y de Defensa, Luis Petri, ademas del vocero Manuel Adorni.

Milei dejó en claro que la baja de las retenciones no compiten con su obsesión por el déficit fiscal: “Es importante tener presente que esto es únicamente gracias al superávit fiscal que hemos conseguido, que lo cuidamos como agua en el desierto ante los embates sistemáticos de la casta política”, dijo.

Un reclamo atendido

Poco antes, el titular de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino, pidió que “se continué reduciendo al carga impositiva para liberar nuestra capacidad productiva. Esto incluye, ante todo, eliminar las retenciones, pero también eliminar las superposiciones impositivas”.

En su discurso, Pino, quien mantiene una relación estrecha con Milei, señaló que el sector agropecuario tiene muy claro “a qué lugar no queremos volver”, en alusión al kirchnerismo. La mención a la gestión anterior provocó el primer aplauso de la gente en las gradas. Además, apuntó a provincias y municipios por las altas cargas impositivas.

Nicolás Pino, titular de la Sociedad Rural, saluda a Javier Milei, en el acto de Palermo. A la izquierda, el jefe de Gobierno, Jorge Macri, a quien el Presidente volvió a negar el saludo.

“En el campo no nos cansaremos de decir que son un impuesto injusto, confiscatorio, con alícuotas obscenas que llegan al 33% del precio de mercado de nuestros productos. Son discriminatorias con respecto a los demás sectores económicos del país, y desalientan la producción agropecuaria”, dijo Pino en uno de los tramos más aplaudidos.

“Si tuviésemos las condiciones adecuadas, podríamos producir el doble”, afirmó el dirigente del ganadero, quien pidió que el Gobierno nacional “continúe reduciendo la carga impostiva”.

“Tenemos que reconocer los avances logrados hasta acá y marcar lo que hace falta”, agregó Pino y garantizó que el campo “siempre será parte de la solución, y nunca parte del problema”.

“El campo no es un aliado partidario, es exclusivamente un aliado de la Argentina”, aclaró.

Milei vuelve a La Rural con la presión del campo para que se bajen o eliminen las retenciones

Milei vuelve a La Rural con la presión del campo para que se bajen o eliminen las retenciones

El libertario encabeza la inauguración formal de la feria de Palermo, que finaliza mañana. Se especula con baja de impuestos en un tipo de carne y algunos granos. Su "entrada triunfal" y el recuerdo del mate.

Hace un año Javier Milei entró a la pista central de La Rural saludando desde el techo de una camioneta negra. Luego caminó hasta el palco principal y se sentó entre Nicolás Pino, el titular de la entidad rural, y Jorge Macri. Recibió mates de María Belén Ludueña, la pareja del jefe de gobierno porteño: su manera de chupar la bombilla denotaba que era la primera vez en su vida que tomaba mate. Cuando le tocó subir al estrado y tomar el micrófono, el libertario apenas hizo anuncios, agradeció el apoyo del sector y no mucho más. Este sábado el Presidente vuelve a la feria de Palermo y los chacareros esperan gestos más contundentes: que se reduzcan o –directamente– se eliminen todas las retenciones.

Hoy Milei entrará en un vehículo de época descapotable –sería el primer jefe de Estado en hacerlo así en 25 años– y ya puso sobre la mesa la promesa de oficializar algunas reducciones a impuestos, pero para un tipo de corte de carne y granos específicos. La soja, al perecer, deberá esperar.

El acto inaugural es de 11 a 13.30. “Esperemos las palabras del presidente. Seguramente será un discurso que estará en la tapa y en todos los medios”, dijo el jueves el vocero presidencial Manuel Adorni. Ratificó que la eliminación de las retenciones “es uno de los grandes próximos objetivos” del gobierno, pero no dijo cuándo. Casi en simultáneo el ministro Luis Caputo recorría La Rural y esquivó dar declaraciones incómodas: “Dejemosle los anuncios al presidente”, se atajó. Ayer el ministro se enojó porque la tapa de Clarín lo mostró justo tomandose la cabeza al lado de Pino y con el título: “El campo, un dolor de cabeza para Caputo”.

También el jueves la presión por los gravámenes llegó a la Casa Rosada desde las provincias. Tres gobernadores de provincias agrícolas como Martín Llaryora (Córdoba), Maximiliano Pullaro (Santa Fe) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos) pidieron explícitamente “el fin de las retenciones y más federalismo”. “Hay que tener paciencia”, planteó Caputo en otro momento en La Rural.

Dos días antes, el martes, Milei fue personalmente a Palermo para encontrarse cara a cara con los referentes de la Mesa de Enlace. Estuvo dos horas y les dijo que las retenciones no bajarán en el corto plazo debido a las restricciones presupuestarias del Gobierno, pero prometió que en algún momento las eliminará. “Lo que surge de esta reunión es que él entiende la situación y tiene foco directo sobre retenciones, pero no hay para repartir”, señaló el vicepresidente de la SRA, Marcos Pereda.

El mismo dirigente anticipó luego lo que podría ser noticia hoy: “Se habla de una baja de retenciones a la exportación de carne de novillo. Sería un gesto para un sector, que además representa un bajo costo fiscal: menos de USD 200 millones por año”, dijo Pereda, que atraviesa una interna aparte con Pino y podría reemplazarlo en la próxima gestión al frente de la Rural. El directivo aclaró, sin embargo, que “los hombres de campo están esperando novedades para los granos, porque ahí está el gran freno para el sector”.

Frigerio, Pullaro y Llaryora, este jueves, en Córdoba, donde reclamaron la eliminación de las retenciones.

Por Palermo ya pasaron también la vice Victoria Villarruel –que también fue invitada hoy, en medio de su tensión con Milei– y los ministros Patricia Bullrich, de Seguridad; Luis Petri, de Defensa, y Sandra Pettovello, de Capital Humano.

Las autoridades de la SRA, junto a dirigentes de otras entidades de la Mesa de Enlace, también recibieron un grupo de legisladores de la provincia de Buenos Aires de diferentes bloques para analizar “la ley fiscal y la legislación impositiva” y otros temas que preocupan al sector, como una reforma a la ley de fitosanitarios, la situación de los caminos rurales, y la seguridad rural.

Otros reclamos del campo son la restitución de programas técnicos como el ProHuerta, el Fondagro y el Fondo Algodonero, la eliminación del Consejo Directivo del INTA y del Instituto Nacional de la Agricultura Familiar. A eso se suman el rechazo a los cambios en la barrera sanitaria patagónica y la disolución de organismos clave como el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), el Instituto Nacional de Semillas (INASE) y la agencia reguladora del cáñamo y el cannabis medicinal.

Semanas atrás fue el Presidente el que recibió a los dirigentes del campo en la Quinta de Olivos: compartió un almuerzo con Pino, pero también con Andrea Sarnari (Federación Agraria), Lucas Magnano (Coninagro) y Carlos Castagnani (CRA). Fue la primera vez que el mandatario mantuvo un encuentro formal con la Mesa de Enlace.

“Tienen el punto rojo en la frente que, en cuanto pueda, les voy a sacudir con todo”, les dijo Milei sobre las retenciones. Entre el 27 de enero y el 30 de junio de este año, el Gobierno redujo las retenciones de manera temporal. La soja, por ejemplo, pasó de tributar 33 a 26%, el maíz, el trigo y la cebada de 12 a 9,5% y el girasol de 7 a 5,5%. Luego de ese plazo, los impuestos a las exportaciones volvieron a su valor anterior.

Sobre esos ítems es que el campo quiere de Milei señales claras. La expectativa es qué dice el libertario luego de su “entrada triunfal” a la pista central de la Rural este sábado.

MC

Efecto Shein en las importaciones: hasta Boca y River ya traen camisetas desde Brasil

Efecto Shein en las importaciones: hasta Boca y River ya traen camisetas desde Brasil

Se triplican las compras online desde el exterior, sobre todo de las marcas chinas de precios ultrabajos. También aumenta la importación por parte de fabricantes locales. El Gobierno abre las puertas, mientras EEUU., Europa, Brasil y México se cierran para proteger el trabajo, el medio ambiente y la salud de los consumidores.

Shein y Temu, dos gigantes chinos del e-commerce, están revolucionando la moda con diseños atractivos y precios muy bajos: hasta un tercio de lo que se paga en los locales de Avellaneda, ya más baratos que los shoppings. Mientras muchos países restringen sus productos, en la Argentina de Milei se les abrió la puerta sin trabas. Pero la “ultra fast fashion” no solo golpea a la industria textil local, sino también a las importaciones en general. Un ejemplo: Adidas ya trae desde Brasil parte de las camisetas de Boca y River, aunque la mayoría aún se fabrica en el país.

Siete de cada diez prendas consumidas en el país son extranjeras. Las importaciones llegan por tres vías: las que hacen empresas - incluso las marcas nacionales-, que traen cada vez más ropa del exterior; las que adquieren los turistas que salen del país; y las que compran por comercio electrónico y llegan vía courier a sus puertas. Así es que las importaciones corporativas aumentaron 125% en los primeros cinco meses del año, unos US$264 millones, según datos de la Aduana. Pero ese valor se multiplica por cuatro o cinco cuando lo paga el consumidor final, con lo que llega a US$1.056 millones o 1.320 millones, según el economista Gustavo Ludmer, profesor de universidades como San Martín y San Andrés, y asesor de la Cámara de Indumentaria.

Ropa ultrabarata en un click: Siete de cada diez prendas consumidas en el país son extranjeras

Las compras de ropa de turistas argentinos en el exterior creció a un ritmo un poco mayor aún, más que duplicándose: un 136%, a US$1.572 millones, según información del Banco Central. Y lo que explotó son los envíos por correo, que se triplicaron, al alcanzar un alza del 211%, unos US$242 millones, según datos de Aduana. De ese total, la mitad se estima que es ropa, según Ludmer. Es decir, unos US$121 millones.

Es una proporción menor respecto de las demás vías de importación, pero se incrementan más rápido. Además, por cada dólar llegan más prendas por los precios ultrabajos de Shein y Temu, según advierte el presidente de la Cámara de Indumentaria, Claudio Descher. Tardan 20 días en llegar, incluso 30, pero el envío es gratis y se puede devolver el producto sin cargo. Temu ya trae 300.000 paquetes de todo tipo (incluye juguetes, herramientas o electrónica) por mes a la Argentina. Ya no es un “deme dos”, como en el boom importador de los 70, sino un “deme tres” o más.

Adidas fabricaba todas las camisetas de Boca y River en la Argentina, pero este año comenzó a importar una porción de Brasil como respuesta a la liberalización de importaciones del Gobierno. Todavía una mayoría de las casacas azul y oro y de la banda roja se elabora localmente. Pero a la empresa alemana le sucede lo que a la mayoría de los fabricantes locales: se combina una recesión del consumo masivo, altos costos locales –en el primer semestre el peso alcanzó su máxima sobrevaluación en diez años y ahora está un poco más depreciado pero menos que antes de la devaluación de Mauricio Macri de 2018–, una rebaja de aranceles a la importación del 35% al 20% y la liberación de impuestos a la importación de particulares puerta a puerta por hasta US$400 anuales.

La camiseta de San Lorenzo también se fabrica afuera: la encarga la empresa local Atomik en China. En la industria advierten que también algunas partidas llegan desde Ucrania, pese a los bombardeos que sufre desde Rusia. Un tercio de los trabajadores de la industria local está en blanco y dos tercios, en la informalidad. Del 30% registrado se perdió el 10% del empleo, unos 10.000 puestos, según Drescher.

La española Zara anunció que baja las persianas de 136 tiendas en el mundo.

Marcas como Vitamina y Uma cerraron. Pequeños talleres de costura se desarman. Proveedores como la hilandera TN&Platex suspendió a 80 empleados en su planta de Catamarca. La producción está 20% por debajo de 2024 y 40% inferior a 2023, según la cámara local. Los que más sufren son los trabajadores porque casi todos los empresarios se convierten en importadores, al menos para cubrir parte de la demanda. Aunque a estos últimos, no sólo industriales sino comerciantes, también les pega las compras externas de turistas y particulares por comercio electrónico vía Shein, Temu o las otras chinas Aliexpress o Hacoo, especialista en marcas falsificadas.

Shein ha logrado conquistar antes mercados como EE.UU. no sólo por el precio ultrabajo –fabrican barato en China, India, Turquía o Brasil– sino por sus nuevos diseños atractivos y propios, con cambios rápidos de modelos. Con series pequeñas de producción para adaptarse mejor al mercado, con ventas online y entregas rápidas, según Mario Quinteros, excónsul argentino en China, que vive entre ese país e Italia, y encabeza la firma Yi Consulting. Su impacto derivó en el cierre de la marca estadounidense Forever 21, mientras la española Zara anunció que baja las persianas de 136 tiendas en el mundo y la sueca H&M hace lo propio con las 28 que tenía en España. Quinteros agrega que copia el modelo de la marca sueca de muebles Ikea, entre buen gusto, bajo precio y producción en diversos países, al mejor postor. Varios de sus fabricantes antes abastecían a las grandes empresas norteamericanas y europeas.

Drescher advierte que la producción a escala china de Shein es un fenómeno que preocupa por su impacto ambiental. “Es ropa muy descartable, con emisiones masivas de dióxido de carbono, dependencia de materiales sintéticos y microplásticos, contaminación del agua y químicos tóxicos”, alerta. También hay efectos en la pérdida de divisas que supone para la Argentina y por el impacto en el empleo local. Su cámara está hablando con senadores del PRO y el peronismo para impulsar una ley anti-Shein como la que se votó este año en Francia. Es decir, su beneficio en precio para el consumidor tiene diversos impactos negativos, además de estimular el consumo compulsivo en adolescentes y adultos.

Las marcas chinas buscaron descargar los saldos no vendidos a EE.UU. en otras regiones, como América Latina y Europa. En Brasil y México ya le habían puesto aranceles meses antes. El gobierno de Claudia Sheinbaum le impuso un 19% y el de Luiz Inácio Lula Da Silva, 20% a las compras menores de US$50. Este tipo de transacciones cayeron tras el impuesto del 30% en Brasil.

Shein reaccionó elevando su fabricación en territorio brasileño: allí produce el 85% de las prendas que vende en este mercado. Así, ya copó el 60% de las ventas y abre tiendas físicas temporarias, o pop-ups, en diversas ciudades.

La ley francesa anti-Shein creó un sistema de puntuación ecológica que evalúa el impacto medioambiental de los productos vendidos por las empresas de moda rápida. Incluye las emisiones generadas, el uso de materias primas y su reciclabilidad. Las prendas pueden ser gravadas con un impuesto de hasta 5 euros. El gravamen aumentará paulatinamente hasta 10 euros en 2030. El tributo no podrá superar el 50% del precio de venta al público. La norma también incluye la prohibición de la publicidad de estas marcas de moda y sanciones para los influencers que las suelen promover en internet.

El Parlamento Europeo votó un arancel de 2 euros sobre los productos adquiridos a través de plataformas en línea de bajo costo. Además, la Comisión Europea advirtió que algunos productos de Shein son peligrosos para la salud: chupetes con piezas chicas que pueden asfixiar, impermeables infantiles con químicos tóxicos, anteojos de sol sin protección contra los rayos ultravioleta o cosméticos con sustancias prohibidas. Barreras paraarancelarias, de esas de las que se mofa el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, pero que suelen poner casi todos los países del mundo para defender a sus consumidores y a sus productores, al mismo tiempo. Por ahora, en Argentina, el efecto Shein se siente en el aumento de las importaciones, incluidas las camisetas de Boca y River.

AR/MC

“Será justicia” tiene que ser más que una fórmula

“Será justicia” tiene que ser más que una fórmula

Incorporar una perspectiva de género en la justicia no es ideología, es una obligación legal y ética, tal como afirmo la CIDH en 2018. Frente a un contexto hostil y proyectos regresivos, el Poder Judicial debe actuar sin prejuicios, con celeridad y enfocado en reparar.

Gran parte del trabajo del Poder Judicial es resolver conflictos, tensiones y controversias. Cuando estos conflictos se refieren a la vida familiar y a los vínculos afectivos, la importancia de lo que está en juego se refleja en el impacto que tiene en nuestras vidas cotidianas.

La práctica jurídica está repleta de formalismos y rituales. Algunos son obligatorios, requeridos por los propios procedimientos legales; otros solamente están enraizados en la costumbre y la reiteración. Entre estos, es usual finalizar los escritos con la síntesis de lo que se solicita al juzgado o tribunal (el ‘petitorio’) y luego se inserta la fórmula que se repite como un mantra: “resolver de conformidad, será justicia. Traducido, es un pedido para que evalúen los argumentos, se consideren las pruebas, se analice su impacto en el caso y se responda a la solicitud porque de esa manera “se hará justicia”.

La extensión de los procesos, las barreras multiplicadas por la distancia que separa a la mayoría de las personas de los lugares donde se desarrollan los procesos judiciales, los costos económicos y personales, se agravan por la opacidad de los procedimientos y las demoras en resolver los temas que se plantean. Muchas personas y organismos dentro del sistema de administración de justicia son conscientes de la necesidad de acercar el servicio a la población y hacen esfuerzos en ese sentido, aún cuando saben que todavía no alcanzan.

Incorporar una perspectiva de género en el proceso judicial fue una de las estrategias para abordar los sesgos de un sistema que tendía (y todavía lo hace) a desestimar la palabra y las experiencias de las niñas, niños, adolescentes y mujeres, aplicando de manera defectuosa el derecho, tomando decisiones sesgadas, basadas en preconceptos y prejuicios.

Lejos de significar que “juzgar con una perspectiva de género” le da automáticamente la razón a las mujeres, implica que debe asegurarse analizar las pruebas, los argumentos y los contextos de una manera que tome en consideración las distintas miradas y posiciones.

Este es el consenso de la comunidad internacional, tal como muestra el pronunciamiento de la Cumbre Judicial Iberoamericana, que sostiene que el deber de incorporar la perspectiva de género en la administración de justicia “implica hacer realidad el derecho a la igualdad. Responde a una obligación constitucional y convencional de erradicar la discriminación por medio del quehacer jurisdiccional para garantizar el acceso a la justicia y remediar, en un caso concreto, situaciones asimétricas de poder” contribuyendo a la construcción de un Estado “respetuoso de los derechos humanos” (Comisión Permanente de Género y Acceso a la Justicia de la Cumbre Judicial Iberoamericana, 2023).

Pero lo cierto es que el actual contexto de fuerte polarización en América Latina (aunque no solo en esta región) se enfoca en ciertos temas que van tensando las agendas: la economía, la seguridad y los valores culturales.

En su reciente libro ¿Ideología de género? Disputas políticas sobre la diferencia sexual, Marta Lamas (2025) repasa un devenir de posicionamientos políticos contra la perspectiva de género o “ideología de género” que avanza en la región desde hace más de una década. La antropóloga mexicana recupera una serie de ejemplos de América Latina, Europa y Estados Unidos para trazar un panorama de gran preocupación, con consecuencias muy concretas. En su libro, Lamas afirma que “la consecuencia es un aumento de ambientes muy agresivos en varias universidades y una atmósfera hostil que está forzando a muchas académicas a cambiar sus líneas de trabajo. El objetivo de los ataques de todo tipo contra los estudios de género es el de desprestigiarlos y ponerlos por fuera de la ley”.

Ya en el año 2018, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) advirtió con preocupación sobre estos intentos en la región, en los que se impugnaba el uso de la perspectiva de género con referencias peyorativas como “teoría y/o ideología de género”. La CIDH resaltó que “la perspectiva de género no es una 'teoría', mucho menos una 'ideología', sino (...) una herramienta clave para combatir la discriminación y la violencia contra las mujeres y contra las personas con orientaciones sexuales e identidades de género diversas; y un concepto que busca visibilizar la posición de desigualdad y de subordinación estructural de las mujeres a los hombres en razón de su género” .

El sistema de administración de justicia cumple un rol fundamental en la defensa y la protección de los derechos de las personas. Más aún en contextos de desarticulación de políticas de protección de la violencia por razones de género, deslegitimación de las conquistas feministas y aumento de las desinformaciones en estas agendas, es fundamental contar con el Poder Judicial como espacio de protección, reparación y cuidado.

Surge ahora como una preocupación de ciertos sectores la iniciativa de penalizar de manera agravada lo que consideran “falsas denuncias” vinculadas con violencia de género. Es posible que un hecho que se denuncia no pueda probarse en juicio. Eso no quiere decir que sea mentira o que se haya planteado una “falsa denuncia”. En todo caso, para evitar generar más dolor y para reparar los daños a quienes son víctimas, ya sea de una situación de violencia o una denuncia falsa, hay que mejorar los tiempos y procesos judiciales. Este proyecto no resuelve el problema sino que lo agrava.

El mismo Ministerio de Seguridad de la Nación afirma que los delitos contra la integridad sexual tienen un alto nivel de subregistro. Según su informe de estadísticas criminales: “Por sus características, los delitos contra la integridad sexual tienen un alto nivel de subregistro, debido a los procesos de estigmatización que sufren las víctimas. Los cambios en la percepción social sobre la violencia sexual, así como en las respuestas institucionales y en las políticas estatales, impactan en los niveles de denuncia.”

Si se aprueban los proyectos presentados, lo más probable es que menos personas se animarán a denunciar, menos testigos se atreverán a declarar, más víctimas enfrentarán represalias judiciales por atreverse a hablar. Es difícil imaginar que la consecuencia sea otra que la consolidación de un uso regresivo del derecho penal para disuadir la búsqueda de ayuda.

Amenazar con perseguir penalmente en los casos que no se logre probar que ha existido violencia, ¿contribuirá a que “sea justicia”? Antes que actuar a través de la amenaza penal, el Poder Judicial debe enfocarse en trabajar con la mayor celeridad posible, libre de prejuicios, con el foco puesto en las personas. Y desde esa perspectiva, dedicar esfuerzos para reparar los daños generados por las experiencias de violencia que (se espera, se desea) no marquen de manera indeleble las vidas de las personas.

NG/MG

Cómo la Rural de Palermo me convirtió en carnívora

Cómo la Rural de Palermo me convirtió en carnívora

La visita a la feria de Palermo dio un giro inesperado para una periodista alemana que pisa el país por primera vez. En su intento por sumergirse de lleno en las costumbres culinarias argentinas, rompió con su vegetarianismo de 13 años.

Tenía muchos planes para mi primer día en la Exposición de La Rural de Palermo, en el corazón de Buenos Aires. Quería entrevistar a ganaderos, conversar con productores, mezclarme entre los visitantes disfrazados (y no tanto) de gauchos. Pero una cosa estaba fuera de todo cálculo: romper, después de casi 13 años, con mi vegetarianismo. Pero vamos por partes.

La Rural es la feria ganadera más importante del país. Por los datos que recolecté antes de ir, supe que en 2024 hubo más de 1,5 millones de visitantes, más de 1500 animales por parte de unos 2000 productores y 421 expositores comerciales. En sus varias hectáreas se exhiben tecnologías agrícolas, productos regionales e innovaciones del sector. Se puede pasar horas degustando en los infinitos stands o disfrutando de concursos de doma y destrezas criollas con caballos en la pista central. Muchos porteños aprovechan para reconectarse con sus raíces rurales y sumergirse, por unos días, en la vida del campo. Yo también formo parte de ese grupo.

Crecí en una finca agrícola del norte de Alemania y allá no hay ferias de este tipo: sí existe la Grüne Woche, que es un poco parecida pero también totalmente diferente, porque el enfoque no está en la carne, aunque Alemania figura entre los mayores exportadores mundiales de carne porcina.

Luego me mudé a Berlín para estudiar, donde me hice vegetariana, y años más tarde también periodista agroalimentaria. Es esa doble función la que me llevó a la Rural ese día: como profesional del rubro y como extranjera que apenas empieza a conocer Argentina y quiere formarse una idea más amplia de su identidad, más allá de Buenos Aires.

Al entrar al primer salón de exposiciones algo llama la atención: los animales vivos. Sobre la paja descansan corderitos junto a sus madres, y enormes toros atraen a multitudes. El balido de las ovejas se mezcla con las conversaciones de las familias que recorren la muestra. Camino entre los corrales, escucho explicaciones aquí y allá. Pero el sentido de este tipo de exhibición de animales vivos se me escapa, quizás porque soy vegetariana. Pienso en los animales, en el estrés del viaje, en que seguramente preferirían estar en su campo.

Pero bueno, parece que a los niños les gusta.

La Exposición Rural de Palermo celebra su 137° edición.

La Rural también es un polo político: me entero que este sábado el presidente Javier Milei va a dar su discurso oficial y se esperan anuncios importantes. Me entero por los medios argentinos que las entidades y provincias agrícolas presionan para que se eliminen las retenciones a los productos primarios. Entre el 27 de enero y el 30 de junio de este año, el Gobierno redujo las retenciones de manera temporal. La soja, por ejemplo, pasó de tributar 33 a 26%, el maíz, el trigo y la cebada de 12 a 9,5% y el girasol de 7 a 5,5%. Luego de ese plazo, los impuestos a las exportaciones volvieron a su valor anterior. En Alemania el campo funciona de otra manera. Allí, y en la Unión Europea en general, no existen retenciones a los productos agropecuarios. Medidas como las que se aplican en Argentina serían difícilmente viables tanto desde el punto de vista político como jurídico.

Sigo en los pabellones provinciales y descubro las particularidades de cada región. Pruebo aceite de oliva, compro vino. Pero después de horas recorriendo la feria, me entra el hambre. Afuera el sol está en su punto más alto y el ambiente es festivo. Y lo que hay para comer es, por supuesto, carne. Costillas relucientes de grasa se exhiben tras vidrios impecables, choripanes cuidadosamente preparados, y una parrilla colgante balancea trozos imponentes de carne. Preferiría no saber los nombres de estos cortes, aunque después me entero de que estas preparaciones forman parte fundamental de la gastronomía gauchesca.

Me detengo frente a una puesto que ofrece carnes Brangus. Grupos de personas de todas las edades se han reunido alrededor de largas mesas. Todos sostienen panes rellenos con trozos enormes de carne, que antes han bañado en una salsa aromática. Nadie habla mucho, se mastica con devoción. Mientras observo la escena, mi estómago ruge. Me acuerdo de lo que me dijo un amigo: la Rural es una experiencia gastronómica centrada en carne de altísima calidad. Y se rió cuando le recordé que soy vegetariana.

El consumo de carne vacuna alcanzó el año pasado un mínimo histórico: cayó a casi 45 kilos por persona, el nivel más bajo en 110 años.

El sándwich de vacío encabeza el menú. Dudo. ¿De verdad voy a cruzar esta línea? ¿Romper con 13 años de vegetarianismo por un trozo de carne?

Lo hago. Pero no sin antes confirmar con la vendedora que la carne es de calidad excepcional.

La carne es cosa seria en Argentina: hay noticias de cuánto se consume y cuánto no, como un termómetro de la economía local. El consumo de carne vacuna alcanzó el año pasado un mínimo histórico: cayó a casi 45 kilos por persona, el nivel más bajo en 110 años. Según el último Informe Económico Mensual de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA), el consumo muestra ahora una recuperación paulatina. También aumentó la producción: en el primer semestre se registró un incremento del 1,8 % en comparación con el mismo período de 2024.

Esos datos me dan vuelta en la cabeza mientras sostengo ese sándwich de vacío entre mis manos. Se siente casi surrealista.

¿Pegarle un mordisco ahora?

Me animo. Y funciona. Y sabe bien.

Disfruto cada bocado y me sorprende lo fácil que me resulta. Cuando termino el enorme sándwich, me invade una breve sensación de pánico.

¿Podrá mi cuerpo digerir tanta carne después de tantos años sin probarla? ¿Me caerá mal?

Nada de eso ocurre. Ni ese día ni los siguientes. Debe ser, pienso, la calidad de la que hablaban.

Yo, por mi parte, me quedo contenta con la experiencia. Asumo esta pequeña ruptura con el vegetarianismo como una excepción consciente, al servicio de la investigación, la integración y la comprensión cultural.

MH/MC