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Se triplican las compras online desde el exterior, sobre todo de las marcas chinas de precios ultrabajos. También aumenta la importación por parte de fabricantes locales. El Gobierno abre las puertas, mientras EEUU., Europa, Brasil y México se cierran para proteger el trabajo, el medio ambiente y la salud de los consumidores.
Shein y Temu, dos gigantes chinos del e-commerce, están revolucionando la moda con diseños atractivos y precios muy bajos: hasta un tercio de lo que se paga en los locales de Avellaneda, ya más baratos que los shoppings. Mientras muchos países restringen sus productos, en la Argentina de Milei se les abrió la puerta sin trabas. Pero la “ultra fast fashion” no solo golpea a la industria textil local, sino también a las importaciones en general. Un ejemplo: Adidas ya trae desde Brasil parte de las camisetas de Boca y River, aunque la mayoría aún se fabrica en el país.
Siete de cada diez prendas consumidas en el país son extranjeras. Las importaciones llegan por tres vías: las que hacen empresas - incluso las marcas nacionales-, que traen cada vez más ropa del exterior; las que adquieren los turistas que salen del país; y las que compran por comercio electrónico y llegan vía courier a sus puertas. Así es que las importaciones corporativas aumentaron 125% en los primeros cinco meses del año, unos US$264 millones, según datos de la Aduana. Pero ese valor se multiplica por cuatro o cinco cuando lo paga el consumidor final, con lo que llega a US$1.056 millones o 1.320 millones, según el economista Gustavo Ludmer, profesor de universidades como San Martín y San Andrés, y asesor de la Cámara de Indumentaria.
Las compras de ropa de turistas argentinos en el exterior creció a un ritmo un poco mayor aún, más que duplicándose: un 136%, a US$1.572 millones, según información del Banco Central. Y lo que explotó son los envíos por correo, que se triplicaron, al alcanzar un alza del 211%, unos US$242 millones, según datos de Aduana. De ese total, la mitad se estima que es ropa, según Ludmer. Es decir, unos US$121 millones.
Es una proporción menor respecto de las demás vías de importación, pero se incrementan más rápido. Además, por cada dólar llegan más prendas por los precios ultrabajos de Shein y Temu, según advierte el presidente de la Cámara de Indumentaria, Claudio Descher. Tardan 20 días en llegar, incluso 30, pero el envío es gratis y se puede devolver el producto sin cargo. Temu ya trae 300.000 paquetes de todo tipo (incluye juguetes, herramientas o electrónica) por mes a la Argentina. Ya no es un “deme dos”, como en el boom importador de los 70, sino un “deme tres” o más.
Adidas fabricaba todas las camisetas de Boca y River en la Argentina, pero este año comenzó a importar una porción de Brasil como respuesta a la liberalización de importaciones del Gobierno. Todavía una mayoría de las casacas azul y oro y de la banda roja se elabora localmente. Pero a la empresa alemana le sucede lo que a la mayoría de los fabricantes locales: se combina una recesión del consumo masivo, altos costos locales –en el primer semestre el peso alcanzó su máxima sobrevaluación en diez años y ahora está un poco más depreciado pero menos que antes de la devaluación de Mauricio Macri de 2018–, una rebaja de aranceles a la importación del 35% al 20% y la liberación de impuestos a la importación de particulares puerta a puerta por hasta US$400 anuales.
La camiseta de San Lorenzo también se fabrica afuera: la encarga la empresa local Atomik en China. En la industria advierten que también algunas partidas llegan desde Ucrania, pese a los bombardeos que sufre desde Rusia. Un tercio de los trabajadores de la industria local está en blanco y dos tercios, en la informalidad. Del 30% registrado se perdió el 10% del empleo, unos 10.000 puestos, según Drescher.
Marcas como Vitamina y Uma cerraron. Pequeños talleres de costura se desarman. Proveedores como la hilandera TN&Platex suspendió a 80 empleados en su planta de Catamarca. La producción está 20% por debajo de 2024 y 40% inferior a 2023, según la cámara local. Los que más sufren son los trabajadores porque casi todos los empresarios se convierten en importadores, al menos para cubrir parte de la demanda. Aunque a estos últimos, no sólo industriales sino comerciantes, también les pega las compras externas de turistas y particulares por comercio electrónico vía Shein, Temu o las otras chinas Aliexpress o Hacoo, especialista en marcas falsificadas.
Shein ha logrado conquistar antes mercados como EE.UU. no sólo por el precio ultrabajo –fabrican barato en China, India, Turquía o Brasil– sino por sus nuevos diseños atractivos y propios, con cambios rápidos de modelos. Con series pequeñas de producción para adaptarse mejor al mercado, con ventas online y entregas rápidas, según Mario Quinteros, excónsul argentino en China, que vive entre ese país e Italia, y encabeza la firma Yi Consulting. Su impacto derivó en el cierre de la marca estadounidense Forever 21, mientras la española Zara anunció que baja las persianas de 136 tiendas en el mundo y la sueca H&M hace lo propio con las 28 que tenía en España. Quinteros agrega que copia el modelo de la marca sueca de muebles Ikea, entre buen gusto, bajo precio y producción en diversos países, al mejor postor. Varios de sus fabricantes antes abastecían a las grandes empresas norteamericanas y europeas.
Drescher advierte que la producción a escala china de Shein es un fenómeno que preocupa por su impacto ambiental. “Es ropa muy descartable, con emisiones masivas de dióxido de carbono, dependencia de materiales sintéticos y microplásticos, contaminación del agua y químicos tóxicos”, alerta. También hay efectos en la pérdida de divisas que supone para la Argentina y por el impacto en el empleo local. Su cámara está hablando con senadores del PRO y el peronismo para impulsar una ley anti-Shein como la que se votó este año en Francia. Es decir, su beneficio en precio para el consumidor tiene diversos impactos negativos, además de estimular el consumo compulsivo en adolescentes y adultos.
Las marcas chinas buscaron descargar los saldos no vendidos a EE.UU. en otras regiones, como América Latina y Europa. En Brasil y México ya le habían puesto aranceles meses antes. El gobierno de Claudia Sheinbaum le impuso un 19% y el de Luiz Inácio Lula Da Silva, 20% a las compras menores de US$50. Este tipo de transacciones cayeron tras el impuesto del 30% en Brasil.
Shein reaccionó elevando su fabricación en territorio brasileño: allí produce el 85% de las prendas que vende en este mercado. Así, ya copó el 60% de las ventas y abre tiendas físicas temporarias, o pop-ups, en diversas ciudades.
La ley francesa anti-Shein creó un sistema de puntuación ecológica que evalúa el impacto medioambiental de los productos vendidos por las empresas de moda rápida. Incluye las emisiones generadas, el uso de materias primas y su reciclabilidad. Las prendas pueden ser gravadas con un impuesto de hasta 5 euros. El gravamen aumentará paulatinamente hasta 10 euros en 2030. El tributo no podrá superar el 50% del precio de venta al público. La norma también incluye la prohibición de la publicidad de estas marcas de moda y sanciones para los influencers que las suelen promover en internet.
El Parlamento Europeo votó un arancel de 2 euros sobre los productos adquiridos a través de plataformas en línea de bajo costo. Además, la Comisión Europea advirtió que algunos productos de Shein son peligrosos para la salud: chupetes con piezas chicas que pueden asfixiar, impermeables infantiles con químicos tóxicos, anteojos de sol sin protección contra los rayos ultravioleta o cosméticos con sustancias prohibidas. Barreras paraarancelarias, de esas de las que se mofa el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, pero que suelen poner casi todos los países del mundo para defender a sus consumidores y a sus productores, al mismo tiempo. Por ahora, en Argentina, el efecto Shein se siente en el aumento de las importaciones, incluidas las camisetas de Boca y River.
AR/MC
El libertario encabeza la inauguración formal de la feria de Palermo, que finaliza mañana. Se especula con baja de impuestos en un tipo de carne y algunos granos. Su "entrada triunfal" y el recuerdo del mate.
Hace un año Javier Milei entró a la pista central de La Rural saludando desde el techo de una camioneta negra. Luego caminó hasta el palco principal y se sentó entre Nicolás Pino, el titular de la entidad rural, y Jorge Macri. Recibió mates de María Belén Ludueña, la pareja del jefe de gobierno porteño: su manera de chupar la bombilla denotaba que era la primera vez en su vida que tomaba mate. Cuando le tocó subir al estrado y tomar el micrófono, el libertario apenas hizo anuncios, agradeció el apoyo del sector y no mucho más. Este sábado el Presidente vuelve a la feria de Palermo y los chacareros esperan gestos más contundentes: que se reduzcan o –directamente– se eliminen todas las retenciones.
Hoy Milei entrará en un vehículo de época descapotable –sería el primer jefe de Estado en hacerlo así en 25 años– y ya puso sobre la mesa la promesa de oficializar algunas reducciones a impuestos, pero para un tipo de corte de carne y granos específicos. La soja, al perecer, deberá esperar.
El acto inaugural es de 11 a 13.30. “Esperemos las palabras del presidente. Seguramente será un discurso que estará en la tapa y en todos los medios”, dijo el jueves el vocero presidencial Manuel Adorni. Ratificó que la eliminación de las retenciones “es uno de los grandes próximos objetivos” del gobierno, pero no dijo cuándo. Casi en simultáneo el ministro Luis Caputo recorría La Rural y esquivó dar declaraciones incómodas: “Dejemosle los anuncios al presidente”, se atajó. Ayer el ministro se enojó porque la tapa de Clarín lo mostró justo tomandose la cabeza al lado de Pino y con el título: “El campo, un dolor de cabeza para Caputo”.
También el jueves la presión por los gravámenes llegó a la Casa Rosada desde las provincias. Tres gobernadores de provincias agrícolas como Martín Llaryora (Córdoba), Maximiliano Pullaro (Santa Fe) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos) pidieron explícitamente “el fin de las retenciones y más federalismo”. “Hay que tener paciencia”, planteó Caputo en otro momento en La Rural.
Dos días antes, el martes, Milei fue personalmente a Palermo para encontrarse cara a cara con los referentes de la Mesa de Enlace. Estuvo dos horas y les dijo que las retenciones no bajarán en el corto plazo debido a las restricciones presupuestarias del Gobierno, pero prometió que en algún momento las eliminará. “Lo que surge de esta reunión es que él entiende la situación y tiene foco directo sobre retenciones, pero no hay para repartir”, señaló el vicepresidente de la SRA, Marcos Pereda.
El mismo dirigente anticipó luego lo que podría ser noticia hoy: “Se habla de una baja de retenciones a la exportación de carne de novillo. Sería un gesto para un sector, que además representa un bajo costo fiscal: menos de USD 200 millones por año”, dijo Pereda, que atraviesa una interna aparte con Pino y podría reemplazarlo en la próxima gestión al frente de la Rural. El directivo aclaró, sin embargo, que “los hombres de campo están esperando novedades para los granos, porque ahí está el gran freno para el sector”.
Por Palermo ya pasaron también la vice Victoria Villarruel –que también fue invitada hoy, en medio de su tensión con Milei– y los ministros Patricia Bullrich, de Seguridad; Luis Petri, de Defensa, y Sandra Pettovello, de Capital Humano.
Las autoridades de la SRA, junto a dirigentes de otras entidades de la Mesa de Enlace, también recibieron un grupo de legisladores de la provincia de Buenos Aires de diferentes bloques para analizar “la ley fiscal y la legislación impositiva” y otros temas que preocupan al sector, como una reforma a la ley de fitosanitarios, la situación de los caminos rurales, y la seguridad rural.
Otros reclamos del campo son la restitución de programas técnicos como el ProHuerta, el Fondagro y el Fondo Algodonero, la eliminación del Consejo Directivo del INTA y del Instituto Nacional de la Agricultura Familiar. A eso se suman el rechazo a los cambios en la barrera sanitaria patagónica y la disolución de organismos clave como el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), el Instituto Nacional de Semillas (INASE) y la agencia reguladora del cáñamo y el cannabis medicinal.
Semanas atrás fue el Presidente el que recibió a los dirigentes del campo en la Quinta de Olivos: compartió un almuerzo con Pino, pero también con Andrea Sarnari (Federación Agraria), Lucas Magnano (Coninagro) y Carlos Castagnani (CRA). Fue la primera vez que el mandatario mantuvo un encuentro formal con la Mesa de Enlace.
“Tienen el punto rojo en la frente que, en cuanto pueda, les voy a sacudir con todo”, les dijo Milei sobre las retenciones. Entre el 27 de enero y el 30 de junio de este año, el Gobierno redujo las retenciones de manera temporal. La soja, por ejemplo, pasó de tributar 33 a 26%, el maíz, el trigo y la cebada de 12 a 9,5% y el girasol de 7 a 5,5%. Luego de ese plazo, los impuestos a las exportaciones volvieron a su valor anterior.
Sobre esos ítems es que el campo quiere de Milei señales claras. La expectativa es qué dice el libertario luego de su “entrada triunfal” a la pista central de la Rural este sábado.
MC
La visita a la feria de Palermo dio un giro inesperado para una periodista alemana que pisa el país por primera vez. En su intento por sumergirse de lleno en las costumbres culinarias argentinas, rompió con su vegetarianismo de 13 años.
Tenía muchos planes para mi primer día en la Exposición de La Rural de Palermo, en el corazón de Buenos Aires. Quería entrevistar a ganaderos, conversar con productores, mezclarme entre los visitantes disfrazados (y no tanto) de gauchos. Pero una cosa estaba fuera de todo cálculo: romper, después de casi 13 años, con mi vegetarianismo. Pero vamos por partes.
La Rural es la feria ganadera más importante del país. Por los datos que recolecté antes de ir, supe que en 2024 hubo más de 1,5 millones de visitantes, más de 1500 animales por parte de unos 2000 productores y 421 expositores comerciales. En sus varias hectáreas se exhiben tecnologías agrícolas, productos regionales e innovaciones del sector. Se puede pasar horas degustando en los infinitos stands o disfrutando de concursos de doma y destrezas criollas con caballos en la pista central. Muchos porteños aprovechan para reconectarse con sus raíces rurales y sumergirse, por unos días, en la vida del campo. Yo también formo parte de ese grupo.
Crecí en una finca agrícola del norte de Alemania y allá no hay ferias de este tipo: sí existe la Grüne Woche, que es un poco parecida pero también totalmente diferente, porque el enfoque no está en la carne, aunque Alemania figura entre los mayores exportadores mundiales de carne porcina.
Luego me mudé a Berlín para estudiar, donde me hice vegetariana, y años más tarde también periodista agroalimentaria. Es esa doble función la que me llevó a la Rural ese día: como profesional del rubro y como extranjera que apenas empieza a conocer Argentina y quiere formarse una idea más amplia de su identidad, más allá de Buenos Aires.
Al entrar al primer salón de exposiciones algo llama la atención: los animales vivos. Sobre la paja descansan corderitos junto a sus madres, y enormes toros atraen a multitudes. El balido de las ovejas se mezcla con las conversaciones de las familias que recorren la muestra. Camino entre los corrales, escucho explicaciones aquí y allá. Pero el sentido de este tipo de exhibición de animales vivos se me escapa, quizás porque soy vegetariana. Pienso en los animales, en el estrés del viaje, en que seguramente preferirían estar en su campo.
Pero bueno, parece que a los niños les gusta.
La Rural también es un polo político: me entero que este sábado el presidente Javier Milei va a dar su discurso oficial y se esperan anuncios importantes. Me entero por los medios argentinos que las entidades y provincias agrícolas presionan para que se eliminen las retenciones a los productos primarios. Entre el 27 de enero y el 30 de junio de este año, el Gobierno redujo las retenciones de manera temporal. La soja, por ejemplo, pasó de tributar 33 a 26%, el maíz, el trigo y la cebada de 12 a 9,5% y el girasol de 7 a 5,5%. Luego de ese plazo, los impuestos a las exportaciones volvieron a su valor anterior. En Alemania el campo funciona de otra manera. Allí, y en la Unión Europea en general, no existen retenciones a los productos agropecuarios. Medidas como las que se aplican en Argentina serían difícilmente viables tanto desde el punto de vista político como jurídico.
Sigo en los pabellones provinciales y descubro las particularidades de cada región. Pruebo aceite de oliva, compro vino. Pero después de horas recorriendo la feria, me entra el hambre. Afuera el sol está en su punto más alto y el ambiente es festivo. Y lo que hay para comer es, por supuesto, carne. Costillas relucientes de grasa se exhiben tras vidrios impecables, choripanes cuidadosamente preparados, y una parrilla colgante balancea trozos imponentes de carne. Preferiría no saber los nombres de estos cortes, aunque después me entero de que estas preparaciones forman parte fundamental de la gastronomía gauchesca.
Me detengo frente a una puesto que ofrece carnes Brangus. Grupos de personas de todas las edades se han reunido alrededor de largas mesas. Todos sostienen panes rellenos con trozos enormes de carne, que antes han bañado en una salsa aromática. Nadie habla mucho, se mastica con devoción. Mientras observo la escena, mi estómago ruge. Me acuerdo de lo que me dijo un amigo: la Rural es una experiencia gastronómica centrada en carne de altísima calidad. Y se rió cuando le recordé que soy vegetariana.
El sándwich de vacío encabeza el menú. Dudo. ¿De verdad voy a cruzar esta línea? ¿Romper con 13 años de vegetarianismo por un trozo de carne?
Lo hago. Pero no sin antes confirmar con la vendedora que la carne es de calidad excepcional.
La carne es cosa seria en Argentina: hay noticias de cuánto se consume y cuánto no, como un termómetro de la economía local. El consumo de carne vacuna alcanzó el año pasado un mínimo histórico: cayó a casi 45 kilos por persona, el nivel más bajo en 110 años. Según el último Informe Económico Mensual de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA), el consumo muestra ahora una recuperación paulatina. También aumentó la producción: en el primer semestre se registró un incremento del 1,8 % en comparación con el mismo período de 2024.
Esos datos me dan vuelta en la cabeza mientras sostengo ese sándwich de vacío entre mis manos. Se siente casi surrealista.
¿Pegarle un mordisco ahora?
Me animo. Y funciona. Y sabe bien.
Disfruto cada bocado y me sorprende lo fácil que me resulta. Cuando termino el enorme sándwich, me invade una breve sensación de pánico.
¿Podrá mi cuerpo digerir tanta carne después de tantos años sin probarla? ¿Me caerá mal?
Nada de eso ocurre. Ni ese día ni los siguientes. Debe ser, pienso, la calidad de la que hablaban.
Yo, por mi parte, me quedo contenta con la experiencia. Asumo esta pequeña ruptura con el vegetarianismo como una excepción consciente, al servicio de la investigación, la integración y la comprensión cultural.
MH/MC
Durante seis días, comunidades de la Confederación Mapuche de Neuquén reclamaron en la Casa de Gobierno provincial que se termine el trámite para otorgarles la personería juridíca. Pero la protesta terminó en una fuerte represión policial.
Neuquén: reprimieron a comunidades mapuche que reclamaban por personerías jurídicas en Casa de Gobierno
Un decreto abre la puerta para los desalojos de las comunidades indígenas y la llegada de los negocios mineros
El domingo 20 de julio arrancó semi nublado, calmo, sin el tráfico de la semana en la esquina de Roca y La Rioja, en Neuquén. Era el sexto día que las comunidades mapuche permanecían en las afueras de la Casa de Gobierno, acompañando a las autoridades comunitarias que se encadenaron en las barandas de ingreso. En el grupo de 50 personas se mezclaban una decena de niños.
Mapuches y no mapuches que se acercaron para acompañar el reclamo conservaban el ánimo y hacían frente al cansancio de estar en la calle después de tantos días. Había incertidumbre por la falta de respuesta del gobierno y la denuncia penal que recibieron la noche anterior. Mates calentitos para afrontar el frío invernal y conversaciones alrededor del fogonero que mantuvo firme su llama, como el reclamo por las personerías jurídicas de cuatro comunidades del Consejo Zonal Xawvn Ko de la Confederación Mapuche de Neuquén asentado en la región de Vaca Muerta.
Pero la permanencia mapuche en la Casa de Gobierno terminó con una violenta represión ordenada por el gobernador Rolando Figueroa. “A trabajar”, ordenó la ronda de comisarios que dieron el ultimátum tras cumplirse el plazo de 2 horas desde el aviso de desalojo que las comunidades rechazaron. Dos cuadras de perímetro policial, ambulancia, bomberos, 120 agentes a pie y en motos, y un cordón de escudos que avanzó bruscamente sobre la gente en cuestión de segundos.
Cuando la policía avanzó, las autoridades comunitarias encadenadas empezaron a cantar “el Pueblo Mapuche vive, la lucha sigue y sigue”.
El resultado fueron 18 detenidos: un menor de edad, cinco mujeres mapuche, una mujer de ADUNC, y once varones, dos de ellos de organizaciones y un transeúnte que sacaba fotos. Entre los apresados hubo heridos, y muchas personas de la permanencia, incluidos niños, resultaron con lesiones por el procedimiento violento de la policía.
Durante seis días reclamaron las personerías jurídicas para cuatro comunidades –Lof Newen Kura, Fvta Xayen, Lof Kelv Kura y Lof Ragilew Cárdenas–, un trámite que en algunos casos había comenzado en 2016 y que había cumplido con todos los requisitos. Habían pasado, ademas, 290 días desde una mesa de diálogo con el Ministro de Gobierno, Jorge Tobares. Estaba claro que se trataba de una obstrucción política, más que de procedimiento.
El registro de personerías jurídicas de las comunidades es importante para adquirir derechos indígenas legislados amparados por leyes nacionales y tratados internacionales. Con la personería no sólo se reconoce la preexistencia de las comunidades asentadas tradicionalmente en los territorios que ocupan, sino también se asegura “la participación en la gestión de los recursos naturales y demás intereses que los afecten”, tal como establece el artículo 75 de la Constitución Nacional. En Vaca Muerta, el crecimiento de la explotación hidrocarburífera durante los últimos diez años incrementó también la conflictividad con las comunidades mapuche, ya que en la región se ubican los principales yacimientos, como Loma Campana y Puesto Hernández, que pueden provocar graves impactos ambientales por el uso del fracking.
A la permanencia frente a la Casa de Gobierno, las comunidades también llevaron caballos y chivos para mostrar en la ciudad como es la convivencia con los animales. Fue, además, una forma de protesta, ya que no tener la personería jurídica también trae consecuencias en la provisión de agua y de alimento en los campos. El discurso oficial difundió que los animales alteraban el orden, generaban olor, que los vecinos se quejaban, y que era peligroso. Un comentario de una publicación en redes de una transeúnte confrontó ese discurso: “nosotros nos acercamos con mi bebé a ver los caballitos y un señor muy amable nos invitó a acercarnos más y a ver los chivitos, era una manifestación pacífica.”
Eli Dumigual recuerda ese momento en el que los agentes avanzaron “sin importar que había niños, que había mayores, sin importarle nada. Entre el medio del caos yo quedé a un costado con mi hijo. Había policías por todos lados, nos tenían rodeados por todos lados. Tratábamos de salir de alguna forma, de salir, de ayudar. Había una ñañita (hermana mapuche) que estaba queriendo resguardar a su pequeño, alcanzó a meter a su nene a un vehículo y la sacaron de los pelos, una golpiza. Había tres, cuatro policías hombres que la estaban golpeando”.
Yoha de Fvta Xayen, quien había conseguido subir a la camioneta con su hijo luego de que su pareja no pudo protegerlo más bajo su makuñ (prenda tejida que usan los hombres), agregó que ese niño vió cómo golpeaban a su mamá.
Esa mamá se llama Noemi Olivera y tiene 27 años. Su hijo tiene 3. Noemi había regesado esa mañana del domingo a la gobernación porque había olvidado la tapa del termo el día anterior. Ella es nieta de Felicinda Maripan, prima de quien fue Ñizol Logko, autoridad máxima de la Confederación Mapuche de Neuquén durante tres mandatos, Elías Maripan. Hoy no vive en comunidad, pero es una mujer mapuche y ciudadana neuquina que se solidariza con su pueblo y que estuvo acompañando la permanencia.
–“Nos empezaron a empujar, a correr, y yo no me dejé empujar y pegar –cuenta–. Y fue ahí cuando me empezaron a agredir, me pellizcaban el brazo para reducirme. Y mi preocupación es que mi lamgen Unelen había quedado sola con los niños adentro del auto y entonces dije yo, si le están pegando a las ñañas, gente grande, no tienen respeto por el adulto mayor, menos van a tener piedad por los niños. Ahí yo traté de llegar a la camioneta, unos segundos eternos, y no me dejaron. Me quisieron poner precintos en las manos, me patearon los tobillos, me cagaron a palos, me quisieron reducir y yo ahí decidí agarrarme de la puerta de la camioneta y no me moví. Me tenían incluso agachada.”
Unelen Cayul, del Lof Newen Mapu, cuenta que resguardaron en un vehículo a cinco picikece, niños y niñas, lo más rápido que pudieron. Eso los protegió físicamente, aunque previamente una de las niñas del Lof Fvta Xayen, Aime Paynemil de 6 años, resultó con quemaduras cuando la policía pateó violentamente el fogonero esparciendo las brazas encendidas.
Los niños y niñas mapuche fueron espectadores de toda la escena de represión hacia sus madres, abuelas, padres, hermanos, tíos, y de cómo se los llevaban.
–“Eso les causó muchísimo daño psicológico porque hasta el día de hoy no se borran esa imagen. Hay niños que aún no pueden volver a la escuela, por miedo. Fueron momentos muy tensos, todos los niños llorando, todos los niños gritando. Era imposible brindarles tranquilidad, por todo lo que estaban viendo, porque querían ver todo lo que pasaba, no querían estar sentados, y eso era imposible de impedírselo. Mientras yo luchaba para que la policía no nos abra las puertas del vehículo, no podía encargarme de todos los niños que estaban adentro, hasta que se subió otra mamá”, dice Unelen.
Una vez pasada la represión, la policía dejó que la camioneta saliera del lugar. Unelen manejó con todos los picikece en busca de su hijo Meliantv, el menor que se llevaron detenido, casi sin tomar noción de que era la primera vez que estaba manejando en la ciudad.
En medio de la represión, cuando el cordón policial de escudos avanzó contra la gente, Meliantv, de 15 años, tomó la xuxuka –un instrumento de viento característico de la música mapuche– y tocó. Luego, con sus propias manos intentó evitar que cortaran las cadenas de las autoridades encadenadas a las barandas de ingreso de la Casa de Gobierno. Meliantv vio cuando se estaban llevando a su tío Awka de las patas. Vio también que a su kuku –abuela–, le estaban pegando e intentó ayudarla.
– “Un policía me quiso agarrar del cogote –dice Meliantv– y quise llegar a donde estaba la kuku. Parecía que no llegaba más. Iba por la mitad del camino y me vino el escopetazo (golpe con la culata del rifle) y se me nublo la vista. Yo estaba en el piso, y cuando me quiero levantar me quedé de rodillas, y viene otro y me pega con la cachiporra en la cara. Y eran como siete los que me tenían. Me pisaron, me empezaron a pegar en la espalda, en las piernas, parecía un cordero tirado en el piso, porque me tenían los pies para arriba. Cuando estaba en el piso yo le decía ‘soy menor, sueltenme’, pero me decían, ‘ya estás en el piso, no seas maricon. Maricón, puto’, y me seguian pegando. Y no me dejaron de pegar hasta que me llevaron hasta la camioneta”.
Lo subieron al móvil de traslado a la comisaría de menores. Meliantv lloraba con desconsuelo. Se le caían las lágrimas. Además de sufrir por los golpes –le dejaron la cara partida–, tenía miedo por sus hermanitos. A Newen Antv de 14 años también le pegó la policía. Mientras estaba agarrado de la vkvja de su mamá Eli –un rebozo que usan las mujeres para abrigo y protección espiritual–, recibió un golpe con un escudo y un bastonazo en las piernas. A Eli también le pegaron con el bastón en la espalda. En la guardia del hospital confirmaron que tenía fisurada la costilla izquierda. “Reprimieron con bronca”, dice Eli entre llanto.
“Lo que duele es cuando te tocan a la mamá”, cuenta Pagi sobre el momento en que terminó tirado en el piso, ahorcado por la policía con su propio makuñ. Veía con impotencia, sin poder movilizarse, cómo le pegaban a su madre María Piciñam, Pijan Kuse, autoridad ceremonial de la zonal. Ella sostuvo su kulxug, una caja de resonancia mapuche, el mayor tiempo que pudo mientras la atacaban intentando sacarselo. Por lo traumático de la golpiza que le dieron. Solo recuerda que en el forcejeo casi pierde su xariwe, la faja tejida a telar que se ajusta en la cintura, y que pertenecía a su hija Celinda Ayme, quien falleció hace 11 años.
La werken Karen, vocera del Lof Newen Kura, intentó defenderla.
–“Tenían a la lamgen María en el piso, golpeándola entre varios policías, arrastrándola, haciéndose que se pegue en su cabeza, y me quiebro ante todo esto porque es una mujer mayor, la cual no tiene la fuerza para golpear a nadie. Traté de defenderla hasta donde más pude. Le arrancaron a su hijo de los brazos, golpeándolo los policías, y no eran mujeres, eran hombres, todos los que nos golpearon eran hombres. Uno para tratar de sacarme de arriba de la lamgen, me agarra de los pelos, otro me agarra del cuello, y entre tres me tiran contra la pared, entre tres policías hombres, para que no defienda más a la lamgen María”.
Karen fue una de los 18 detenidos durante ese operativo. Cuando la esposaron lo hicieron con brutalidad y le provocaron un traumatismo en la muñeca por apretamiento. Como distinguió Melina Schierloh, secretaria de prensa de Asociación de Docentes de la Universidad Nacional del Comahue que fue detenida por estar dando apoyo, al igual que referentes de la Asamblea Por los Derechos Humanos y del Partido de los Trabajadores Socialistas, que sólo a los y las mapuche esposaron. Karen y Melina fueron las primeras de seis mujeres en ser encerradas en una celda. .
Cuando Melina llegó al lugar se sumó a la barrera para proteger a las autoridades encadenadas. Para entonces, la polícía comenzaba a desmantelar los corrales de animales hechos con palets mientras el comisario arengaba a sus subordinados diciéndoles “¡peguen, peguen!”.
Volaban reposeras por todos lados, el gas lacrimógeno era insoportable. El comisario que la arrastró –como muestra un video que se hizo viral– la ahorcó y mirándola a los ojos le dijo: “raja de acá porque vas a cobrar, te pensás que no te voy a pegar porque sos mujer.”
Los policías que les pegaron a los y las mapuche fueron en su mayoría varones, aunque unas pocas mujeres también fueron parte de la represión. Pewtun Nawel, recientemente recibida de arquitecta y a cargo de filmar el operativo, fue otra de las detenidas y atacada por oficiales mujeres y varones mientras intentaba defender a sus hermanos. Su papá, el reconocido referente Jorge Nawel, quiso evitar que se la llevaran pero un policía lo amenazó con volarle la cabeza.
“Ya nos intentaron desaparecer una vez, lo están intentando de nuevo, no van a poder”, expresó el werken Diego de Fvta Xayen cuando lo llevaban a la comisaría segunda. Tanto él como Awka alcanzaron a darle Melina Schierloh sus xarilogko, la vincha tejida que usan en la cabeza, por temor a que se los sacaran.
El operativo de desalojo y la feroz represión ordenada por el gobernador de la Provincia de Neuquén Rolando Figueroa no resolvió el conflicto de fondo. El jueves, unas 10 mil personas se movilizaron por el centro neuquino en apoyo a la Confederación Mapuche de la provincia. Mientras tanto, continúa la exigencia de respuesta por parte del gobierno.
MCD/MG
A veinte años del primer disco de El Mató, Santiago Motorizado presenta El Retorno, su álbum más íntimo y reflexivo. El músico habló en Madrid con elDiarioAR sobre el amor, la política y la necesidad de volver a la experiencia real en tiempos de celulares y distopías.
“Hubo un momento en que parecía que éramos más famosos en España que en Argentina”, dice Santiago “Motorizado” desde el living de una casa en el barrio madrileño de Lavapiés. Este martes presentó algunas canciones de su flamante disco, El Retorno (2025), en la sala Casa Brava de la capital española. Las invitaciones se agotaron en apenas un par de horas.
No sorprende: desde que en 2010 tocaron por primera vez en el festival Primavera Sound, Él Mató a un Policía Motorizado —y el propio Santiago— no han dejado de girar por toda la península. Bandas icónicas del indie español, como Los Planetas, los celebraron públicamente en cada oportunidad.
Quince años después de aquel debut, el próximo 26 de noviembre, la banda tendrá su fecha más convocante en Europa: un concierto en el Movistar Arena de Madrid, con capacidad para más de 15.000 personas.
Ahora, mientras disfruta de unos días de descanso —en los que viajó a Manchester para ver a Oasis junto a Dillom y otros amigos—, Santiago se toma un rato para hablar con nosotros sobre sus nuevas canciones, el clima político y cultural actual, y los dilemas que la tecnología impone sobre la música y la vida cotidiana.
–¿De qué se trata el nuevo disco El Retorno? ¿Cómo surge y cómo lo estás viviendo ahora que ya estás tocando algunas canciones en vivo?
–Bien, contento. Siempre estoy diciendo que es mi primer disco solitario, y después me pelean en Twitter (actual X) porque yo ya saqué otro disco que eran las bandas sonoras (para la serie Okupas y la película La muerte no existe y el amor tampoco), pero la verdad es que estas siempre fueron o iban a ser las canciones de mi primer disco. Además, son mis primeras canciones porque sí, en pos de complementar una narrativa. Algo que me gusta, además, es que las canciones más viejas encajan bien con este momento.
– ¿Cuál sería este “momento”?
–Hay una canción que es una de las más viejas, se llama “Google Maps”, que en su momento se llamó “Google Earth”, aunque el concepto de la canción es el mismo: alguien que torpemente busca un amor en Google Maps. Y siento que encaja bien con este momento. Seguimos usando Google Maps, seguimos muy pendientes de los teléfonos celulares, buscando algo, buscando una solución, buscando un amor en Instagram o que ChatGPT nos solucione la existencia.
–Hablas de la existencia, algo que se repite en letras y comunicaciones de El Mató.. Recuerdo una entrevista a Dave Grohl en la que hablaba de su trayectoria como músico y su incansable búsqueda de un sentido a la existencia... ¿Es algo retórico o es algo a lo que le das vuelta?
–Es algo que está en mi cabeza y que también está un poco en juego en estos días..., esto de los teléfonos móviles, esta comodidad que nos muestran, que nos ofrece la tecnología, pero también nos aleja de la experiencia; la experiencia como eso que le da sentido a la existencia. No puedo negar las virtudes de tener toda la discografía de la historia de la música en mi mano, pero esta especie de milagro arrastra como una maldición, que es alejarnos de la experiencia, alejarnos de la aventura de ir a buscar esa canción, que puede ser un tesoro, que nos podía defraudar, o que nos podía cambiar la vida...
–Pensaba en las baladas del disco, que tienen un sello propio, y se me ocurrió describirlas como “baladas motorizadas”.
–(Ríe) Me gusta. Sí, hay algo que marca un poco la estética, la forma de las cosas que hago. Justo estos días discutíamos sobre algo parecido. Fuimos a ver a Oasis, y al final del show tocaron Wonderwall y Don’t Look Back in Anger, y los chicos decían “termina muy tranquilo, con baladas”. Y no sé si son baladas del todo. Y El Mató tiene para mí un poco de eso, canciones que están en un punto intermedio, canciones que te invitan a saltar o a bailar, pero que todavía no están en ese pulso punk, digamos, están ahí. Y lo mismo con las baladas.
– Camino de piedras, por otra parte, tiene una estética western tipo el inicio de la película Django, sin cadenas, de Tarantino. No solo a nivel musical, sino también audiovisual.
–Elegimos esa canción para el principio del disco porque sentíamos que de alguna manera era como una invitación a mostrar algo diferente, salirse un poco del universo de El Mató. Al principio era una cosa muy básica, los acordes, la voz, un poco inspirados también por el contexto, estábamos grabando en Sonic Ranch, en medio del desierto de Texas, donde son todos medio cowboys, y, la verdad es que me gustaba eso.
–Hace unos días presentaste algunas canciones en un bar de aquí de Madrid, y viendo el público, pensé algo que ya advertí varios años atrás... la enorme conexión que hay entre El Mató y vos con el público de España.
–Sí, la verdad. La primera vez que tocamos acá fue en 2010 en un Primavera Sound. Era otra época de la comunicación, no teníamos mucha idea de nada y éramos full independientes. Pero aquel concierto fue especial, generó como algo, por lo menos en el boca en boca que se generó ahí. Después tuvimos suerte con el show... pasaron cosas extrañas. Primero fuimos invitados para cubrir una banda de Brasil que no se presentó. Después, el día que tocamos, se rompió el sonido del escenario grande que estaba al lado nuestro, y mucha de la gente vino a nuestro escenario. Por ejemplo, “Jota” (Juan Rodríguez Cervilla), de Los Planetas, que siempre que podía hablaba bien de nosotros o decía que éramos su banda favorita de Argentina. Toda esa combinación de cosas hizo que entráramos en el mundillo del indie español, que en ese momento estaba muy en boga. De pronto se dio algo raro, parecía que éramos más famosos en España que en Argentina.
–¿Cambió la escena española en estos últimos diez años? Pregunto, sobre todo, por todo el éxito de la música urbana en España.
–Evidentemente esto de la música urbana que se puso en el centro de la atención en todas partes del mundo, no esquivó España. Pero, a la vez, apareció esta banda que es Carolina Durante, que es muy famosa, que son unos pibitos jóvenes que hacen una especie de protopunk y están totalmente a contramano de esto (de la música urbana), sobre todo haciendo hincapié en que son una nueva generación, y que su público es gente joven. Me gusta pensar que va por ahí, pero bueno, hay de todo y hay muchas cosas todo el tiempo a la vez.
–El escritor Juan José Becerra tiene un libro fantástico que se llama El amor, una suerte de historia narrada en el futuro en la que se da cuenta de un fenómeno ya extinguido... el amor. Pienso en ese libro y en tus canciones, muchas de ellas dedicadas al amor, ¿sigue vivo el amor o está en extinción?
–Estos últimos años se habla mucho del amor romántico como un lugar malo. Yo la verdad que pongo en discusión que eso sea malo, pero creo que en este momento puntual, donde está un poco de moda la crueldad, en redes sociales sobre todo, creo que florece un poco la idea del amor, del cariño y la empatía como una cosa media obligada para contrarrestar todo eso.
–Sobre estos tiempos que vivimos, quería preguntarte por el contexto político, cultural, social que te inspiró aquellas canciones de los primeros discos y el contexto de estos días...
–Creo que muchas de aquellas canciones estén atravesadas un poco por la esperanza y estas canciones más nuevas, sobre todo las de Super Terror (2023), están escritas con bronca. Hablo un poco del mundo, un poco de Argentina, un poco encriptado, no tan literal, pero sí siento que vivimos en un mundo de locura total, ¿no? Se mezcla el haber salido campeón del mundo con tener un presidente que está totalmente enloquecido, lo digo con respeto, o no, pero vivimos en esta cosa, esta especie de distopía. Por momentos nos causa gracia también, un poco como mecanismo para atravesar esta dura realidad. Y por momentos, el horror. El horror de ver a los que peor están, los que más sufren. Ojalá que la respuesta sea un poco más de amor, pero siento que estamos yendo a otro lugar…
–Sé que sos muy cinéfilo. Una de las canciones de El Retorno, de hecho, se llama Amor en el cine, y quería preguntarte qué película elegirías para describir este momento del mundo en que vivimos.
–Se me viene mucho a la cabeza la película Idiocracia (2006). Es una comedia que con el tiempo empieza a ser cada vez menos comedia porque plantea un futuro donde la gente se vuelve cada vez más estúpida, donde los estúpidos empiezan a reproducirse y las personas inteligentes dejan de reproducirse. El personaje principal, que es Luke Wilson, queda atrapado en una cápsula del tiempo y aparece mil años después cuando el mundo está dominado por la estupidez total. Mucho de ese humor y un futuro distópico y delirante empieza a replicarse; la figura del presidente de Estados Unidos de ese momento, que es un personaje muy gracioso, una exageración, va siempre con una ametralladora. Bueno, es como verlo ahora a Milei con la motosierra, entregándosela a Elon Musk… La película es muy buena, pero ahora está perdiendo gracia porque aquellos gags se están volviendo dramáticamente reales.
–¿Cómo analizás el impacto de la tecnología en la música desde aquellos primeros streaming de comienzos del 2000, que permitían a alguien en otro país escuchar un show en vivo, a lo que sucede en la actualidad?
–Es difícil. La verdad que nosotros como banda, yo como músico, fuimos beneficiados por un montón de situaciones que tienen que ver con la tecnología. Somos una banda independiente. Lo que más le cuesta a una banda independiente es darse a conocer, y las redes sociales, las plataformas, obviamente lo hicieron mucho más fácil. Pero como te decía antes, estas cosas milagrosas arrastran una maldición. Y esa maldición pone en perspectiva todo. Ahora estoy valorando mucho cosas que hice toda mi vida y ahora las valoro el doble porque me doy cuenta que las hago igual que siempre, pero sin el teléfono celular, como ir al cine o ir a jugar al fútbol. Y es lo mismo con la experiencia de la música, hay algo que pasa en el mundo real, cuando nos salimos de los teléfonos. Ahora me encanta salir de viaje, tocar, ver lo que pasa en el show. Ojalá en el futuro nos libremos del celular, de querer filmar todo el tiempo esos recuerdos que nunca vamos a ver.
–Pasaron veinte años del primer disco de El Mató un policía motorizado, y pasaron muchas cosas muy lindas a nivel trayectoria de la banda. ¿Cuáles son los incentivos para continuar? ¿Con qué se renueva el deseo, las ganas?
–El ciclo es siempre un poco hacer canciones nuevas y salir a tocarlas. Las canciones como la excusa para irse de aventura por el mundo. Y eso todavía me pone contento porque, a pesar del tiempo, incluso con las dificultades, ahora muchos tienen hijos, está muy vivo el espíritu de salir a por la aventura. El Retorno, en algún punto, es también una excusa para salir a tocar.
AF/MG