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El PJ no logra acordar la unidad tras una dura pelea entre Máximo Kirchner y un ministro de Kicillof

El PJ no logra acordar la unidad tras una dura pelea entre Máximo Kirchner y un ministro de Kicillof

El panperonismo tiene este sábado un nuevo congreso marcado por la tensión de cara a la definición hacia las elecciones. Escenas sobre el hijo de Cristina marcan el ambiente interno. ¿Habrá una lista o varias?

Máximo Kirchner y Gabriel Katopodis discutieron muy fuerte en los últimos días. La escena difiere en detalles de acuerdo a quien la cuenta, desde que “casi se van a las piñas” a que se metió “un gordo de seguridad” para “ubicar” al ministro de Infraestructura de Axel Kicillof, quien no paraba de gritarle “callate la boca” al hijo de Cristina Kirchner. Pero la pelea política que se vivió el martes en la Quinta de San Vicente –confirmada por cinco fuentes distintas a elDiarioAR– revela el grado de tensión de cara al cierre de los frentes electorales del próximo miércoles 9. Este sábado el panperonismo vuelve a encontrarse en un congreso en Merlo con una incertidumbre clave: no está definido si habrá finalmente una alianza de unidad entre el kirchnerismo, el axelismo y el massimo.

La tirria entre Máximo y Katopodis terminó con una paz pactada en una conversación a solas entre ellos: “Gabriel tiene buena relacion historica con él y es un compañero”, aclararon en el entorno del exintendente de San Martín. Un punto en la discusión fue justamente la locación del congreso de hoy. El domingo pasado en la cumbre que compartieron Kicillof, el hijo de Cristina y Sergio Massa, el gobernador “pidió” –apuntó un funcionario bonaerense– que el congreso sea en La Matanza, terruño de Fernando Espinoza y de la vicegobernadora, Verónica Magario, que suena como potencial candidata para la Tercera Sección Electoral. Kirchner no quiso: “Máximo estuvo intransigente. Se levantó y se fue. Acto seguido se levantó Massa y también se fue”, dijo la misma voz consultada. En Merlo gobierna Gustavo Menéndez, parte del primer anillo de confianza del hijo de Cristina.

Katopodis, el ministro de Kicillof que esta semana tuvo un duro cruce con Máximo Kirchner.

Pero más allá de esa discusión de formas, la pelea es de fondo: para el miércoles próximo todavía está en duda la conformación de un frente único porque aún están en juego las cabezas de todas las listas que tienen que presentarse diez días después, el 19 de julio. La elección para la Legislatura bonaerense es el 7 de septiembre, pero es un domingo que tendrá prácticamente ocho elecciones simultáneas. Hay zonas que eligen diputados y otras, senadores. En el tramo de abajo de las boletas, todos los municipios renuevan concejales y consejeros electorales.

Juan Grabois llegó a plantear en la semana en C5N que podría haber distintas listas y un funcionario de Kicillof adelantó a este medio que actualmente existe la posibilidad de que se anoten al menos tres frentes electorales del peronismo, más allá de que al momento del cierre de listas algunos sellos queden en el camino. “Son tensiones comunes en estos momentos de cierre. Va a estar todo bien, hay un frente común”, contradijo un vocero con territorio propio.

La falta de resolución gravita en si el criterio preponderante para conformar las listas es la unidad ante todo, el grado de conocimiento del potencial candidato en cada sección o la propiedad de la lapicera. ¿El peronismo provincial lo conducen Kicillof y sus 45 intendentes o Máximo y sus aliados en el PJ bonaerense? Además está en debate la narrativa de la campaña: “La Cámpora plantea que el eje único tiene que ser la libertad de Cristina. Nosotros planteamos que ese tema es importante pero también hay que hablar de la agenda que le preocupa a la gente”, dijo alguien que habla con el gobernador.

“Hoy está todo muy tenso. El pibe tiene mucha bronca acumulada y parece que no tienen ganas de acordar”, aseguraron sobre Máximo en una intendencia del conurbano que tiene buena relación con el kirchnerismo. Un operador peronista sintetizó el nerviosismo existente en el detalle anecdótico de que el hijo de Cristina pasó, en el último tiempo, a fumar el doble de cigarrillos. “Katopodis es Axel yendo contra La Cámpora”, lanzaron en el kirchnerismo. “El gobernador quiere la unidad, pero no quiere una unidad donde se lo humille”, devolvieron desde La Plata.

Massa, Kirchner y Grabois, en el PJ días atrás luego de la condena a Cristina. No se ponen de acuerdo y podría presentar frentes separados en PBA.

Tras la discusión macro, la Tercera Sección –que corresponde al sur del conurbano– sigue siendo incómoda tras la proscripción de CFK. Es un bastión histórico del peronismo pero que no tiene un único dueño. Los intendentes aliados con Kicillof no podían negar a Cristina como candidata pero ahora no están dispuestos a aceptar sin condiciones a Máximo como un “heredero natural”. Lo dejó en claro el vicepresidente del PJ de Avellaneda y titular de la CGT regional, Héctor Villagra: “No vamos a acatar un carajo lo que diga Cristina”.

En el peronismo ya circula como borrador que para la Tercera, donde se eligen 18 representantes para la Cámara de Diputados de la provincia, al menos la mitad de los lugares en la lista vaya para el Movimiento Derecho al Futuro; del resto, La Cámpora pondría a uno o dos nombres más que el Frente Renovador. Sería una negociación beneficiosa para el axelismo, que revelaría otra pintura sobre las últimas reuniones: en la cumbre del domingo Kicillof se habría mostrado con mucha mesura, frente a un Máximo visiblemente alterado.

Me hincharon las pelotas, me voy a mi casa. Mi vieja está presa y ustedes están boludeando

habría dicho Máximo Kirchner en una reunión del PJ

“Me hincharon las pelotas, me voy a mi casa”, contó un operador que dijo Máximo, abandonando el lugar junto con Mariel Fernández, intendenta de Moreno y parte del Movimiento Evita. El hijo de Cristina dejó sentado en la mesa a Federico Otermín, de Lomas de Zamora, como su representante. “Mi vieja está presa y ustedes están boludeando”, habría sido otra acusación lanzada al aire. Entonces Alberto Descalzo, mandamás de Ituzaingó, le contestó, según apuntó la fuente: “Si seguís hinchando los huevos, el próximo que va en cana sos vos y recién tenes 50 años”.

En el kirchnerismo hay una certera preocupación por la cárcel a partir de lo que –entienden– es una alianza entre Patricia Bullrich y la jueza Sandra Arroyo Salgado por la razzia a dirigentes cercanos a Mayra Mendoza, por ejemplo, tras el escrache con caca a José Luis Espert. Ayer en el Consejo de la Matratura los consejeros kirchneristas Mariano Recalde y Vanesa Siley denunciaron al juez por supuesto mal desempeño en el ejercicio de sus funciones. “Arroyo Salgado se está vengando por el tema Nisman y el poder está avanzando como depredadores. Cristina tenía razón –dijo alguien que está cerca de la intimidad de la exmandataria–. No venían por ella, sino que disciplinan al resto a futuro”. Justamente disciplina es lo que parece faltar en el ordenamiento del PJ.

MC

"La calle no es un lugar para vivir, mucho menos para morir": censaron a personas sin hogar en medio de la ola polar

En los últimos días, con temperaturas cerca de los 0 grados, organizaciones sociales y más de 700 voluntarios recorrieron las comunas de la Ciudad para registrar a quienes viven en la calle. El resultado provisorio expone un aumento de las personas en esa situación y mayor vulnerabilidad ante el abandono y la violencia estatal.

“Cuando tenés un problema o necesitás algo, ¿a quién le pedís ayuda?”, pregunta Tatiana, censista de una organización social, parada en el centro de la Villa 31, en una mañana de ola polar. “¡A nadie!”, se apura a contestar H., un hombre robusto de 35 años que no tiene hogar. “¿Para qué voy a pedir ayuda? Después te lo echan en cara”. La censista levanta la mirada, lo deja hablar, y vuelve a su planilla. “Me refería… si pedís ayuda en un programa o institución del Gobierno de la Ciudad, fundación u organización social, parroquia, policía, familiares, amigos, vecinos…”. H. observa a su hija de 8 años parada junto a él, soplando un mate cocido desde donde salen hilos de vapor. “Ah, no. No pido ayuda a nadie”, dice mientras abre con los dientes un paquete de galletitas saladas: “Me las rebusco solo. Cartoneo”.

Son las 10 de la mañana del jueves 26 de junio y acaba de comenzar el Tercer Censo de Personas en Situación de Calle en el Barrio Padre Carlos Mugica. La iniciativa fue organizada por Barrios de Pie, Proyecto 7, La Patria es el Otro e Irrompibles, junto a otras agrupaciones y más de 400 voluntarios. Durante los tres días siguientes, más de 700 censistas con pecheras verdes recorrieron las 15 comunas para relevar a los hombres y mujeres sin hogar en la Ciudad de Buenos Aires. Los resultados oficiales de la encuesta se darán a conocer la próxima semana. elDiarioAR acompañó en exclusiva el trabajo de relevamiento.

El censo lo llevaron adelante más de 700 voluntarios en todas las comunas porteñas.

En la Villa 31 un viento frío recorre las casas de colores intensos construidas unas sobre otras con escaleras de caracol. Algunas tienen puertas abiertas donde se venden panificados y otras están completamente enrejadas a esta hora de la mañana cuando el barrio se pone en marcha, con ventas de frutas y verduras, puestos de sánguches, ofertas de fideos y huevos que se exhiben entre transportistas que dejan atrás a herreros, bicicleteros, carniceros, barberos, kiosqueros, reparadores diversos. La luz que proviene del cielo despejado no atenúa la baja temperatura. Por el frío extremo que comenzó ni bien llegó el invierno, oficialmente desde el gobierno porteño se solicitó llamar a la línea 108 para asistir a las personas más vulnerables.

Los censistas, militantes de Barrios de Pie, ahora vuelven a escuchar a H. Los referentes Sol Lacava, Juan Rey, Felicitas Salinas y Tatiana Casanello acompañan la entrevista. “¿En los últimos dos años aumentó la violencia contra las personas en situación de calle?”, le preguntan. H. asiente. Bajo una gorra negra, sus ojos grandes y almendrados, ligeramente caídos y vidriosos en el rostro moreno dan una expresión triste o profundamente serena, acaso por el sueño o la medicación que empezó a tomar para dejar el alcohol.

–¿Quién ejerce la violencia? –pregunta Casanello mientras Rey, que carga un bidón con mate cocido, le sirve un vaso más a la nena de H. Salinas, con una caja llena de galletitas, le acerca otro paquete.

–La policía. Siempre la policía –contesta H.–. Y los de Espacio Público, esos son re zarpados. Y ahora la gente del centro también, el otro día me sacaron a patadas, tuve que salir corriendo.

–¿Los vecinos? –le repreguntan.

–Sí, los vecinos del centro, entraron a bardearme y tuve que salir corriendo.

Muchos de los censados en la calle también son asistidos con alimentos y abrigos.

Con la llegada del invierno y a través de un decreto, el gobierno nacional se desligó de las personas en situación de calle –cuyo universo creció en CABA un 122% desde 2017 y un 55% entre 2022 y 2024–, y pasó a estar a cargo exclusivamente de las provincias y los municipios. Las relatorías de la ONU sobre Vivienda y Pobreza denunciaron un patrón de criminalización en las políticas de la Casa Rosada: desalojos, destrucción de pertenencias y un aumento del 2.137% en contravenciones. Las denuncias por violencia institucional crecieron un 128% en un año.

“Intento explicar que la violencia no se responde con más violencia”, apunta Florencia Fuertes, psicóloga del CAAC, el centro de atención a consumos problemáticos desde donde partieron los censistas. “Es muy complejo: hay violencia estatal, criminalización, y una sociedad que no los acepta”.

Para comenzar la jornada, los censistas reparten planillas, cargan mate cocido y salen del CAAC. Antes de dividir las zonas, Sol Lacava da un mensaje: remarca la importancia del censo frente a cifras oficiales distorsionadas y explica que no se difundió la fecha del relevamiento para evitar desalojos previos. Minutos después, el grupo se encuentra con H., el primer entrevistado, que ahora mastica una galletita mientras Tatiana formula la siguiente pregunta:

–¿Qué pensás que te ayudaría a salir de la situación de calle? ¿Trabajo, vivienda, tener un motivo, volver a tu casa, un subsidio, superar un consumo?

–Un trabajo. Por supuesto que un trabajo –responde H. Es de Tucumán, pero vivió casi toda su vida en Capital. Terminó la primaria.

–¿Y el consumo? –pregunta Tatiana, cerrando la encuesta.

–Si tengo trabajo, ¿para qué voy a consumir? –reflexiona H. y cuenta que recientemente le entregaron los análisis clínicos: “Ni tuberculosis tengo”, celebra.

Por el frío extremo que comenzó ni bien llegó el invierno, oficialmente desde el gobierno porteño se solicitó llamar a la línea 108 para asistir a las personas más vulnerables.

El relevamiento de personas en situación de calle se realizó con un protocolo riguroso: las entrevistas duran unos 20 minutos y, si no pueden concretarse, se registran características del entorno y la vestimenta para evitar duplicaciones. Los datos se cargan en una aplicación que descarta observaciones repetidas. Los equipos fueron capacitados para abordar con cuidado, evitando intervenir si la persona está dormida, en ranchada o bajo efectos de sustancias. En esos casos, solo se la registra como un número.

Aunque los resultados aún no están procesados, los primeros relevamientos indican un notable aumento de personas en situación de calle durante el último año, muchas de ellas con estudios, profesiones u oficios, y sin consumos problemáticos. Se observa una fuerte presencia de personas mayores y casos donde los problemas de salud mental son centrales, pero sin acceso al sistema de salud. Las denuncias por violencia institucional también se repiten: en varios barrios se señala a agentes de Espacio Público como responsable de desalojos y hostigamientos, lo que empuja a muchas personas a refugiarse en los barrios populares.

La calle se vuelve tu casa

“Fijate, acá en la villa, que está lleno de personas durmiendo en la calle. De la gente que camina, te podés dar cuenta quiénes no tienen hogar porque cargan bolsas y por cierto aspecto desaliñado. En el último año, en los barrios se triplicó la gente en situación de calle. Es porque el gobierno los desaloja de la Ciudad, los barre, para que no se vean; pero acá están”, dice Sol Lacava, referente de Barrios de Pie, que sabe de lo que habla: vivió un año y medio en la calle, precisamente en Chacarita. Madre de cuatro hijos, hoy coordina el Tercer Censo y conoce los casos más extremos.

“Cuando caés en la calle, al principio sentís que todos te miran. A la semana, sos un árbol, parte del pavimento. El mundo gira y vos quedás afuera. Te angustiás, te deprimís, te enojás con todo: con la sociedad, con Dios. Tu aspecto cambia y ya ni te dejan entrar al baño. Después viene lo peor: te acostumbrás. La calle se vuelve tu casa. Conseguís comida y volvés a la calle. Te tomás un colectivo y volvés a la calle”, completa Lacava.

Ahora el grupo de censistas avanza, se encuentran con una mujer y un hombre que no quieren ser entrevistados, consumiendo pasta base en una esquina. Registran el lugar, las pertenencias y vestimenta: calza negra, campera marrón. Entonces se dirigen al “Paredón”, sobre la calle Colibrí, una zona solitaria y fronteriza dividida por un largo tapial verde de tres metros de alto donde el viento se siente más que en cualquier otro sitio y suelen estar “los más finos”, dice Felicitas. “Acá están los más picantes”, aclara.

“¿Querés algo calentito?”, ofrece Felicitas a una joven de 25 años temblando, sentada en la calle de tierra frente al Paredón. Recibe una negativa de respuesta. “¿Segura? Tomate un mate cocido, nena, acá tenemos unas galletitas”.

Nacida en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, y radicada hace 15 años en Retiro, Felicitas es la puerta de entrada al barrio, en el que todos la conocen y saludan. Con cierta incertidumbre, B. accede a dar la encuesta. “No sé, caí en la porquería y por problemas de familia”, contesta cuando le preguntan por qué no tiene hogar.

“Hacemos todas estas preguntas, entre otras cosas, para derribar ese concepto que tiene mucha gente de que muchas personas eligen estar en la calle”, explica Lacava. “La calle no es un lugar para vivir, mucho menos para morir”.

Bajo el puente Avellaneda, el tren despierta a L., acostado en un colchón, debajo de una fina frazada. Usa un bolso de almohada, al lado del cual hay una manzana mordida. El joven recibe mate cocido, galletitas y acepta la entrevista. Tatiana se sienta, le habla. L. se pone de costado y la observa. Moja una galletita en el mate y la deshace en la boca: casi no le quedan dientes. Otro muchacho, que no quiere ser entrevistado, se acerca a escuchar y desayunar. Hace una mueca.

–Yo soy el psicólogo de todos estos –lanza–. Los escucho y aconsejo, pero no me hacen caso.

Todos ríen. Los censistas le muestran la ubicación del CAAC, donde atiende Florencia, la psicóloga.

–¿También hay para comer? –pregunta L. desde el colchón.

A medida que avanza la mañana, más personas se acercan en busca de algo caliente. Algunos vienen descalzos, otros con frazadas. De lejos, otro simpático bromista sin hogar pide que le lleven el mate cocido “a domicilio”. Luego se acerca y señala una gigantografía de Adidas delante de unos altos hoteles de lujo, donde se ve la fotografía de un hombre de belleza hegemónica.

–Así era yo cuando me afeitaba –se jacta.

Otro, en remera, pregunta por paradores en Villa Lugano: “Mis hermanos se fueron para allá y también están en la calle”. Exageradamente educados y lúcidos, desayunan junto a los censistas y cuentan sus historias.

“Estar en la calle es el último escalón. Para que eso ocurra, antes se pulverizaron todas las instancias”, dice Lacava, quien recuerda con cariño a un excombatiente de Malvinas que supo cuidarla de los peligros de la calle durante su estadía en el asfalto. “Hacer el censo es una experiencia que te atraviesa, de mucha emoción, de gente que necesita que la escuchen. Hay tantas historias de personas que están rotas. Pero hacer el censo con este frío es terrible, porque una se va con la sensación de no saber si esa persona va a estar viva al día siguiente…”.

Lacava se conmueve, ingresa a un terreno más oscuro. Hace una pausa y elige abrir otra puerta, impregnarse del insumo fundamental que sostiene a cualquier militante de base para seguir caminando los barrios: el optimismo. “Sin embargo”, dice mirando una planilla desde su celular, “para este censo se anotaron más de 400 voluntarios; es decir, todavía hay mucha empatía”.

LN/MC

"Che Milei..": CFK se refirió a las detenciones de militantes por el escrache a Espert

A través de un posteo en la red social X, Cristina salió a respaldar a la dirigente y a cuestionar la vara del oficialismo frente a las protestas sociales.

La expresidenta Cristina Kirchner volvió a aparecer públicamente con un mensaje contundente contra el presidente Javier Milei, tras la detención de Eva Mieri, concejala de Quilmes y presidenta del bloque del Partido Justicialista, acusada de participar del ataque a la casa del diputado nacional José Luis Espert.

“Che Milei… ‘Libertario’ de los ricos. ¿Te acordás cuando posteabas la foto de los manifestantes franceses, identificados como ‘los chalecos amarillos’, tirando camiones de bosta en las oficinas públicas de Francia y decías, textualmente… ‘HERMOSA INICIATIVA’?”, escribió la exmandataria.

En un tono desafiante, añadió: “Fijate hermano y borrá el posteo… porque con los manuales de procedimiento de Bullrich y Arroyo Salgado, te van a meter en cana por apología del delito”.

Cristina cerró su publicación con una exigencia directa: “P/D: Liberen al pibe y a las pibas, cachivaches”, en alusión a los demás militantes detenidos durante los allanamientos realizados en Quilmes y en otras localidades del conurbano bonaerense.

Mieri fue arrestada en el marco de una investigación que dirige la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, por su presunta participación en el ataque contra el domicilio del economista liberal y actual legislador, José Luis Espert. Además de la concejala, fueron detenidas otras tres personas, militantes de La Cámpora, una de las cuales estaría vinculada directamente a uno de los vehículos usados durante el hecho.

Los procedimientos incluyeron allanamientos en el edificio municipal de Quilmes y en domicilios de Florida, Villa Martelli e Ingeniero Maschwitz.

En medio de los escándalos por corrupción y acoso sexual, Pedro Sánchez promete mantener su gobierno

En medio de los escándalos por corrupción y acoso sexual, Pedro Sánchez promete mantener su gobierno

El presidente del Gobierno español intenta proteger su gestión del escándalo de corrupción en el PSOE, que reivindica como un partido de gente "honesta" a pesar de "los errores cometidos" con varios de sus figuras clave

Varias mujeres acusan a un hombre clave de Pedro Sánchez de “comportamientos inadecuados” cuando era su jefe

Luchar contra la corrupción en el PSOE y reivindicar el legado de su Gobierno y la necesidad de mantener en pie la legislatura. Ese ha sido el mensaje central de Pedro Sánchez este sábado durante un comité federal en Ferraz, sede del socialismo español, marcado por el escándalo de corrupción en torno a Santos Cerdán y José Luis Ábalos y por las acusaciones de mujeres del partido sobre Paco Salazar desveladas por elDiario.es. En su intervención inicial el presidente español pidió perdón en primera persona, admitió que quien se equivocó fue él por nombrarlos, pero defendió que no todos responden igual y que el Gobierno que preside merece la pena.

“Comparezco ante vosotros, evidentemente con el corazón tocado, pero también con la determinación intacta y con las mismas ganas de plantar cara a la adversidad y de volver a superarla. Porque si alguien tenía dudas, lo digo aquí, de nuevo, nosotros vamos a seguir avanzando, no vamos a rehuir este desafío”, indicó Sánchez, que añadió: “Vamos a hacernos cargo de la situación, como siempre hemos hecho. Y vamos a derrotar a la corrupción, tanto dentro como fuera de nuestra organización”, declaró.

Sánchez quiso incidir esta vez en su responsabilidad directa en el nombramiento de altos cargos del partido que hoy están imputadas o incluso en prisión. “Sí quiero pediros perdón porque me equivoqué en depositar confianza en personas que no la merecían. La traición sufrida es dolorosa desde el punto de vista político y personal. Al fin y al cabo fui yo quien confié en ellos y quien no supe descubrir qué había detrás”.

Pero tras esa autócritica rechazó de forma enérgica que todos en política sean iguales. “Nosotros no somos como los otros, ni somos como los corruptos que han manchado nuestras siglas. Que nadie intente igualarnos en la indecencia. Este partido está hecho de gente trabajadora, honrada, humilde, que jamás metería la mano en la caja”, ha dicho.

El presidente dedicó gran parte de su discurso a poner en valor lo hecho por su Gobierno y a defender la necesidad de mantener la legislatura en pie contra viento y marea. “La mayoría de la gente nos mira con esperanzas porque sabe que el Gobierno es el mayor garante del estado del bienestar y que el PSOE es el último gran defensor en nuestro país de un orden internacional basado en reglas. Nuestro proyecto político merece la pena hoy nunca más que antes por el retroceso sin parangón de derechos y libertades”.

También tuvo palabras para las mujeres de su partido tras las conversaciones entre José Luis Ábalos y Koldo García aportadas por la UCO y tras las acusaciones desveladas por elDiario.es al hombre que este sábado iba a ser empoderado como adjunto a la Secretaría de Organización del partido. “Nos hemos dotado de un código ético, hemos creado una oficina de cumplimiento normativo. Cuando haya potenciales casos de acoso le pido a las compañeras que usen estos canales, que las vamos a proteger”, dijo al respecto del caso de Paco Salazar.

Sobre el consumo de prostitución que se deduce del comportamiento de Ábalos y Cerdán, el líder del PSOE ha remarcado que “para los y las socialistas ser feminista no es un acto de postureo, que se satisfaga acudiendo a las manifestaciones del 8M o poniéndose el lazo violeta en la solapa. Para los y las socialistas el feminismo es una forma de ser, un compromiso real que exige vivir como se piensa. Y si pensamos que el cuerpo de una mujer no está en venta, en nuestro partido no puede haber cabida para cualquier comportamiento contrario a ello”, afirmó durante su intervención ante el Comité Federal del PSOE.

En ese sentido, Sánchez planteó someter al comité “una resolución de condena absoluta y de tolerancia cero ante cualquier acción o declaración machista e ir más lejos”. “Porque por supuesto vamos a plantear el refuerzo del protocolo de prevención e intervención frente al acoso sexual, mejorando lo que haya que mejorar del canal de denuncias, reforzando y garantizando la confidencialidad y protegiendo al denunciante de cualquier represalia”, ha dicho. Además, ha propuesto modificar también el artículo 4.5 del Código Ético del PSOE para que se incluya el “firme compromiso con el abolicionismo de la prostitución y la expulsión inmediata de aquellos militantes que pagan por la sexualidad”.

También durante su intervención anunció un paquete de medidas para mejorar la transparencia en el seno del partido tras el escándalo de supuestas coimas y arreglos de contratos que operaba en la Secretaría de Organización. Una de ellas, asegura, busca “reforzar el equilibrio de poderes dentro del partido”, con cargos más colegiados en el partido e implantar la exigencia de doble firma en decisiones importantes. “Con ello evitaremos una excesiva concentración de poder y establecemos mecanismos de control cruzado”, afirmó.

Además, los cargos socialistas deberán presentan sus declaraciones de bienes y actividades ante los Comités de Ética regionales y se abre la puerta a hacer controles aleatorios sobre patrimonio. Este Comité de Ética y Garantías se verá “reforzado” y se recibirán copia de todos los escritos en el canal de denuncia, se emitirán informes sobre ética y se podrá actuar de oficio si hay indicios de actuaciones de acoso. El PSOE, dijo, también “mejorará” el protocolo anti acoso sexual tras la información desvelada por elDiario.es.

El Comité Federal del PSOE reunido este sábado en la sede estatal del partido de la calle de Ferraz de Madrid ha estado marcado por la renuncia de Paco Salazar tras información publicada por elDiario.es en la que varias mujeres lo señalan por “abuso de poder”, “acoso sexual” y “comportamientos inadecuados”. La dirección socialista ha hecho público un comunicado en el que señala que Salazar ha solicitado al PSOE “la apertura de unas diligencias previas de información sobre las noticias conocidas esta mañana, y de la misma forma solicitó ser apartado de sus funciones actuales en la Comisión Ejecutiva Federal”.

“No conocíamos las denuncias de las que hemos tenido conocimiento esta madrugada a través de elDiario.es”. Con estas palabras se han expresado este sábado fuentes de la dirección del PSOE respecto a las acusaciones de varias mujeres por “comportamientos inadecuados” contra Paco Salazar desveladas por elDiario.es.

La dirección socialista especificó además, que en el Comité Federal de este sábado se va a reforzar el comité de garantías y los estatutos del partido y las fuentes consultadas han insistido en que el PSOE “va a abrir diligencias de inmediato, a pesar de que no constan denuncias al respecto en ninguno de los canales habilitados por el partido”. Además, el Comité Federal dio luz verde a la nueva Ejecutiva Federal socialista, remodelada por Pedro Sánchez a raíz de la implicación del exsecretario de Organización, Santos Cerdán, en un presunto caso de corrupción.

Varias mujeres acusan a un hombre clave de Pedro Sánchez de “comportamientos inadecuados” cuando era su jefe

Varias mujeres acusan a un hombre clave de Pedro Sánchez de “comportamientos inadecuados” cuando era su jefe

Se trata del nuevo adjunto a la Secretaría de Organización designado por el propio presidente de Gobierno. Las mujeres lo denuncian por comentarios obscenos sobre la vestimenta y el cuerpo, mensajes intempestivos con invitaciones para cenar a solas fuera del horario laboral.

El socialismo español reforma sus estatutos para expulsar a consumidores de prostitución

Comentarios obscenos sobre la vestimenta y el cuerpo. Mensajes intempestivos con invitaciones para cenar a solas fuera del horario laboral, incluso con ofrecimientos de quedarse a dormir en casa. Insistencia en el hostigamiento a sus subordinadas y un uso permanente de un lenguaje sexualizado en el entorno profesional. Ese es el ambiente de trabajo que relata en primera persona Lidia, una mujer del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) que estuvo a las órdenes de Paco Salazar –hombre clave del partido e integrante del núcleo duro del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez– en la Moncloa y que reclama proteger su identidad con un nombre ficticio porque teme represalias. El mismo miedo que, según admite, no le permitió pedir a ningún superior el cambio de puesto de trabajo que anhelaba para perder de vista a su jefe.

Ella lo califica directamente como “acoso sexual y abuso de poder”, porque las negativas a quedar con él llevaban aparejadas castigos, en forma principalmente de menores responsabilidades en su puesto de trabajo y la ausencia de expectativas de promoción política o profesional. No se trata de un relato individual.

Porque cuando Lidia puso un pie en la Moncloa para trabajar a las órdenes de Salazar, lo primero que recibió es el aviso de sus compañeras para que tuviera cuidado ante un “peligro” de sobra conocido: nada de quedar con el jefe a solas y nada de aceptar invitaciones fuera del horario de trabajo.

Según ha podido comprobar elDiario.es, hay al menos otra mujer, muy joven, que, tras las primarias de Pedro Sánchez de 2017 en las que trabajó como voluntaria para las filas socialistas, también trasladó a su entorno personal que Salazar le dispensó un trato “baboso” y que repitió “comportamientos inadecuados” a pesar de la diferencia de edad entre ambos y a pesar también de ser familia directa de un veterano socialista, algo que no frenó a Salazar.

Estos relatos a los que ha tenido acceso elDiario.es, el de Lidia de manera directa y el de la segunda joven corroborado por su familiar y por trabajadores del partido, aluden en realidad a un diagnóstico generalizado en las filas socialistas, donde decenas de cargos intermedios o simples militantes de base aseguran que está extendida como una mancha de aceite desde hace muchos años alrededor de la figura de Paco Salazar, uno de los hombres más poderosos de Ferraz durante estos últimos años. Y por eso una gran parte del Partido Socialista recibió con “pavor” la noticia de su flamante nombramiento por Pedro Sánchez este jueves como adjunto a la Secretaría de Organización del PSOE.

Lo que cuenta Lidia en primera persona a elDiario.es una situación que asegura que no vivió solo ella sino que sufrieron muchas de sus compañeras, las mismas que le advirtieron el primer día que se incorporó a su puesto de trabajo. Según rememora, cuando puso un pie en la oficina en la que tenía desplegado su equipo Paco Salazar en la Moncloa le llamaron la atención dos cosas. La primera, que la práctica totalidad de integrantes de esa plantilla eran personas del mismo perfil: mujeres jóvenes alrededor de los 30 años. Y también que en cuanto se incorporó a su puesto de trabajo recibió un aviso de sus compañeras. “Fue impactante porque lo primero que me dijeron es que tuviera cuidado, que ya se sabía lo que comentaba todo el mundo del jefe, y que mejor no pasar demasiado tiempo con él a solas”.

Entonces Salazar, uno de los hombres más poderosos del PSOE de Sánchez y parte del núcleo de confianza en su día de Santos Cerdán y José Luis Ábalos, ocupaba el cargo de adjunto al jefe de Gabinete del presidente del Gobierno, es decir, el número dos de Iván Redondo. Este viernes, después de que estallase el escándalo Cerdán que ha acabado con el exnúmero 3 en la cárcel, Sánchez lo empoderó como adjunto a una Secretaría de Organización encabezada por Rebeca Torró, una mujer de la absoluta confianza de Salazar, antes de repudiar en un acto en Ferraz con diputadas, senadoras y secretarias de Igualdad del PSOE el comportamiento de Ábalos y su asesor Koldo García con las mujeres que se ha conocido por los audios de la UCO durante la instrucción de la trama de las mordidas a cambio de obra pública: “Es un golpe muy duro para mí saber que yo elegí a esas personas que tienen ese tipo de conversaciones vergonzosas sobre las mujeres y están implicados en casos graves de corrupción. Hay gente que se recupera fácil de los golpes, yo no”.

El de Lidia, la mujer del PSOE que cuenta a este periódico su experiencia bajo las órdenes de Paco Salazar, es un nombre ficticio porque asegura tener miedo a represalias si denuncia. De hecho, admite que nunca se atrevió a hacerlo antes sus superiores. Ella califica los hechos de “acoso sexual y abuso de poder”.

“Lo que más me impactó es que me avisó hasta un compañero, que no es habitual porque quienes solemos protegernos de estas cosas somos las mujeres. Pero me llamó un día al poco de llegar y me lo dijo. Que no se me ocurriera quedarme a solas en el despacho con él. Que a su equipo lo llamaban a modo de chascarrillo 'las chicas de Salazar' y que era vox populi porque le había pasado a otras muchas mujeres”.

Y, efectivamente, a ella también le pasó. “Primero fue más liviano, con algunas miradas inquietantes o algún comentario fuera de lugar en un entorno laboral y en una relación de jefe a subordinada”, relata Lidia, que luego empezó a recibir un sinfín de mensajes privados a través de whatsApp.

“Me empezó a decir sin venir a cuento que me quedara yo más tarde que el resto del equipo, que fuese a cenar con él o a tomar algo. Lo hacía de manera insistente. Y me decía que si se nos hacía tarde nos podíamos quedar a dormir en su casa. Se cuidaba mucho de no dejar por escrito ninguna mención sexual, pero era evidente lo que quería decir y él plenamente consciente de la situación en la que me colocaba”.

Esta trabajadora de Moncloa explica que si nunca se atrevió a elevar una queja formal ni una denuncia fue tanto por el “poder absoluto” que ejercía Paco Salazar en el partido y su ascendencia con el propio presidente, como por no sentir en ningún momento que su lugar de trabajo fuera un espacio seguro para ello. “Si era vox populi era porque llevaba mucho tiempo pasando, y allí lo sabía todo el mundo y nadie decía nada”, apunta tras rememorar que entre el equipo de trabajo se aseguraba que una de las compañeras sí que elevó una queja interna que no tuvo repercusión alguna.

Lidia repasa las vueltas que dio para librarse de ese hostigamiento. “Yo me sentía violentada, evidentemente. Pero me limité a pasar de él, a darle largas para salir del paso. Nunca me atreví a decirle que parara porque era mi jefe”, traslada a este periódico antes de subrayar que no seguirle el juego implicaba directamente consencuencias en su trabajo. “Si no le seguías el rollo, te hacía el vacío. Y pasa a tener consecuencias en lo laboral”.

Hay al menos una segunda joven que, durante las primarias de 2017, cuando trabajó en el partido como voluntaria, también vivió situaciones “incómodas” con el mismo dirigente socialista. Ella misma contó a su entorno la actitud “babosa” y los “comportamientos inadecuados” que sufrió de Salazar. Ahí lo dejó. No contó nada a nadie hasta que la campaña acabó y, pasado el tiempo, le hizo partícipe a un familiar directo, un veterano socialista, de los desagradables episodios que tuvo que afrontar trabajando para el partido.

La jóven nunca más volvió a trabajar para el PSOE, puesto que acababa de terminar su oposición como empleada pública y se incorporó sin más a su destino. ElDiario.es conoció este caso por otro trabajador del PSOE e inmediatamente después, se puso en contacto con el familiar de la chica, de 25 años, que corroboró el testimonio inicial sobre las prácticas de Salazar.

Otra persona que ha trabajado durante meses en el equipo de Salazar asegura que siempre le llamó la atención el “lenguaje sexual” que utilizaba con sus colaboradores, mayoritariamente mujeres jóvenes. Esta misma fuente asegura que no ha visto comportamientos de acoso y que en caso de verlos, los hubiera denunciado, pero que tampoco conoce las relaciones que establecía Salazar en el comportamiento de tú a tú con su equipo.

Varios socialistas, varones, que han trabajado durante años con el nuevo secretario de organización adjunto aseguran que jamás vieron o escuharon nada a este respecto mientras que consultados otros trabajadores de Moncloa y de la calle Ferraz reconocen que sus equipos siempre han estado compuestos por mujeres muy jóvenes. “Su trato, sin distinción del género de sus colaboradores, siempre fue déspota y malencarado. Pero nunca tuvimos constancia de que se sobrepasara con las mujeres”.

Consultado por este periódico, Paco Salazar niega haberse propasado con ninguna de sus subordinadas: “No paro de darle vueltas y no encuentro un momento en mi vida donde haya hecho ninguna estupidez. Yo no he hecho nada con ninguna persona, tengo una pareja de toda la vida, en mi época de universidad puede ser...pero no entiendo de dónde sale eso. Nunca con ninguna compañera he tenido relación ni trato, nunca jamás. Me he partido la cabeza dándole vueltas y me parece una cosa alucinante. No paro de pensar a ver si la he cagado y le he dicho algo incoveniente a una compañera y la verdad es que no lo encuentro”.

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