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Con Adorni a la cabeza, los libertarios ganaron en CABA y dejaron a Lospennato en un lejano tercer lugar. En el Hotel Libertador, el Presidente celebró el triunfo y prepara el terreno para sellar acuerdos en provincia de Buenos Aires.
Por el primer piso del Hotel Libertador ya circulaban las sonrisas desde mucho antes de que aparecieran los primeros datos oficiales. “Paliza”, decían con tono monocorde los dirigentes libertarios mientras esperaban el conteo final, como si la victoria fuera un hecho consumado. Y lo fue: con el 30% de los votos, Manuel Adorni se impuso este domingo en la Ciudad de Buenos Aires. Segundo quedó Leandro Santoro, de Es Ahora Buenos Aires, con el 27%, y más atrás Silvia Lospennato, candidata del PRO, con 15%.
La escena se completó como en 2023: atril, pantallas LED, pocas cámaras y el Presidente en lo alto. Desde el piso 18, donde se había instalado poco después de las 18.30, Javier Milei celebró el resultado como si fuera él el candidato. Y lo es: se quedó en Buenos Aires, suspendió su viaje al Vaticano y centralizó toda la campaña desde las sombras. La elección en CABA terminó de sellar su rol como figura central de la política argentina, por encima del PRO y del peronismo porteño.
El festejo en el búnker arrancó a las 20.40. Desde los laterales del escenario montado en el primer piso del Hotel Libertador, Milei ingresó al ritmo de Vamos por la gloria, de La Beriso. Lo presentó Pilar Ramírez, la principal armadora libertaria en la Ciudad, y lo precedió su hermana Karina, que abrió la noche con una frase que buscó instalar continuidad épica: “Las Fuerzas del Cielo lo volvieron a hacer”. El Presidente subió al escenario, saludó uno a uno a sus ministros —alineados como en una postal de gabinete— y tomó el micrófono para lo que fue, más que un discurso de celebración, una proclamación de hegemonía.
“Hoy se pintó de violeta el bastión amarillo, y a partir de ahora a pintar de violeta todo el país”, vociferó Milei. No nombró al PRO, pero lo señaló con precisión. Con el 30% de los votos, La Libertad Avanza ganó por primera vez una elección en la Ciudad de Buenos Aires y desplazó al macrismo al tercer lugar. Fue una victoria con nombre propio —Adorni encabezó la lista—, pero el libertario la celebró como si se estuviera plebiscitando su gestión. En el mismo salón donde en noviembre de 2023 festejó su elección presidencial, volvió a construir una escena cargada de símbolos y mensajes hacia el futuro.
“Dijimos que éramos los únicos capaces de ganarle al kirchnerismo. Hoy lo demostramos una vez más”, había escrito Karina Milei en su cuenta de X. “Gracias a todos los porteños por acompañarnos en esta elección”, añadió la secretaria General de la Presidencia, una figura clave para comprender la apuesta del vocero Adorni como candidato.
La jornada había comenzado con otra imagen: a las 11.22, Milei votó en la UTN de Medrano, escoltado por su hermana y por Iñaki Gutiérrez. La escena fue discreta, sin movilización militante. A esa hora, Adorni todavía no había votado. Lo haría más tarde, en el Bajo Flores, sin la compañía presidencial. A pesar del bajo perfil, el vocero terminó encabezando la lista más votada en la Ciudad, desplazando al PRO del primer lugar por primera vez en casi veinte años.
El resultado llegó con doble carga simbólica. Primero, porque marca un punto de quiebre en el mapa político porteño: el PRO, partido que gobierna el distrito desde 2007, quedó reducido a un lejano tercer lugar. Segundo, porque ratifica a Milei como principal figura electoral del oficialismo, incluso cuando no figura en la boleta. A diferencia de 2023, cuando todo era novedad, esta vez el operativo fue todavía más hermético: Casa Militar coordinó la logística presidencial, la prensa partidaria controló el acceso al búnker, dejando afuera a una gran cantidad de medios, y la estética de la victoria se mantuvo bajo la supervisión de Karina Milei.
La pulseada con Mauricio Macri, que durante el día escaló con declaraciones cruzadas por los videos falsos viralizados, atravesó toda la jornada. “Que dejen de llorar, son de cristal”, dijo Milei a la prensa, en una frase que coronó su decisión de no bajarle el tono a la confrontación. En paralelo, la cúpula libertaria ya proyecta el próximo paso: cerrar un acuerdo con sectores del PRO en la provincia de Buenos Aires. “Eso está muy avanzado, a pesar de que no quiera Macri”, disparó el Presidente luego de votar.
El resultado también redimensiona la figura de Adorni, hasta hoy vocero presidencial y desde ahora, potencial jefe político de los libertarios porteños. Su desempeño como candidato sin aparato, sin territorio y sin historia electoral previa, se lee en la Casa Rosada como una validación del experimento.
PL/DTC
En un clima de revancha, el Presidente se mostró junto a su vocero desde el mismo escenario donde festejó en 2023. Habló de expansión, le agradeció a Karina y presentó al candidato de La Libertad Avanza como la cara del triunfo.
El show arrancó a las 20.40. Desde los laterales del escenario montado en el primer piso del Hotel Libertador, Javier Milei ingresó al ritmo de Vamos por la gloria, de La Beriso. Lo presentó Pilar Ramírez, la principal armadora libertaria en la Ciudad, y lo precedió su hermana Karina, que abrió la noche con una frase que buscó instalar continuidad épica: “Las Fuerzas del Cielo lo volvieron a hacer”. El Presidente subió al escenario, saludó uno a uno a sus ministros —alineados como en una postal de gabinete— y tomó el micrófono para lo que fue, más que un discurso de celebración, una proclamación de hegemonía.
“Hoy se pintó de violeta el bastión amarillo, y a partir de ahora a pintar de violeta todo el país”, dijo. No nombró al PRO, pero lo señaló con precisión. Con el 30% de los votos, La Libertad Avanza ganó por primera vez una elección en la Ciudad de Buenos Aires y desplazó al macrismo al tercer lugar. Fue una victoria con nombre propio —Manuel Adorni encabezó la lista—, pero Milei la celebró como si se estuviera plebiscitando su gestión. En el mismo salón donde en noviembre de 2023 festejó su elección presidencial, volvió a construir una escena cargada de símbolos y mensajes hacia el futuro.
“Este trabajo y este triunfo tiene claros responsables. Quiero agradecer a todo el equipo de gobierno, porque entiendo el desafío histórico y cómo le pusieron el cuerpo a la campaña”, dijo. Pero enseguida viró hacia su núcleo de poder real: “Esto no hubiera sido posible sin los gigantes que forman el triángulo de hierro: Santiago Caputo y, como no podía ser de otra manera, el gran arquitecto, el Jefe: Karina Milei”. Esa mención desató una de las tantas ovaciones colectivas de la noche.
Luego fue el turno de Adorni, a quien el Presidente presentó como “el gran ganador de la noche”. El vocero apareció por un lateral del escenario al ritmo de Eye of the Tiger, como si estuviera entrando a un ring. Fue su primera aparición en público tras los resultados y su discurso mezcló agradecimiento, tono de campaña y convocatoria política.
“Agradezco al medio millón de porteños que nos acompañaron, y también a todos los fiscales que no cobraron un solo peso para hacer esto realidad”, comenzó. En su tono habitual, Adorni buscó nacionalizar la elección: “Tal vez llamó la atención ver en una elección local tantas caras relevantes en distintos espacios, y fue simplemente porque no era una elección a legislador. Era una elección entre dos modelos: el modelo kirchnerista y el de la libertad”.
Envalentonado, el vocero lanzó una invitación amplia, con destinatarios concretos pero sin nombrarlos: “Definitivamente somos el mejor instrumento para terminar, de una vez y para siempre, con el kirchnerismo, que no ha sido más que una enorme tragedia para la República Argentina. Por eso quiero extender mi invitación a cada uno de los dirigentes de los distintos partidos políticos que quieren un cambio real para la Argentina”.
El mensaje fue directo hacia afuera, pero también hacia adentro. “La gente tomó una decisión, y la decisión es que el instrumento para el cambio es La Libertad Avanza. Invitamos a todos a dejar los egoísmos de lado y sumarse a esto que se llama La Libertad Avanza y que es el instrumento que ha elegido la sociedad para cambiar la Argentina”.
Cerró con humor y show: “Termino con esto. ¿Me cantan un ‘Adorni, Adorni’, que me encanta?”. Se despidió sonriente, como vocero y como candidato, en la cima de su exposición pública. Detrás de él, Milei lo observaba con satisfacción. Lo que se había jugado en la Ciudad no era solo una elección legislativa: era el primer ensayo de una expansión política nacional que ya comenzó, con Mauricio Macri mirando de atrás.
PL/DTC
El candidato del Gobierno se impuso sobre el peronismo y dejó tercero al partido de Macri, que perdió por primera vez una elección en su terruño. Festejo de Larreta por el cuarto lugar. La izquierda metió una banca.
El nuevo mapa de la Legislatura porteña: el PRO quedó en minoría frente al avance libertario y del peronismo
La elección porteña de este domingo marcó un batacazo libertario en el histórico bastión del PRO. El vocero del gobierno de Javier Milei, Manuel Adorni, se impuso en los comicios por sobre el peronista Leandro Santoro –que quedó cerca pero a casi tres puntos– y sobre la candidata macrista, Silvia Lospennato.
En una elección marcada por una participación baja, que no llegó al 54% del padrón, el libertario sacó 30,13%, casi 500.000 votos; Santoro, el 27,35% (unos 449.000 sufragios), y Lospennato, 15,92% (poco más de 261.000). Cuarto quedó el exjefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta, con 8,08 puntos (132.000), logrando ingresar a la Legislatura. En quinto lugar quedó la Izquierda con Vanina Biasi, con 3,16% (51.000).
El mapa de la Ciudad llamó la atención por la ausencia total del amarillo: el PRO no ganó en ninguna comuna porteña y CABA quedó pintada entre el violeta libertario y el verde que eligió Santoro, candidato del peronismo pero de extracción radical. La Libertad Avanza se impuso en el corredor norte porteño, los barrios más pudientes e históricamente ligados al PRO de Macri, mientras la boleta de Es Ahora Buenos Aires ganó en el sur –los sectores más humildes– y el centro. Sin embargo un dato llamativo fue el altísimo ausentismo: apenas hubo 53,35% de participación, de los más bajos de la historia reciente, cuando siempre superó el 70%.
El logro de la fuerza de Milei significa un concreto avance libertario en la Legislatura porteña y un fuerte retroceso macrista. LLA ganó 11 bancas con el resultado –ponía en juego 6 de sus actuales 8 escaños–. El peronismo cosechó 10 escaños, logrando dos más de las 8 que renovaba este domingo –actualmente cuenta con 18 bancas–. El PRO solo consiguió 5 y por lo tanto perdió una de las 6 que ponía en juego –hoy la coalición oficialista tiene 12–, dejando a Jorge Macri en aprietos para negociar cualquier ley porteña.
En el resto de las 30 bancas que se renovaban en la Legislatura, por el sistema D'Hondt el espacio de Larreta consiguió tres bancas, con un resultado que sorprendió en su propio búnker. Y la izquierda ganó el último escaño en juego. Afuera definitivamente quedó el ex-LLA Ramiro Marra, que buscaba renovar su banca actual y sacó menos de 3 puntos. En el pelotón del 2% quedaron Paula Oliveto (de la Coalcióni Cívica de Elisa Carrió), Lula Levy (del radicalismo de Martín Lousteau) y Alejandro Kim (de Principios y Valores, de Guillermo Moreno).
El golpe en las urnas obligó a Lospennato a ser la primera en salir a hablar: “Los resultados no son los que esperábamos”, concluyó la actual diputada nacional y legisladora porteña electa, parada afuera de la sede de Balcarce del PRO, junto con Mauricio y Jorge Macri. Santoro fue el segundo en hablar en público, donde cuestionó a los libertarios: “Si la crueldad se puso de moda, que no cuenten con nosotros”.
Adorni cerró la jornada dejándole el micrófono a Milei, que se erigió como el gran ganador por haber plebiscitado con creces su gestión en la ciudad de Buenos Aires: “Se pintó de violeta el bastión amarillo; ahora a pintar de violeta todo el país”, lanzó el Presidente con miras a las próximas elecciones bonaerense, de septiembre, y las nacionales, de octubre.
MC
LLA consiguió la mayor cantidad de bancas, pero la principal fuerza opositora será el PJ a partir del 10 de diciembre. El oficialismo de Macri, jaqueado para hacer nuevos acuerdos.
La victoria de Manuel Adorni marcó un avance libertario en la Ciudad de Buenos Aires, pero los resultados en la Legislatura porteña consolidaron al peronismo como la principal fuerza opositora al gobierno del PRO, que controlará un tercio de la Legislatura. La Libertad Avanza (LLA) sí desbancó al partido amarillo como segundo espacio.
De las 17 agrupaciones que compitieron, solo cinco fuerzas políticas consiguieron bancas: LLA, el peronismo, el PRO, y Horacio Rodríguez Larreta y el Frente de Izquierda. Los libertarios consiguieron 11 bancas; el peronismo, 10; el PRO 5; Volvamos Buenos Aires 3, y el FIT, una. Quedaron afuera la Coalición Cívica y la UCR, así como el exlibertario Ramiro Marra y los dos candidatos peronistas Juan Manuel Abal Medina y Alejandro Kim.
De esta manera, Unión por la Patria (UxP), quien había apostado al exradical Leandro Santoro como candidato, se consolidó como la principal fuerza política: tenía 18 diputados, ponía en juego 8 y consiguió 10, con lo cual tendrá una bancada de 20 miembros. En la primera elección desdoblada desde el 2015, el macrismo salió tercero en la elección pero tendrá un bloque propio con 11 diputados, ya que ponía seis en juego pero logró obtener cinco diputados.
El PRO, que llevó como cabeza de lista a la legisladora nacional Silvia Lospennato, tiene seis diputados con mandato hasta el 2027 y logró incorporar cinco más. La duda es si se mantendrá en el bloque la Coalición Cívica. En ese nuevo escenario, el gobierno porteño tendrá severas dificultades para lograr la sanción de las leyes porque también perdieron bancas aliados claves como la UCR y la Coalición Cívica, cuyos candidatos no lograron renovar sus diputados.
En cambio, hizo una gran elección y logró tres bancas Larreta, quien fue en una alianza con Graciela Ocaña que tiene dos legisladores con mandato hasta el 2027. Tendrán un bloque de cinco miembros. La UCR quedará con cinco bancas, al igual que el espacio del exjefe de Gobierno, lo que obligará a Jorge Macri a tener el respaldo de la LLA para sancionar leyes claves para la gestión.
También el Frente de Izquierda logró renovar una de las dos bancas que tenía en juego porque consiguió un escaño Vanina Biasi, y la izquierda tendrá dos representantes, ya que tiene mandato hasta el 2027 Andrea D´Atri. Otros bloques con legisladores hasta el 2027 son el MID, Compromiso Liberal Republicano y el monobloque del exlibertario Eugenio Casielles. Desde la derecha, Marra no logró ingresar como diputado, así como tampoco el director técnico Ricardo Caruso Lombardi.
Ingresaron a la Legislatura por la agrupación oficialista “Buenos Aires Primero”, del PRO, la diputada Silvia Lospennato; el ministro de Desarrollo Económico, Hernán Lombardi; la vocera Laura Alonso; el diputado José Nieto; y la vicepresidenta de Jóvenes PRO, Rocío Figueroa.
Por LLA consiguieron una banca Adorni; la directora del Banco Nación Solana Pelayo; el presidente de la Administración de Bienes del Estado, Nicolás Pakgojz, y la coordinadora comunal de LLA en la ciudad de Buenos Aires, Andrea Freguia, además de Diego Vartabedian. También lograron su reelección el bullrichista Juan Pablo Arenaza y los libertarios Lucía Montenegro, Leonardo Seifert y Rebeca Fleitas y Karina Kienast.
Por UxP, accedieron a una banca, además de Santoro, la vicedecana de la Facultad de Medicina, Claudia Negri; el secretario general de la Juventud Universitaria, Federico Mochi; la militante social de Patria Grande Mariana González y el diputado de La Cámpora Juan Pablo Modarelli, quien logró su reelección. Además consiguieron un lugar Francisco Caporiccio y Lia Berenice Iañez, quien consiguió su reelección.
Por “Volvamos Buenos Aires” lograron una banca Rodríguez Larreta, la senadora Guadalupe Tagliaferri y Emanuel Ferrario, quien consiguió su reelección. Y por la izquierda, Vanina Biasi.
MC
La mudanza de buena parte del voto del PRO a la ultraderecha conduce a Macri a su final político. Los Milei ganan con una consigna estelar: "enterrar al kirchnerismo". El eje Patria-Cámpora, una encerrona que se vuelve insalvable para el peronismo.
Una primera lectura de las elecciones legislativas en la Ciudad es la mudanza de dos tercios del voto del partido fundado por Mauricio Macri al de Javier Milei. De Recoleta a Villa Luro, de las clases acomodadas a las medias, de la aristocracia a profesionales con ingresos en dólares, trabajadores con recibo de sueldo en blanco y cuentapropistas, La Libertad Avanza (LLA) consolidó la bienvenida a buena parte de exvotantes del PRO.
La formación creada por Macri en 2002, que supo conseguir 50% de los apoyos en varias elecciones, quedó reducida a 16% en su distrito natal, en el que sentó las bases de su militancia, su burocracia, su gramática y su financiamiento. La lista pergeñada por los Hermanos Milei duplicó ese porcentaje y alcanzó una victoria que resulta resonante, más por una expectativa inicial incierta, que por una cosecha extraordinaria en una ciudad con un voto de derecha consolidado.
Una política que ganó en volatilidad y vertiginosidad se volvió refractaria a diagnósticos muy determinantes, pero cabe inferir que el papel del PRO, el proyecto conservador más importante y exitoso de la historia electoral argentina, llegó a su fin en cuanto a opción de gobierno nacional. Si en Buenos Aires el partido de los Macri salió tercero, a gran distancia del segundo, en el resto del país, su peso se volvió casi inexistente.
El resultado de la Ciudad deja a Macri casi sin herramientas para resistir el desplazamiento total de su espacio por parte de la ultraderecha. El proyecto de Milei penetra en todas las clases sociales, pero el domingo dejó una postal elocuente. En la franja Retiro-Recoleta-Barrio Norte-Palermo-Belgrano-Núñez, el segmento de ingresos altos y medios altos de Buenos Aires con influencia decisiva en la agenda pública, antes ofrecía un amarillo intenso, con porcentajes largamente superiores a 60%, y ahora se tiñó de violeta.
Así las cosas, el expresidente no tendrá con qué negociar lugares en las listas de la Provincia de Buenos Aires, que es la agenda que viene. Cristian Ritondo, Diego Santilli y más de uno del grupo fundacional del PRO que en los últimos días simuló preocuparse por “los modos” y la “falta de respeto a las instituciones” de La Libertad Avanza se lanzarán a una carrera para conseguir cobijo bajo el látigo de Karina y la sórdida botonera de Santiago.
La magra cosecha del exjefe de Gobierno y excandidato presidencial Horacio Rodríguez Larreta (8%) no alcanza siquiera para que el PRO elucubre un rearmado de su trama original, reincorporando al único dirigente que se paró en la vereda de enfrente de Milei. Larreta aspiraba a competir de cerca con la lista encabezada por Silvia Lospennato y posicionarse para recrear la centroderecha en 2027. Sin haber derrapado, el exalcalde será ahora uno más en el mapa político porteño.
En la franja Retiro-Recoleta-Barrio Norte-Palermo-Belgrano-Núñez, el segmento de ingresos altos y medios altos de Buenos Aires con influencia decisiva en la agenda pública, antes ofrecía un amarillo intenso y ahora se tiño de violeta
El escrutinio sincera una realidad que Macri y su tejido mediático maquillaron en lo que va del siglo. Existe una porción del electorado que afirma inquietudes republicanas e institucionales, pero cuya motivación central a la hora de sufragar es expresar su voluntad contra el kirchnerismo. Si en ese camino se cruza un aventurero como Francisco de Narváez en 2009, el socialista Hermes Binner en 2011, Sergio Massa en 2013 y Macri en la década siguiente, la opción cambia, sin demasiados pruritos. Hoy, el vehículo para resistir al kirchnerismo se llama Milei, el más autoritario, grosero y violento de los presidentes desde 1983.
Manuel Adorni, un candidato que se permitió omitir del todo una agenda porteña en su campaña —probablemente porque desconozca elementos esenciales de los problemas de los barrios— reiteró en el festejo de anoche su única promesa: “Terminar de una vez y para siempre con el kirchnerismo”. El mensaje caló en la mayoría del electorado que antes apoyaba al PRO.
El vano intento de Lospennato por mostrar un rostro dual de apoyo a la agenda económica de Milei con reparos republicanos chocó con el aval irrestricto entregado por la propia diputada y el pleno de la bancada del PRO a todas las iniciativas de Milei desde diciembre de 2023, hasta en sus aristas más sórdidas. En un ágora en la que la palabra se devaluó hasta niveles extremos, que el macrismo ensayara de urgencia una agenda crítica de Milei por razones de decencia sublevaba el más mínimo principio de realidad.
El último episodio que entretuvo la espera del voto, el falso mensaje de Mauricio Macri de apoyo a Adorni creado con inteligencia artificial, desató airados reclamos de juego limpio por parte del PRO, pero no hizo más que recordar operaciones de naturaleza similar y diferente tecnología, como falsas encuestas que camuflaban campaña sucia disparadas por la consultora de Jaime Durán Barba y operaciones de inteligencia aireadas con el inestimable apoyo del Grupo Clarín en varias de las citas en las que el partido de Macri resultó ganador.
Hoy, el vehículo para resistir al kirchnerismo se llama Milei, el más autoritario, grosero y violento de los presidentes desde 1983
Comienza una dinámica previsible de liderazgo de La Libertad Avanza en todo el vigoroso segmento del centro a la derecha y la probable absorción de segundas y terceras marcas. Macri transita la acritud de la derrota, pero resiste la rendición total. Ya hizo saber que se encuentra “en estado de reflexión” y está dispuesto a escuchar, pero no a regalarse. El expresidente conserva una exigua capacidad de daño si presenta una lista del PRO junto a resabios de la UCR que potencialmente obtenga un porcentaje de votos suficiente para complicar una victoria de LLA en la siempre crucial Provincia de Buenos Aires.
Con la candidatura del alfonsinista Leandro Santoro, el peronismo aliado al progresismo subió unos pocos puntos sobre el apoyo habitual al kirchnerismo en elecciones de medio término en la Ciudad de Buenos Aires. Si la lista de Adorni no se hubiera despegado tanto de la de Lospennato, la alianza de Santoro, Es Ahora Buenos Aires, podría haber ganado la elección con el mismo 27% que obtuvo el domingo.
Nada habría cambiado demasiado en cuanto a la lectura de la distribución de preferencias en la Capital Federal. La suma de LLA, PRO, el puñado de votos del ultra recargado Ramiro Marra (UCeDé), Paula Oliveto (Coalición Cívica) y otros exintegrantes de Juntos por el Cambio reencuentra el 50% que supo tener el macrismo. Aparece allí una redistribución de preferencias antikirchneristas.
Santoro transitó la campaña con una estrategia evidente de borrar rasgos que lo vincularan a La Cámpora, el Instituto Patria y otras tribus peronistas. Cristina y Massa aportaron su silencio, así como Axel Kicillof, que enfrenta una agenda electoral de apariencia imposible en la Provincia de Buenos Aires. Y sin embargo, Adorni, Lospennato y un puñado de candidatos de derecha pusieron a la cabeza de sus prioridades vencer a Santoro como ícono del kirchnerismo.
La mirada sobre la Ciudad es inescindible de lo ocurrido en las elecciones provinciales transcurridas este año. En las convencionales de Santa Fe, emergió con perfil propio el rosarino Juan Monteverde, con una estrategia progresista y localista similar a la de Santoro, y lazos muy tenues con el Instituto Patria. En Jujuy y Salta, donde la mano de la presidenta del Partido Justicialista (PJ) para “ordenar lo que se desordenó” ya tuvo efecto, el resultado fue una catástrofe. San Luis y Chaco operaron bajo la lógica de liderazgos locales, con escasa incidencia de la marca cristinista.
La larga, irresoluta, negada y albertizada pelea entre Kicillof y los Kirchner en la Provincia de Buenos Aires sienta las bases para una nueva derrota. El eje Patria-Cámpora no admite en el plano de lo posible ser desafiado por el kicillofismo y otras vertientes peronistas en lo que considera un territorio tutelado. El gobernador, por el contrario, sólo concibe un futuro político si suelta amarras con quien fuera su mentora y su hijo.
El elefante en medio de la sala del kirchnerismo que pocos se animan a poner en palabras es que la incidencia del apellido Kirchner en varias provincias tiende a cero, y en aquéllas en las que el peronismo expresa una mirada progresista (Santa Fe, Buenos Aires, CABA), los líderes emergentes prefieren carteles en los que Cristina no aparezca.
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