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El Presidente encabeza la reunión de presidentes en la Cancillería. Su discurso marcó críticas al espacio regional. El momento de zozobra que tuvo el brasileño, que hoy visitará a Cristina Kirchner.
“Tenemos una estructura elefantiásica”. “Estamos sometidos a una cortina de hierro”. “Emprenderemos el camino de la libertad y lo haremos acompañados o solos”. Javier Milei abrió este jueves la cumbre del Mercosur en Buenos Aires con fuertes críticas al bloque que la Argentina comparte con Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia, junto a otros Estados asociados.
El Presidente recibió a sus pares en la sede de la Cancillería y solo con sus gestos dejó expuesto la disímil relación política-personal que tiene con sus pares. Fue evidente la seriedad de Milei al recibir al brasileño Lula da Silva, con quien apenas compartió un saludo formal y la foto protocolar. El mandatario del vecino país además tuvo que soportar unos minutos en las escalinatas del Palacio San Martín que no se vio en la transmisión oficial antes de ingresar a un salón para verse con el libertario.
“De vagar” –por “despacio”, en portugués–, se lo escuchó decir a Lula en un momento de zozobra cuando llegó con su comitiva a la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, que conduce el canciller Gerardo Werthein. Luego fue el propio ministro de Milei que salió para buscar a Lula y llevarlo con Milei.
La tensión con Lula está marcada, además, por la visita del brasileño a Cristina Kirchner en su prisión domiciliaria. El mandatario tuvo que pedir permiso a la Justicia para ir a San José 1111, encuentro que se agendó para esta tarde, una vez que finalice la agenda protocolar del Mercosur.
A diferencia del cruce con Lula, Milei se mostró muy efusivo con el paraguayo Santiago Peña. “¡Yo tengo frío todavía acá!”, dijo el mandatario del vecino país cuando ingresó a la Cancillería, en medio de la ola polar que azota a Buenos Aires. “¡Je, yo también!”, le devolvió Milei entre sonrisas y abrazos. “¿Qué haces?”, remató.
Hoy la Argentina le traspasa a Brasil la presidencia pro témpore del Mercosur y el libertario buscó dejarle un mensaje a su par: “Esperamos que la próxima presidencia adopte las ideas de libertad”, avisó. Luego alertó ante la continuidad del país en el espacio regional: “Si los socios del bloque prefirieren resistir al cambio, tendremos que insistir en flexibilizar las condiciones de sociedad que nos unen”.
Antes Milei había dicho: “El Mercosur incumplió su objetivo original, cercenó libertades económicas y privó de oportunidades a los privados de la región. El Mercosur, al que de mercado y de común, le quedó cada vez menos”. Y lanzó: “Nosotros buscamos ponerle fin a lo que consideramos una inercia destructiva”.
Pese a las amenazas de ruptura la Argentina de Milei desandó en el último tiempo una actitud beligerante, entendiendo que la salida del bloque requiere aprobación legislativa y un consenso político que hoy no existe. Aun así, como ya contó elDiarioAR, el Gobierno dio gestos simbólicos de desapego, como el recorte de fondos al Parlamento del Mercosur y al Instituto de Derechos Humanos del bloque. Por eso el Presidente dijo en su discurso de apertura que el Mercosur tiene “una estructura elefantiásica”.
Milei recordó hoy que en el semestre del país al frente del bloque, el país “propuso un esquema más libre en lugar de la cortina de hierro a la que estamos sometidos”. Celebró en ese sentido que se haya reflotado el acuerdo con la Unión Europea, que aún sigue pendiente en su letra chica. Este miércoles se oficializó la conclusión del tratado con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), conformada por Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein.
Pero la apuesta mayor de Milei es abrir negociaciones directas con países como Estados Unidos. En ese sentido el Mercosur aceptó exceptuar 50 productos por país del arancel externo común del bloque para que así cada miembro negocie con Trump rebajas arancelarias. “Debemos dejar de ser un escudo que nos proteja para convertirnos en una lanza que permita profundizar los mercados”, dijo Milei.
MC
La cumbre regional que se celebra en Buenos Aires expone las tensiones con Brasil y el intento del Gobierno de capitalizar su presidencia pro tempore con acuerdos de libre comercio. La posible visita de Lula a Cristina Kirchner marca el tono político del evento.
La LXVI Cumbre de Presidentes del Mercosur ya comenzó este miércoles en Buenos Aires con una agenda centrada en la apertura comercial y la profundización de la integración regional. Pero el clima que rodea al encuentro dista de ser armónico. El presidente Javier Milei será anfitrión formal este jueves de sus pares del bloque en el Palacio San Martín, en un contexto atravesado por tensiones diplomáticas, una relación fría con Brasil y un condimento extra: la posible visita de Luiz Inácio Lula da Silva a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, autorizada por la Justicia para recibirlo en su departamento de Constitución, donde cumple prisión domiciliaria.
El eventual reencuentro entre Lula y Cristina —aún sin horario confirmado— amenaza con opacar el foro regional y devolverle centralidad a la líder del peronismo en un momento en que el gobierno libertario busca capitalizar el cierre de su presidencia pro tempore con un mensaje aperturista y de reformas. “El Mercosur debe ser una plataforma para integrarnos al mundo, no un corset ideológico”, sostienen cerca del canciller Gerardo Werthein.
Durante el año que Argentina estuvo al frente del bloque, el gobierno de Milei bajó el tono a sus críticas más duras y optó por una estrategia más pragmática. Las amenazas de ruptura, que marcaron sus primeros meses de gestión, fueron descartadas, y las menciones públicas a Lula se redujeron. Aunque la relación entre ambos presidentes sigue siendo hostil —no habrá reunión bilateral y no está prevista una conversación formal durante la cumbre—, el vínculo institucional con Brasil, principal socio comercial de la Argentina, se mantuvo activo en áreas estratégicas como la energía. El gobierno argentino apuesta, por ejemplo, a abastecer el polo industrial de San Pablo con gas natural de Vaca Muerta, un plan que requiere cooperación fluida con el país vecino.
Pero la decisión de moderar el discurso también respondió a razones internas: el retiro del Mercosur implicaría costos institucionales que exceden al Poder Ejecutivo. La salida del bloque requiere aprobación legislativa y un consenso político que hoy no existe. Aun así, el Gobierno mantuvo gestos simbólicos de desapego, como el recorte de fondos al Parlamento del Mercosur y al Instituto de Derechos Humanos del bloque, una señal que generó malestar entre otros miembros pero que Milei justificó bajo el argumento de austeridad.
En cambio, la apuesta fuerte estuvo en la agenda de libre comercio. Este miércoles se oficializó la conclusión del tratado con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), conformada por Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein, un hito que el Gobierno presentó como un ejemplo del nuevo perfil que busca para el bloque.
“La creación de un área de libre comercio de casi 300 millones de personas, con un PBI combinado de 4,3 billones de dólares, es una señal clara de hacia dónde queremos ir”, destacó Werthein en una conferencia de prensa con formato atípico: los diplomáticos hablaban desde una sala mientras los periodistas los seguían por Zoom desde otro salón del mismo edificio. En ese contexto, el canciller argentino prometió “ayudar” a las empresas nacionales a aprovechar los beneficios del acuerdo, aunque aclaró: “No somos un Estado que intervenga en la vida de las empresas”. Y aprovechó para despejar rumores: “El dólar en el país es libre, las decisiones las toma el mercado”, dijo ante una consulta sobre una eventual devaluación.
El anuncio llegó tras una intensa jornada de reuniones que comenzó temprano con el encuentro de ministros de Economía y presidentes de Bancos Centrales de los cinco países miembro (Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia). “El tema de este año son los impactos de las políticas fiscales sobre el equilibrio macroeconómico”, explicó Santiago Bausili, titular del Banco Central. Luis Caputo fue el anfitrión del encuentro, del que participaron sus pares Fernando Haddad (Brasil), Carlos Fernández Valdovinos (Paraguay) y Gabriel Oddone (Uruguay).
A media mañana, los cancilleres se encontraron en el Consejo del Mercado Común, donde se selló el acuerdo con EFTA y se realizaron los saludos protocolares. Aunque el gesto más observado fue el intercambio frío y distante entre Werthein y su par brasileño Mauro Vieira, quien evitó toda referencia a la visita de Lula a Cristina. “Estamos prontos para acelerar al máximo el proceso de ratificación”, dijo Vieira sobre el acuerdo, en alusión a la próxima presidencia pro tempore de Brasil, que comenzará tras el encuentro de este jueves.
La agenda continuó por la tarde con reuniones entre cancilleres y delegaciones de estados asociados —Chile, Panamá, Perú, Colombia, Ecuador, entre otros— y representantes de organismos financieros internacionales. Además del acuerdo con EFTA y el demorado pacto con la Unión Europea (UE), el Gobierno espera avanzar con El Salvador, mientras Brasil prioriza Japón y Panamá busca cerrar un entendimiento durante la visita de su presidente José Raúl Mulino.
En el caso del tratado con la UE, los países del bloque empujan con distintos intereses. Para Paraguay y Uruguay representa una vía para flexibilizar condiciones comerciales que consideran demasiado rígidas. Lula, en cambio, lo interpreta como un hito clave para reforzar la posición de Brasil en el nuevo escenario multipolar, en el que también busca mayor protagonismo a través de los BRICS. Milei, por su parte, valora el acuerdo desde una lógica aperturista, aunque su mirada sigue puesta en un vínculo más estrecho con Estados Unidos, hoy aún lejano en términos de un tratado formal.
Mientras tanto, este jueves la política doméstica volverá a filtrarse en los márgenes del encuentro regional, desdibujando el guion original de la cumbre. El riesgo para el Gobierno es que la imagen que termine sintetizando el evento no sea la de la integración comercial ni la del consenso diplomático, sino la de un líder sudamericano cruzando la puerta de un departamento para abrazar a una expresidenta presa.
PL/JJD
Tras la autorización judicial, Da Silva se acercará al domicilio de San José 1111 para reunirse con Fernández de Kirchner una vez que finalice la cumbre del Mercosur que se realizará desde las 10 en el Palacio San Martín.
El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, visitará mañana por la tarde a la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner, quien cumple prisión domiciliaria en su departamento del barrio de Constitución tras la condena a 6 años de cárcel por la causa Vialidad, según fuentes oficiales.
Tras la autorización judicial, Da Silva se acercará al domicilio de San José 1111 para reunirse con Fernández de Kirchner una vez que finalice la cumbre del Mercosur que se realizará desde las 10 en el Palacio San Martín.
El presidente del Tribunal Oral Federal 2 Jorge Gorini autorizó hoy que Lula Da Silva se reúna con Fernández de Kirchner en el departamento donde la ex mandataria cumple prisión domiciliaria tras ser condenada por la causa Vialidad.
La visita deberá cumplirse con la regla impuesta cuando se otorgó arresto domiciliario a la expresidenta, relativa a “abstenerse de adoptar perturbar la tranquilidad del vecindario comportamientos que puedan y/o alterar la convivencia pacífica de sus habitantes”, según la resolución.
Gorini tomó esa decisión como juez de ejecución de la condena tras recibir una solicitud de la defensa de la ex presidenta, ante la llegada al país de Lula para la Cumbre de presidentes del Mercosur.
Con información de la agencia NA
El orden internacional liberal basado en reglas es invadido por un sistema transitorio de iniciativas unilaterales, arbitrajes improvisados y liderazgos emocionales autónomos, sostiene el autor quien señala que, por naturaleza, la especie humana añora comunicarse, amar y ser amado a cambio de integrarse a la vida de la sociedad
Cuando se desata una batalla cultural “para cambiar el mundo”, quien se pone en pie de guerra y “espalda con espalda” debe saber cómo es la forma de vida que se propone aniquilar, y cuáles son los atributos y las particularidades de la nueva “visión que marca el norte”. Si el arpón son la barbarie y la ignorancia, ni se amputa lo crucial de lo existente, ni se ofrenda lo indefectible de lo por venir. Recurrir a la violencia puede llegar a ser una experiencia transformadora, pero tal vez ya no se pueda desprenderse de ella en adelante. Para saberlo, no alcanza con algo “de intuición y aprendizaje”; hay que haber estudiado la “colonia de leprosos que es la política”.
Las grandes corporaciones tecnológico-financieras del capitalismo digital controlan los datos y las plataformas en línea, y son fundamentales para la economía y la sociedad contemporáneas. En consecuencia, pueden elaborar su propia construcción de la realidad, e incluso prevalecer frente a poderes políticos transitorios que se les oponen, aunque les rindan pleitesía ceremonial. Trabajan mucho más las subjetividades construidas en los límites del Estado, pero ganan bastante menos. Son usuarios de aquellas tecnologías y dependen de las plataformas para actividades que van desde la comunicación y el consumo hasta el trabajo y el entretenimiento.
Sin embargo, los seres humanos no son sucesivamente iguales, muchas de las cosas que suceden ya sucedieron. Y lo que parece indetenible alguna vez se replegó. La imbecilidad de nuestra especie fue reptante y taimada como lo es hoy. Le Corbusier y Frank Lloyd Wright diseñaron ciudades influenciadas por la lógica del automóvil, derogando las pensadas para el peatón. En 1880, las nativas fueguinas pescaban con una tanza hecha de su propio cabello trenzado y una piedra con una muesca para sostener el sedal; procedimiento y piedras que habían sido ideados por sus antepasados y que ellas transfirieron a los suyos.
El mundo está viviendo un cambio sistémico. El orden internacional liberal basado en reglas es invadido por un sistema transitorio de iniciativas unilaterales, arbitrajes improvisados y liderazgos emocionales autónomos. El conflicto de escala mundial absorbe como una parte del todo el ataque a Irán. La correlación global de fuerzas parte de la disputa entre China y los Estados Unidos, e ingresan otras situaciones, como el concepto ruso de Occidente colectivo, los ademanes de Norteamérica, que –aunque se frustren– cuestan muchas vidas, y el cauce de la inteligencia artificial. ¿Cuál es la puerta hacia el futuro? ¿La resuelta por el Occidente central, o la que elabora con pulcritud la multipolaridad?
No alcanza con insultar a repetición para construir un relato hegemónico. La lectura del “señor Trump” y del “momento Netanyahu” por parte del anarcocapitalismo autóctono, es profana y no ofrece nada, ni para Estados Unidos ni para Israel, y mucho menos para Argentina. Camandulea con frases extraídas de los medios occidentales, que vienen siendo adquiridos por las corporaciones financieras atlantistas desde los años ’80. Su modernidad reaccionaria antiliberal es la del nacionalsocialismo de 1935. Su nostalgia restaurativa copia al Julio Argentino Roca de 1880. La meteorología de ese discurso muestra viento, granizo y tormentas, pero no usa satélites para observar la atmósfera, estaciones en tierra para medir variables, ni modelos matemáticos y computacionales. Dice Gabriel Fernández que quien ocupa el lugar del observador tiene influencia en lo que está viniendo, y que, si no imagina cada espacio a ser establecido o por establecer, no faltará quien lo haga en su lugar. El oficialismo delega la imaginación a manos del real state de Nueva York y del Likud de Jerusalén.
El libertariaje busca modernizar su potencia argumentativa refiriéndose a sus antagonistas como pichones “de Stalin”, individuos que no pueden ni “hacer un cero con un vaso”, últimos zares “de la miseria”, “monarcas diminutos”, “incestuosos”, y “basuras”. Consagran el secreto como recurso administrativo-financiero: incorporaron otro misterio al del tesoro de los Caballeros Templarios, y al de los contenedores metálicos sellados de los más de 400 kilos de uranio enriquecido que no aparecieron, luego de la Operación Martillo de Medianoche. El aporte libertario, consistió en parte de los 1,98 millones de onzas troy de oro que fueron trasladadas en vuelos comerciales hacia Londres y posiblemente Basilea, por decisión del Ministro de Economía de la Nación. El funcionario es la cabeza de un método donde lo único que crece de manera sostenida son los deciles de menores ingresos. Conforman una especie como la de los guanacos: no se enfrentan directamente al depredador para defender a otros miembros del grupo; patrullan armados con celulares.
La planificación agrícola de su meteorología consistió en decir que el adversario es un burro, pero “sin su principal atributo, es el burro eunuco”, lo que no es una obsesión sexual sino, en todo caso un hallazgo homosexual. Federico García Lorca y sus octosílabos con rima asonante dejando los versos impares sueltos: “Yacía junto a una verja / un burro sin su carácter”. Pero no hay una sola manera de vivir, por encima de las otras, porque todas tienen algo que ofrendar y riesgos para ser sorteados.
Convicción no es capricho. La especie humana añora entender, sentir, comunicarse, amar y ser amado a cambio de integrarse a la vida de la sociedad. Así como una cultura tiene sectores, también un discurso debe tenerlos. Hay más que una forma de organización, más que una de participación, más que una de integración y de fraternidad. Ser diversos es una identidad, y en una identidad hay que ser diversos. Las cosas hay que hacerlas bien para que salgan bien. O se empieza con el pie derecho, o no se da pie con bola. O no nos llegan ni a los pies o se está con un pie en el vasallaje. O los agarramos con el pie cambiado o nos ponen el pie encima. No sentimos ningún dolor estético, ni una esmerada pesadumbre, ni nadie se subordinó a los que dominan. Lo que tiene variedad es el conjunto, la individualidad tiene desmanes. Emily Dickinson escribió que el agua se aprende por la sed, el éxtasis por la agonía, que a la paz la cuentan las batallas y que el amor se repasa en el hueco de la memoria. Esa es la bisagra en la que andamos.
RB/MG
El actual vicario auxiliar de la Prelatura y primero en orden de sucesión de su líder Fernando Ocáriz, el sacerdote Mariano Fazio, fue formalmente acusado por tres fiscales argentinos en la causa por trata de mujeres pobres para servidumbre
La acusación es contundente: el sacerdote Mariano Fazio, primero en la línea sucesoria para ser el jefe máximo de la Prelatura de la Santa Cruz y el Opus Dei, fue parte del sistema de trata de mujeres pobres para explotación laboral que diseñó y ejecutó la Obra durante al menos cuatro décadas en la Argentina, su país, y que tiene al menos 43 víctimas. Así lo afirma el escrito de ocho páginas al que tuvo acceso exclusivo elDiario.es y que pide que se lo cite a declaración indagatoria junto a otros cuatro religiosos.
En 2024, tras dos años de una investigación secreta y sin precedentes, la Procuraduría contra la Trata de Personas de Argentina (PROTEX) y la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N°3, habían elevado una acusación formal contra las máximas autoridades del Opus Dei en Buenos Aires. En ese pedido se citaba a indagatoria a los exvicarios regionales, Carlos Nannei (1991-2000), Patricio Olmos (2000-2010) y Víctor Urrestarazu (2014-2022) y había llamado la atención que no se nombrara a Fazio, quien había estado en el mismo cargo en el período intermedio entre los dos últimos.
Fazio llegó a Roma en 2014, un año después de que su coterráneo Jorge Mario Bergoglio se convirtiera en el papa Francisco. El nombramiento, primero como vicario general, no fue casual. El jefe máximo del Opus Dei entonces, Javier Echevarría, lo llevó con el fin de buscar acercarse al jesuita que, aunque recién desembarcaba en el Vaticano, ya aparecía con una impronta reformista que los alarmaba. Según fuentes cercanas al Opus Dei y al Vaticano, la intención fue la de “controlar” a Francisco, con quien Fazio sostenía una relación cordial en Buenos Aires.
El pedido formal de imputación, despachado el pasado 11 de junio por los fiscales Alejandra Mángano, Marcelo Colombo y Eduardo Taiano, va dirigido al juez federal Daniel Rafecas y sostiene que las pruebas que alcanzan a los demás acusados son suficientes para imputar también al segundo hombre más importante del Opus Dei en el mundo.
La sede principal del Opus Dei en la Argentina está ubicada en el barrio de la Recoleta, uno de los más caros de Buenos Aires. Allí, en un edificio que ocupa más de un cuarto de manzana y que fue construido sobre un terreno donado por una dictadura militar y con subsidios de otra, viven las máximas autoridades de la organización, incluida toda la cúpula religiosa.
Allí también, en una torre de ventanas casi tapiadas, funcionó y funciona Laya, la mayor residencia de mujeres de servicio de la organización: criadas que atienden a los hombres de las jerarquías sin recibir ningún pago por su trabajo y en condiciones de semiencierro. Allí vivió Mariano Fazio durante muchos años, incluidos los cuatro en los que fue vicario regional y allí trabajó la testigo principal de la investigación.
La causa en Argentina, que podría tener réplicas en otros países, habla de 43 casos de explotación. Sin embargo, la gran mayoría de las denunciantes logró irse antes de 2008 del Opus Dei –algunas tuvieron que escaparse–, fecha en la que entró en vigor la Ley de Trata, y por lo tanto sólo cuatro casos del total se enmarcan en ese delito. En tanto, la prescripción en tres de los casos que son posteriores a 2008 podría estar en juego porque que tiene un plazo de 12 años.
La acusación se centra en el caso de una mujer boliviana que fue captada cuando era menor y sirvió como mucama durante 31 años. M.I.E. –sus iniciales– fue llamada a declarar por segunda vez en abril de 2025. Entonces, frente al juez Rafecas, la testigo clave amplió su testimonio y señaló que conocía al “padre Mariano” (Fazio), que había coincidido con él en la sede central mundial del Opus Dei en Roma –a ella la habían enviado como sirvienta y a él como jerarquía– y en la sede central en Buenos Aires, donde también trabajó muchos años. La mujer aseguró que entre 2009 y 2014 tuvo asignada la limpieza de la habitación de Fazio, justo en el período en que fue vicario regional.
M.I.E. también contó su experiencia con el vicario Carlos Nannei (1991-2000), predecesor de Fazio en Buenos Aires, enviado a Roma junto a él en 2014 con el mismo fin de influir en el Papa Francisco y también acusado en la justicia por los mismos cargos. M.I.E. contó que en las “meditaciones” –ceremonias religiosas diarias en los oratorios del Opus Dei–, el sacerdote Nannei les decía que “querer irse de la obra era como salirse de la barca” y que una de las cosas de las que se tenían que convencer era que “salir de la barca era una muerte súbita”. También que, para eso, tenían que “rendir el juicio, quemarse por Dios, hacerse holocausto por Dios”.
La imputación sobre Fazio describe las características del trabajo de M.I.E.: “La cantidad de labores que le eran exigidas, la disponibilidad a toda hora, las interminables jornadas, y el sometimiento psicológico volvieron a formar parte de esta nueva declaración”, dice el escrito y resalta una frase de la víctima: “Yo iba por la calle pensando que no quería vivir más. Iba por la calle pensando cómo puede la gente sonreír. Ahí me mandaron al psiquiatra”.
Los fiscales concluyen que “la respuesta institucional a lo que eran las consecuencias de la vida que le exigían eran antidepresivos, somníferos, ambos suministrados por psiquiatras de la organización”.
El 14 de mayo pasado, el nuevo papa León XIV citó en su oficina a las máximas autoridades de la Prelatura de la Santa Cruz y el Opus Dei. Allí estuvieron el español Fernando Ocáriz, jefe máximo de la organización, y el argentino Fazio. A juzgar por las fotos oficiales, la audiencia fue amable y hubo sonrisas. Sin embargo, fue una reunión en la que el nuevo pontífice se mostró dispuesto a seguir el camino iniciado por Francisco, quien disminuyó el poder y quitó la jerarquía al Opus tras la denuncia en Argentina y mandó a la organización a modificar sus estatutos. Con casi tres años de retraso –el último fue tras la muerte del argentino–, justo después de aquella audiencia con León XIV terminaron la tarea y a mediados de junio los presentaron.
Ahora, la gran pregunta entre los círculos de exmiembros del Opus Dei de todo el mundo, así como de otros allegados al Vaticano es si León XIV volverá a reunirse con un imputado por delitos gravísimos o si, aún más lejos, permitirá que continúe en su posición de jerarquía en una institución que ya está en el punto de mira. La misma pregunta vale para Ocáriz, quien tiene que decidir si mantiene como su segundo a Fazio.
Los fiscales volvieron a exigir al juez Daniel Rafecas que se concreten las indagatorias a los acusados y remarcaron la demora de casi diez meses desde la primera petición, el 20 de agosto de 2024. También destacaron la obligación internacional del Estado argentino “de garantizar el acceso a la justicia de las víctimas de delitos”: “En un caso con las características del presente, que involucra a mujeres víctimas de trata de personas bajo la modalidad de reducción a la servidumbre en el ámbito de una institución religiosa, corresponde tener especialmente en cuenta el deber de debida diligencia en las investigaciones judiciales que las involucran”.
A su vez, en el mismo precedente se resaltó que “la impunidad de los delitos cometidos envía el mensaje de que la violencia contra la mujer es tolerada, lo que favorece su perpetuación y la aceptación social del fenómeno, el sentimiento y la sensación de inseguridad en las mujeres, así como una persistente desconfianza de éstas en el sistema de administración de justicia”. En este sentido, los fiscales agregaron que “la garantía del plazo razonable exige que los procesos penales no se dilaten innecesariamente, y que las investigaciones y resoluciones sean realizadas sin demoras indebidas”.
Si tenés información sobre este caso u otros similares, podés escribirnos al correo seguro pistas@eldiario.es