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Un pedido de acceso a la información realizado por este medio reveló el monto que pagó el Estado por la serie animada creada en EEUU. Desligan a Milei de su creador, Connor Boyack, quien incluyó al Presidente en un libro infantil. La parodia "Taka Taka" que lanzó una universidad pública.
El gobierno de Javier Milei ya gastó dinero del erario público por Tuttle Twins, la serie animada libertaria producida en Estados Unidos por Angel Studios y que señala al Estado como culpable de las desigualdades, desacredita la idea de que las necesidades básicas son derechos, cuestiona a Karl Marx y ve a Cuba como una amenaza. Pero en la pantalla del canal infantil Paka Paka el dibujito animado aún no se emitió.
Fueron casi $6 millones los que destinó la Casa Rosada por la primera temporada con la aventura de los hermanos mellizos que viajan en el tiempo junto a su abuela cubana para conocer a figuras como Milton Friedman, Adam Smith o Albert Einstein. La polémica por la narrativa de la serie estalló semanas atrás, pero el contenido sigue demorado, pese a que oficialmente se anunció “para julio”. Este medio supo que una intención es transmitirlo a partir de este domingo 20 de julio, justo al comienzo de las vacaciones de invierno en las escuelas y colegios del Área Metropolitana de Buenos Aires, pero no hubo ningún comunicado ni funcionario que lo confirme.
El Gobierno pagó exactamente $5.881.823,50, según recogió elDiarioAR en Contenidos Públicos Sociedad del Estado tras un pedido de información pública. En la respuesta oficial que llegó esta semana (aunque el pedido fue hecho hace más de un mes) se aclara que ese monto equivale a la licencia solamente de la primera temporada de la serie, aunque el canon a abonar por parte del Estado alcanza los U$S 8.000,00. Al cambio oficial de ayer, el Estado ya gastó U$S4.601. El contrato por la adquisición de Tuttle Twins es por tres años.
La comunicación oficial también desliga al Gobierno de una relación directa con Connor Boyack, un abogado norteamericano y mormón libertario, líder de la Fundación Libertas, desde la cual se creó la serie de los mellizos Ethan y Emily, así como otros títulos como Los Mellizos Tuttle y las Medallas al Mérito. En esta última animación se defiende “la causa del mérito” ante “las ideas marxistas” y aparece Milei diciendo “¡Afuera!”. Eso generó un intercambio en redes entre Boyack y Milei. “Del contrato no surge referencia alguna a la Fundación Libertas, ni se hace referencia al Sr. Boyack”, se lee en la respuesta remitida a elDiarioAR.
La comunicación completa que recibió este medio afirma que “el Contrato referido a la adquisición de la serie ‘Tuttle Twins’, es un contrato de licencia celebrado por un plazo de 3 años con la empresa ANGEL STUDIOS LICENSING, LLC, titular de los derechos que se ceden, para transmitir la mencionada serie por la señal Pakapaka. En cuanto al monto, sin perjuicio de advertir que el canon a abonar está establecido en DOLARES ESTADOUNIDENSES OCHO MIL (U$S 8.000,00), se destaca que solo se abonó la suma de PESOS CINCO MILLONES OCHOCIENTOS OCHENTA Y UN MIL OCHOCIENTOS VEINTITRES CON 50/100 (5.881.823,50), equivalente al importe que alcanza para obtener la licencia de la primer temporada de la serie”.
Luego señala: “Asimismo, cabe destacar que la empresa que ostenta los derechos de la serie fijó domicilio en la ciudad de Provo, del condado de Utah, estado de Utah, Estados Unidos de Norteamérica, y no en alguna dirección en el estado de Ohio, como menciona la nota. A su vez, del contrato no surge referencia alguna a la Fundación Libertas, ni se hace referencia al Sr. Boyack”.
El despacho está firmado por Juan Pablo Gambarini, director de Asuntos Jurídicos de Contenidos Públicos Sociedad del Estado, empresa que conduce políticamente Wally Gómez. elDiarioAR intentó consultar al funcionario pero la respuesta fue negativa. “Desde la intervención no hacemos declaraciones porque no nos autorizan”, fue la explicación.
Este medio supo por fuentes extraoficiales dentro de Paka Paka que la serie animada comenzaría a transmitirse desde este 20 de julio. En su momento el Gobierno vendió la nueva programación del canal infantil en línea con la “batalla cultural” de Milei: “Liberamos a Zamba, ¿viste? Lo hicimos más libre”, llegó a decir el vocero Manuel Adorni al respecto del icónico personaje que aún sobrevive desde la creación del canal durante el kirchnerismo.
En la grilla actual de Paka Paka accesible en su página web no hay rastros de Tuttle Twins, así como tampoco la incorporación de la conocida serie animada japonesa Dragon Ball. En mayo la cuenta de X del canal anunció una nueva programación “a partir de julio”. La nueva grilla se pensó, según explicitó la gestión libertaria, “sin bajada de línea ideológica y poniendo el foco en los valores”.
Así se presentaron “estrenos imperdibles” como Argentinhitos, Cuna de Campeones, A Veces Sí, A Veces No, Ultrazombies y Los Chicos Preguntan, junto a títulos internacionales como los ya mencionados Tuttle Twins y Dragon Ball, además de World Trigger, Mouk, Bobby and Bill, Ultrazombies. “¿Y Zamba? Tranquilos… lo estamos arreglando , y muy pronto habrá sorpresas que van a dar que hablar”, cerraba el posteo del 22 de mayo.
El costo de Tuttle Twins para el Estado argentino ya había sido revelado por el periodista especializado en animación Tomás Eliaschev. El comunicador publicó en mayo que “el Estado Nacional pagó U$S 8.000 por las dos primeras temporadas de Tuttle Twins. Son 12 capítulos de 25 minutos cada una de pura propaganda anti estatal hecha en Utah. Una parte pagada por contribuyentes argentinos”. Con la respuesta remitida a elDiarioAR, se confirma oficialmente ese monto en el canon, pero se desglosa que hasta ahora solo se pagaron casi $6 millones por la primera temporada.
“Nunca vi tal grado de adoctrinamiento maniqueo ultra ideologizado. Es peor de lo que pensaba”, consideró Eliaschev sobre la serie de ls mellizos. También reveló en su momento los contratos con las otras series importadas, aún más onerosas para el Estado: “Tuttle Twins costó más barato que los 405 capítulos de Dragon Ball y las tres temporadas de Trigger World. El Estado pagó U$D 163.000 a Toei Animation, de Japón. Repito, amo el animé pero se podrían financiar producciones locales y descongelar los salarios en PakaPaka”, publicó.
En medio de los crecientes reclamos callejeros contra el ajuste de Milei sobre distintos sectores, los $5.881.823,50 que costó Tuttle Twins –que señala al Estado como culpable de las desigualdades sociales– equivale a 15,5 jubilaciones mínimas ($379.294,79); 16 canastas básicas por adulto ($365.177) o 168 becas Progresar para estudiantes universitarios ($28.000).
Como contrabatalla cultural, la Universidad Pública de La Plata lanzó una parodia titulada “Taka Taka”, en la que hacen referencencias directas al Gobierno y su manejo del dólar, el ajuste, el uso de los fondos públicos y hasta el caso $LIBRA.
MC
Se viven horas frenéticas en el Fuerza Patria, La Libertad Avanza y Somos Buenos Aires antes de confirmar los postulantes a los comicios provinciales del 7 de septiembre. El detalle de cada sección electoral y las principales discusiones políticas.
Una paz armada en el peronismo: el cierre de listas tensiona al máximo el comando anti crisis de Fuerza Patria
Este sábado a la medianoche vence el plazo legal para que los frentes electorales presenten sus candidatos en las elecciones de la provincia de Buenos Aires, agendadas para el domingo 7 de septiembre. En rigor, ese día habrá varios comicios en simultáneo, porque cada Sección Electoral en la que está dividido el territorio bonaerense define cargos distintos, entre senadores y diputados para la Legislatura. A su vez, cada uno de los 135 municipios renueva sus concejos deliberantes y consejeros escolares. Es decir, no todos los electores votaran por los mismos cargos.
En ese marco inédito –porque los bonaerenses nunca fueron a votar separados de la Nación– es que se viven horas frenéticas en cada escudería, principalmente en el panperonismo gobernante (ahora Fuerza Patria-FP), en la oposición de libertarios y macristas (La Libertad Avanza-LLA), y en la tercería vía que formaron radicales y peronistas disidentes (Somos Buenos Aires). La manera en que se ordenará cada tramo de las listas es la tensión principal al filo de la inscripción formal de los candidatos en la Justicia Electoral.
El epicentro de la rosca electoral está puesto en el conurbano, cuyo norte corresponde a la Primera Sección y el sur, a la Tercera. Son los distritos más populosos (unos 5 millones de electores cada uno) y la manera en que se reparta la torta allí impactará en el resto de la provincia. Pero también son importantes los municipios, porque cada intendente quiere gravitar en la decisión final para no perder gobernabilidad en el pago chico.
El cierre de mañana, a su vez, será espejo del cierre de las listas nacionales de agosto para las elecciones de octubre que renovarán el Congreso. En ese sentido importa la coyuntura de cada sección electoral y, también, de cada municipio. Aquí, una radiografía del mapa provincial para entender qué se juega en el cierre de listas de este sábado.
Corresponde al norte del conurbano y es la región con más electores: 4.732.831. En la Legislatura renueva 8 bancas del Senado, actualmente repartidas entre 4 del FP, 2 del PRO, una de LLA y otra del centro. Es la franja del conurbano que se aventura más competitiva porque los libertarios-macristas creen que le pueden ganar al peronismo, como pasó en la época de Juntos por el Cambio.
Ante el desafío de poner en juego más bancas, el peronismo busca una figura “taquillera” que arrastre al resto de la lista. Por eso suena fuerte el nombre de Gabriel Katopodis, ministro de Axel Kicillof y mandamás del partido de San Martín, quien está en la mesa chica de negociación del FP. Para contrabalancear en la puja, el kirchnerismo empuja la candidatura del intendente de Malvinas Argentinas, Leonardo Nardini.
En LLA suena para capitanear la boleta Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero, respaldado por su amistad personal con Javier Milei y su vínculo con Patricia Bullrich. En el territorio la estructura de Sebastián Pareja puntea a Ramón “el Nene” Vera, diputado provincial por Moreno. Hay también un desafío macrista en la sección: Vicente López es terruño de los Macri, con Soledad Martínez a la cabeza. En ese municipio –como en otros amarillos– la condición del PRO para lograr un acuerdo sería que los concejales sean mayoritariamente macristas.
El centrismo de Somos quiere también pescar votos a partir de las figuras del intendente de Tigre, Julio Zamora, y el ex intendente de Hurlingham Juanchi Zabaleta. “Somos” apuesta a sumar votos de las clases medias-medias bajas que están desencantadas con Milei y se muestran reacias a acompañar la agenda del cristinismo en PBA.
La región reparte 11 bancas para la Cámara de Diputados provinciales, hoy repartidos entre el peronismo (pone en juego 4) y el centrismo ahora en Somos (también 4). El PRO tiene 3. En la sección hay 649.465 electores.
La seccional que corresponde al norte de la provincia tiene como atractivo la ruptura local del acuerdo del PRO con LLA. Es que los hermanos Passaglia, que gobiernan San Nicolás, armaron un frente propio llamado Hechos. Pero la negociación fina sería que Manuel Passaglia –hermano del intendente– sea el primer candidato finalmente de Somos.
Allí podría sumarse el intendente de Pergamino, Javier Martínez, también amarillo, cuña que se abrió por una falta de acuerdo con Cristian Ritondo para plegarse a los libertarios. La alianza PRO-LLA definiría que la cabeza de lista sería para el sector de Marcelo Matzkin, intendente de Zárate.
En el peronismo, a su vez, hay una disputa entre Sergio Berni, el exministro de Seguridad, apoyado por el cristinismo, mientras Naldo Brunelli, de la UOM, es el candidato del kicillofismo.
El peronismo descuenta retener su primacía histórica en el sur del conurbano, donde hay 4.637.863 electores y se renuevan 18 diputados (8 solo del PJ). Y como es la sección por la que iba a competir Cristina Kirchner, es el epicentro de la discusión entre Máximo Kirchner y Kicillof. La Cámpora propone como cabeza para la lista de diputados a Mayra Mendoza, intendenta de Quilmes, y el Movimiento Derecho al Futuro lanzó a Mariano Cascallares, jefe comunal de Almirante Brown. Una figura de consenso sería la vicegobernadora, Verónica Magario.
En el territorio también se está discutiendo mucho a nivel municipal, porque las distintas tribus del FP manejan gran parte de los distritos –desde La Matanza a Avellaneda– y los intendentes son celosos de su gobernabilidad local. El acuerdo en el panperonismo es que las listas se repartan en un 40% para Kicillof y el kirchnerismo, y el resto para el massismo.
Los libertarios miran al peronismo para moverse “en espejo”. Suenan entonces mujeres para capitanear la boleta bonaerense: desde la exfuncionaria Leila Gianni a Miriam Niveyro, exconcejal de Almirante Brown. También se menciona a Martiniano Molina, exintendente de Quilmes.
La polarización peronistas-libertarios complica a Somos, que igualmente busca un nombre “fuerte”. Pablo Domenichini, radical del ala de Martín Lousteau y rector de la Universidad Nacional Guillermo Brown, podría ser el primer candidato.
El oeste bonaerense tiene 540.354 electores y allí se disputan 7 bancas para el Senado. El peronismo se repartiría entre sus tres tribus el armado de la lista para mantener las 3 bancas que pone en juego.
Por su lado, la boleta de Somos la encabezaría Pablo Petrecca, intendente de Junín, quien rompió con el PRO para acompañar al radicalismo, que ostenta 3 bancas. La actual restante banca en juego es del macrismo, que tiene que negociar la búsqueda de la continuidad con Karina Milei, con nombres propios en esa región provincial.
La Quinta Sección abarca la costa bonaerense y sus 1.290.948 electores votarán para 5 bancas del Senado. Ahí el intendente del partido de General Pueyrredón, el macrista Guillermo Montenegro, es un engranaje clave en la alianza entre PRO y LLA, al punto que podría encabezar la boleta como testimonial.
En el peronismo la disputa está entre la extitular de la Anses Fernanda Raverta, de origen marplatense, y el intendente de Villa Gesell, Gustavo Barrera. Podría saldar la pugna la preponderancia territorial de Mar del Plata, con el 50% del padrón regional.
Por Somos iría el jefe comunal de Rauch y presidente del Foro de alcaldes bonaerenses de la UCR, Maximiliano Suescun, impulsado por el senador nacional Maxi Abad, oriundo de esa zona bonaerense.
El peronismo oficialista no pisa fuerte en el sur bonaerense, donde hay 652.077 electoral y 11 bancas en juego, siete de ellas repartidas entre radicales, libertarios y el PRO. Sin embargo la intendencia de Bahía Blanca es del kicillofista Federico Susbielles, que pugna con Maite Alvado, de La Cámpora, y Alejandro Dichiara, exintendente de Monte Hermoso y ligado a Máximo, para armar la lista en la región.
Por su lado, LLA discute entre Fernando Compagnoni, actual diputado provincial con terminal en Bullrich; Oscar Liberman, armador libertario de perfil técnico; Gustavo Coria, exministro de Seguridad porteño, y el exintendente Héctor Gay. Somos tendría la apuesta del bahiense Andrés De Leo, referente de la Coalición Cívica de Elisa Carrió.
En el centro geográfico de la Provincia hay 281.130 electores y tres bancas para el Senado en juego (dos radicales y una del peronismo). La oposición aspira a controlar la zona con el exmandamás de Olavarría Ezequiel Galli como cabeza de LLA, aunque también pisa fuerte Agustín Romo, presidente del bloque de diputados bonaerenses libertarios y referente de Las Fuerzas del Cielo de Santiago Caputo.
Los referentes de FP para encabezar serían el exdiputado provincial César Valicenti (La Cámpora) y el senador provincial Eduardo “Bali” Bucca. Por Somos suena Bruno Echegaray, presidente del Comité de la UCR en Tapalqué.
En La Plata, con 576.691 electores, se ponen en juego 6 bancas de diputados. El intendente Julio Alak quiere marcar el pulso del armado de la lista con la venia de Kicillof.
Los retadores de LLA proponen a Francisco Adorni, hermano del vocero presidencial; a la exdiputada Carolina Barros Schelotto; y al abogado Juan Osaba, uno de los apoderados del nuevo frente electoral, de estrecho vínculo con el armador Pareja.
Por Somos iría Pablo Nicoletti, referente local del espacio de Lousteau, titular de la UCR platense.
MC
La periodista de elDiarioAR publicó La Generala (Planeta), la primera biografía no autorizada de Victoria Villarruel. En esta entrevista, repasa la investigación detrás del libro, la trama ideológica que marcó a la vicepresidenta, su vínculo roto con Javier y Karina Milei y los límites de su futuro político.
La Generala, la biografía no autorizada de Victoria Villarruel, la vicepresidenta que desafía a los Milei
A los ojos de sus aliados más cercanos, Victoria Villarruel es una mujer de fe, de convicciones firmes y lealtades escasas. A los de sus detractores —algunos dentro de su propio espacio—, una figura incómoda, que avanza sola, sin red. En La Generala (Planeta), la periodista Emilia Delfino reconstruye por primera vez la vida, el recorrido político y el entramado ideológico de la vicepresidenta, una dirigente que llegó al poder como compañera de fórmula de Javier Milei, pero hoy se siente, según la autora, “afuera del gobierno”.
En diálogo con elDiarioAR, Delfino repasa la trastienda de su investigación, el vínculo de Villarruel con los sectores que impulsaron la teoría de los dos demonios, su rol como portavoz de la nueva derecha y los límites de su proyección política. “Ella no construye para un colectivo. Construye para sí misma”, asegura.
—¿Qué significó meterse en el mundo de Villarruel, sabiendo lo hermética que es su figura?
—Fue muy difícil. Tardé un año en hacer el libro y fui investigando mientras escribía. Me encontré con un entorno muy cerrado: nadie hablaba sin autorización. Recién al final algunas personas aceptaron darme información off the record. Ella misma no quiso dar entrevista, pero sí habilitó a su entorno para responder mis consultas. Le interesaba que su versión de ciertos episodios quedara reflejada en el libro.
—¿Y qué descubriste sobre ella?
—Que es una persona muy conflictiva. Por donde pasa, deja enemistades. Le cuesta sostener vínculos. Tiene pocas amistades verdaderas. No encaja fácilmente en los espacios que integra. Construye para ella, no para un proyecto colectivo. Es nacionalista, muy católica, y está marcada por su historia familiar: su abuelo marino, historiador; su padre, militar y veterano de Malvinas. Una persona que la conoce hace más de veinte años me dijo que es “una francotiradora”: alguien que avanza sola, con precisión, sin estructura.
—¿Se puede decir que es una militante?
—Es una de las mejores voceras que tuvo la derecha argentina. A través de la defensa de las víctimas del terrorismo de los 70, logró instalar una agenda, entrar a los medios y, después, a la política. Primero fueron los medios tradicionales, después las redes sociales. Su batalla, como ella la llama, fue instalar la idea de que también había víctimas civiles del ERP y Montoneros.
—¿Ese discurso fue decisión suya o parte de una estrategia colectiva?
—Ambas cosas. Desde chica le interesaba el tema: su mamá le contaba historias, ella leía sobre eso. Una autopsia que la marcó fue la de Larrabure, un militar secuestrado por el ERP durante un año y que aparece muerto. Pero también fue impulsada por un grupo muy consolidado de hombres del poder económico y político que la apoyan y financian. Uno de los nombres es Martínez de Hoz hijo. Ellos querían instalar otra agenda: hablar de nuevas víctimas y forzar la reapertura de causas contra exguerrilleros —algunos ligados al kirchnerismo— para, finalmente, lograr una amnistía para ambos lados. Esa era la estrategia oculta: la única manera de liberar a los militares presos por lesa humanidad.
—¿Una forma de reeditar lo que pasó en los 90?
—Exactamente. Lo que pasó con los indultos. Sabían que los juicios no se paraban más. Lo intentaron con Cecilia Pando y no funcionó. Había que cambiar la estrategia. Y Villarruel era la cara nueva.
—¿Ella defendió a los militares presos en algún momento?
—Sí, al principio. Formó parte del círculo de Pando. Fundó otra ONG antes de CELTYV, llamada Jóvenes por la Verdad. En 2001 organizó una campaña de apoyo a Ricardo Cavallo, detenido por crímenes de la ESMA. Pero después cambió su relato para poder llegar a los medios. Supo que si seguía con ese discurso no iba a tener espacio en la agenda pública.
—¿Sigue cerca de quienes la impulsaron en ese momento?
—Algunos sí, otros no. A medida que fue encontrando su camino, se volvió más autónoma. Dejó de ser una vocera para convertirse en su propio proyecto. Pero no le gusta que le marquen la cancha. Todo lo filtra ella. Tiene un equipo muy chico, con gente leal, algunos técnicos, otros ideológicos. Emilio Viramonte Olmos fue su armador durante un tiempo. Le tendió puentes con Mauricio Macri. Claudia Rucci le abrió contactos con sectores del peronismo. Pero es muy selectiva.
—¿Qué pasó cuando llegó al poder? ¿Pudo avanzar con su agenda?
—En agosto de 2023 hizo un acto en el Senado por el Día Internacional de las Víctimas del Terrorismo. Invitó a familiares, hizo un discurso, prometió reabrir causas contra miembros de las guerrillas, incluyendo hasta familiares de exguerrilleros. Pero no tiene capacidad para eso. Es vicepresidenta, no jueza. Tampoco desde su ONG impulsó ninguna reapertura concreta. Fue una puesta en escena, como lo de la visita a Isabelita Perón. Gente de su entorno me decía que eran caprichos, que no tenían una estrategia detrás.
—¿Y a quién le habla cuando hace eso?
—A la gente que la apoya. Es su forma de no quedar desdibujada. Busca protagonismo. En ese acto hubo tanta gente que muchos no pudieron entrar. Y ella se quedó después hablando con todos. Era una manera de mostrar fuerza.
—¿Esa necesidad de figurar tiene que ver con la interna del gobierno?
—Tiene que ver con las consecuencias de esa interna. Ella queda desdibujada, marginada. Y eso la saca. Porque ella quiere ser protagonista, y siempre lo buscó. A veces hace cosas que incluso su equipo no termina de entender.
—¿Cuándo se rompió la relación con Milei?
—En el armado de listas de 2023. Ella quiso participar, planteó su intención de tener espacios de poder y Milei delegó todo en Karina y Carlos Kikuchi. Karina nunca le reconoció su lugar. Y Villarruel no vio venir la injerencia que Karina iba a tener en el gobierno.
—¿Intentó recomponer?
—Sí. En 2024 pidió un almuerzo con Karina en el Senado. Comieron juntas. Ella le preguntó si iba a ser candidata, y Karina le respondió que no, que su única misión era cuidar a su hermano. Villarruel le ofreció ayudar en el armado de listas en provincia y a nivel nacional, pero Karina le dijo que no. Sus asesores se lo venían advirtiendo: “Tenés que hablar con Karina”. Pero ella insistía: “Yo hablo con Javier”. Ya es tarde.
—¿Y con Milei cómo era el vínculo?
—Él la quería, la respetaba. Ella tenía gestos maternales con él: le hacía un té, le acomodaba el saco… pero eso no le gustaba a Karina. Había una competencia silenciosa sobre quién era más cercana a Javier.
—Y después vino la frase del “jamoncito” en la entrevista con Jonatan Viale…
—Sí, eso fue clave. Él se enojó muchísimo. Sintió que lo había ridiculizado, que lo trató como un juguete entre dos chicas. Ella le pidió perdón, pero eso sumó una gota más al vaso.
—¿Y hoy? ¿Hay margen para que Villarruel arme algo propio?
—Su entorno dice que están viendo cómo insertarla en otra fuerza. Representa ese conservadurismo católico, nacionalista. Pero no alcanza. Necesita otra palanca. Algo contemporáneo, donde tenga peso real. Coqueteó con sectores del PRO, con algunos del peronismo. Pero no está cómoda en ninguno de esos espacios. No hay diálogo posible con el kirchnerismo, eso está claro. Pero tampoco está definido por dónde va a ir.
—¿Está su suerte atada a la del gobierno de Milei?
—Sí. Los consultores dicen que hay dos factores que definen su imagen: la pelea con Milei, y lo que le pase al Gobierno. Aunque ella se sienta afuera, llegó con él. Y si el barco se hunde, probablemente se hunda con él.
PL/MG
La caída en la tasa de natalidad no se debe a un rechazo a la maternidad, sino a la falta de condiciones materiales y simbólicas para ejercerla. Entre mitos conservadores, políticas desfinanciadas y decisiones postergadas, lo que baja no es el deseo, sino el sostén.
A principios del siglo XX las tatarabuelas y bisabuelas parían un promedio de 6 a 10 hijos, una tendencia que casi mantuvieron las abuelas, que fue decreciendo con las mamás actuales que tuvieron entre uno y dos hijos.
Cuando una pareja decide formar una familia o maternar, como todo proyecto de vida, requiere de un contexto.
Un primer dato importante es que en América Latina el descenso de la fecundidad se inició en la década del sesenta, aunque en países como Argentina y Uruguay comenzó antes, como veremos a lo largo de esta crónica.
Y ese contexto llega acá porque hay muchos datos, investigaciones y análisis sobre cambios demográficos que colaboran a derribar mitos sobre ‘culpabilidades’ de las mujeres por la baja mundial de la tasa de natalidad.
Cuando el presidente de Argentina Javier Milei afirmó el 20 de mayo último en un discurso en la Cámara de Comercio de Estados Unidos (AmCham) que “ahora se están dando cuenta que se les pasó la mano en atacar a la familia, en atacar a las 2 vidas. Y ahora lo estamos pagando con caídas en la tasa de natalidad”, sin más argumentos, el titular del Ejecutivo intentó así justificar la baja de productividad en el país.
Por eso la importancia del contexto y los datos, porque la afirmación presidencial fue un impulso para poner en agenda todos los conocimientos comprobables sobre la baja de natalidad. Este artículo procura recorrer parte de estos conocimientos.
La “ansiedad demográfica”, como la llamó Elizabeth Krause en 2001, se refiere al fenómeno del descenso de la natalidad que, en sí mismo, plantea temas que requieren discusión e incluso reformas en políticas públicas.
Agustina Ramón Michel, investigadora del CEDES y profesora de la Universidad de Palermo, habla de esta ansiedad y comenta que “según el país y el período, fue en distintas direcciones y favoreció métodos estatales de todo tipo, que van desde la promoción de la reproducción (a través de incentivos fiscales, flexibilidad laboral, licenciadas extendidas, aseguramiento de guarderías, etc.) a las restricciones a la información sobre planificación familiar, las prohibiciones de venta de anticonceptivos, las políticas de un hijo que tuvo China, las esterilizaciones sin consentimiento sobre personas con discapacidad, llegando al dramático y conocido caso de las esterilizaciones forzadas y masivas ordenadas por Fujimori sobre mujeres campesinas indígenas en Perú”.
La profesional comenta que, si la baja de natalidad en Argentina “puede razonablemente generar temores sobre el futuro en general, del sistema de seguridad social en particular, y abrir discusiones relevantes sobre qué hacer con las vacantes en escuelas primarias y las salas de maternidad menos ocupadas”, estos debates necesarios “no deberían hacernos pasar por alto que estos cambios demográficos reflejan, en buena medida, cambios en los deseos personales y también en los vínculos sociales, que hoy pueden concretarse porque se cuenta con los recursos necesarios”.
“Al hablar de recursos, me refiero al acceso a información básica sobre prevención de embarazos y a contar y usar métodos anticonceptivos. Estos permiten alinear el deseo de ser o no ser madre o padre, cuántos hijos tener, con otros planes, anhelos y obligaciones”, añade Ramón Michel.
Resalta que “son al menos dos décadas en las que un ecosistema compuesto por gobiernos, escuelas, servicios de salud, centros de investigación, el mercado farmacéutico y organizaciones feministas ha trabajado para hacer esto posible, bajo el marco dado por la ley de salud sexual y reproductiva de 2002.” Pero esto no fue siempre, continúa la investigadora: “Por ejemplo, un decreto de 1973 vigente hasta entrados los ochenta, impuso un sistema muy restrictivo para la venta de anticonceptivos y prohibió actividades de lo que entonces se llamaba control de natalidad. Todo esto, bajo la inspiración de una ansiedad demográfica similar a la actual, que lleva consigo concepciones acerca del destino de las mujeres y la forma debida de la familia, que ya no tienen cabida en una sociedad plural como la nuestra.”
“Me inclino a pensar, de todos modos –concluye Ramón Michel– que las personas no entregan, así como así, el destino de sus vidas a proyectos políticos de turno”.
Esta es una de las conclusiones del “Estado de la Población Mundial 2025- La verdadera crisis de fecundidad: Alcanzar la libertad reproductiva en un mundo de cambios”, que publicó el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), el último 10 de junio donde analiza las causas y consecuencias de la baja natalidad en 14 países.
Precariedad económica, discriminación de género, el escaso apoyo por parte de las parejas y las comunidades, la atención deficiente de la salud sexual y reproductiva, la falta de acceso a servicios asequibles de cuidado y educación de hijas e hijos, y el pesimismo sobre el futuro es el listado mas descriptivo de porqué se retrasa la decisión de tener o no tener hijos.
“Millones de personas en el mundo no pueden tener el número de hijos e hijas que quisieran. La razón no es su rechazo a la maternidad o la paternidad; son las barreras económicas y sociales las que impiden hacer realidad sus deseos”, se lee en el informe.
Para Susana Sottoli, directora regional del UNFPA la solución está “en la reducción de las desigualdades” y no en respuestas “simplistas o coercitivas” como los incentivos económicos por nacimiento, los retrocesos en los avances alcanzados en los derechos sexuales y reproductivos “o campañas que incentivan a las parejas para que tengan más hijos e hijas, con el objetivo de cumplir metas de fecundidad”.
El organismo de Naciones Unidas aporta propuestas concretas: licencia familiar remunerada, sistemas de cuidado con enfoque de género, atención de fertilidad accesible, parejas comprometidas con la distribución igualitaria de los roles de cuidado.
También el informe apunta que las personas más perjudicadas son las mujeres, niñas y adolescentes que viven en situación de pobreza, las mujeres rurales, indígenas y las afrodescendientes.
En ese sentido, la antropóloga Agustina Kupsch afirmó que la baja natalidad es un síntoma de precariedad, no de rebeldía.
Lo hizo en un posteo en su Instagram, aportando al debate: “Quienes tienen el deseo de maternar no encuentran sostén, red, dinero, tiempo, con ausencias estatales que las acompañen. La maternidad debe leerse y analizarse –como la vida- en contexto. Y el contexto es muy distinto según las maternidades que se elijan. Falta cuidado y ternura”.
Una lectura cualitativa que se sostiene con los datos aportados por el informe de ONU.
La ley 27610 de interrupción voluntaria del embarazo (IVE) se aprobó en Argentina en diciembre de 2020 “y el derrumbe de la tasa de natalidad sucede a partir del 2014, así que en principio ya tenemos un primer dato que descarta por completo cualquier posibilidad de que la aprobación de la IVE sea el factor que explique por qué cae la tasa de natalidad”, le dijo la socióloga María Puglia de Fundar, al periodista Reynaldo Sietecase durante una entrevista en Radio con Vos.
En este punto es importante recordar que, a la par de la ley de aborto legal se sancionó la norma 27611 (nótese que sólo hay un número de diferencia entre una legislación y otra) llamada de ‘1000 días’, pensada para proteger la salud y el desarrollo integral de madres, niños y niñas durante los primeros tres años de vida.
Puglia resalta en la entrevista radial que “buena parte de la caída de la tasa de natalidad en los últimos 10 años está explicado por el derrumbe de la tasa de natalidad en adolescentes, gracias al plan ENIA (Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia)”.
ENIA fue una política pública interministerial de alcance federal que se creó en el año 2017. Desde 2018 hasta 2023 se implementó en 36 departamentos de 12 provincias del Noreste (NEA) y del Noroeste (NOA) y en la provincia de Buenos Aires, logrando reducir el embarazo adolescente.
“Entonces, debiéramos estar contentos, este es mi mensaje, debiera ser una buena noticia”, afirmó la investigadora. Y agregó: “El problema acá es cuando los debates demográficos se convierten en debates morales”.
Pero, el plan ENIA fue desfinanciado por el gobierno nacional.
Este mes se presentó la publicación “Plan ENIA 2017–2023. Oportunidades de vida para adolescentes” que reúne resultados y metodologías de esta política pública, mientras en el Congreso hay proyectos de ley para reactivar el programa.
Silvina Ramos, investigadora del CEDES en el que llevan adelante el Proyecto Mirar, resaltó que en la Argentina, la implementación del Plan ENIA “fue un movilizador de oportunidades para que las adolescentes pudieran tomar decisiones libres e informadas sobre su reproducción. Esa política, que reforzó otras de mediana data como la educación sexual en las escuelas y el acceso gratuito a la anticoncepción en los servicios de salud, se conjugó con un clima cultural para el cual la autonomía reproductiva y la búsqueda de inserción social a través de la educación y el trabajo eran aspiraciones colectivas”.
“En ese contexto, prevenir un embarazo para el que no se encuentra un lugar afectivo apropiado y porque se tienen otros planes para esa etapa de la vida, pasó de ser una aspiración a una posibilidad concreta que la política pública abría”, analiza Ramos.
El intercambio para aportar contextos necesarios se extendió a Latinoamérica. Fue en el webinar ‘Nuevas narrativas sobre la transición demográfica global’ organizado por La Salud Reproductiva es Vital, una iniciativa impulsada por el Consorcio Latinoamericano Contra el Aborto Inseguro (CLACAI).
Una de las expositoras fue la doctora en Demografía por la London School of Hygiene and Tropical Medicine, Fátima Juárez profesora e investigadora en El Colegio de México.
En América Latina “el descenso de la fecundidad se inició en la década del sesenta, aunque en países como Argentina y Uruguay comenzó antes”, señala la especialista.
Pero esta evolución no ha sido homogénea porque la fecundidad adolescente “ha descendido a un ritmo más lento, lo que constituye un desafío persistente para la salud pública, dado el alto número de embarazos no planificados y abortos inducidos en este grupo etario”.
Juárez relaciona los problemas asociados a este fenómeno: el matrimonio precoz, el embarazo adolescente y la alta prevalencia de abortos inducidos.
“La región presenta una de las tasas más altas de fecundidad adolescente a nivel global, con un promedio de 60 nacimientos por cada mil mujeres de 15 a 19 años. También ocupa el segundo lugar en embarazos no planificados, con 69 por cada mil mujeres en edad reproductiva. Las tasas más elevadas se registran en el Caribe y Sudamérica”, informa la demógrafa.
En televisión también se debatió el tema. En La Nación+ Lorena Bolzon, abogada y decana del Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad Austral contó que “todo el mundo está atravesando cambios demográficos desde hace bastante tiempo: la baja de natalidad, el aumento de la esperanza de vida y las migraciones son los tres movimientos que más se están notando” en este proceso.
Bolzon es una de las autoras del informe ‘Estructuras familiares y cambios sociales Una mirada de la realidad Argentina’ que se publicó el 15 de mayo de este año.
“Venimos de una historia con muchas madres separadas, que se hacen cargo de sus hogares. Eso también influye a la hora de decidir. La salida de la mujer al mundo laboral, al mundo profesional que se dio en los últimos años, no necesariamente siempre fue acompañada de mayores responsabilidades del varón dentro de la casa en el cuidado de los hijos, cuidado de los adultos mayores y demás”, contextualiza la abogada.
Destaca que las mujeres “que tenían cinco hijos o más en el 2010 eran un millón y medio aproximadamente” y que “donde había picos descendientes de natalidad, también coincidía de alguna manera con las crisis económicas o la falta de empleo”.
Federico Tobar, doctor en Sociología, asesor regional del UNFPA y especialista en financiamiento en salud, con experiencia como consultor internacional y ex funcionario del Ministerio de Salud de Argentina, habla de los paradigmas en disputa dentro de la teoría económica sobre fecundidad y advierte cómo algunos discursos son utilizados para justificar restricciones regresivas en derechos reproductivos.
Desde la óptica pesimista del tema, el profesional se remonta a Thomas Robert Malthus, que en 1798 sostuvo que la población crecería en progresión geométrica mientras que la producción de alimentos lo haría en progresión aritmética, lo que conduciría a un desequilibrio estructural y una amenaza al desarrollo.
“El error de Malthus fue proyectar una situación estática como si fuera dinámica, sin prever la posibilidad de un crecimiento exponencial en la producción de alimentos”, dice Tobar, quien alerta sobre la vigencia del paradigma malthusiano al introducir la noción de límites estructurales —actualmente también ambientales— al crecimiento económico. En esta misma línea se inscriben discursos pronatalistas contemporáneos, como el de Paul Morland en ‘La marea humana’, donde afirma que ningún país ha prosperado con una reducción poblacional.
En ese sentido Tobar aporta que esta visión “rechaza fenómenos como la migración, a pesar de su potencial para resolver déficits de fuerza laboral, y presenta una lectura rígida del vínculo entre población y desarrollo”.
En contraposición, la perspectiva optimista tiene como principal exponente a Gary Becker, autor de ‘Teoría de la familia’: “Desde este paradigma, las decisiones sobre fertilidad son racionales, están orientadas a maximizar beneficios y dependen de preferencias individuales y del modelo económico en el que se insertan”, resume el especialista.
Luego, presenta cuatro líneas de investigación: una que demuestra que la edad materna al primer hijo tiene efectos en el rendimiento escolar y la trayectoria económica de las hijas e hijos, subrayando la importancia de las condiciones de crianza más allá del acceso a la educación; otra que vincula el momento elegido para la maternidad con una menor propensión al delito en jóvenes, en una relación facilitada por el acceso a anticoncepción y aborto.
La tercera tiene que ver con el “bono demográfico”, que plantea que un país alcanza una ventaja económica cuando la proporción de personas en edad productiva supera a la de personas dependientes. Y en cuarto lugar, presenta el estudio MILENA, desarrollado por el UNFPA, que mide el costo de oportunidad del embarazo adolescente y se ha implementado en 15 países de América Latina y recientemente en África.
“Desde esta mirada, el mayor impacto económico de las dinámicas demográficas y reproductivas en la región está vinculado a la maternidad temprana”, enfatiza el profesional.
Y finaliza: “Empoderar a mujeres y parejas para decidir libremente cuándo y cuántos hijos tener no solo mejora los proyectos individuales de vida, sino que también contribuye a un crecimiento económico sostenido”.
Es el título de una reconocida charla TED y de uno de los libros del obstetra Mario Sebastiani, un profesional que hace 48 años acompaña a parir. Tiene un podcast y desde allí comparte su experimentada visión sobre la baja natalidad.
“Antes el pánico era por la superpoblación y hoy es por la caída de la natalidad. En vez de hablar de pánico, veamos el bonus, la solución, la ventaja demográfica”, sugiere.
Recuerda Sebastiani que “desde que existe el feminismo se logró la anticoncepción quirúrgica voluntaria (ligadura tubaria y vasectomía); la anticoncepción universal y gratuita en el país; la mujer pospuso la edad de tener hijos, y aparece el auge de la medicina reproductiva, la fertilización asistida”.
“Lo más importante, que lo dije en mi libro y en la charla TED ¿Por qué tenemos hijos?, es que las mujeres tengan hijos cuando puedan, no cuando la biología les es más beneficiosa. Tener un hijo es un proyecto de responsabilidad, no es un proyecto sólo biológico”, continúa.
“Todos decimos que tenemos hijos por amor, pero lo que aprendí de las parejas a las que asistí como obstetra es que existe la improvisación, el mandato, la soledad, el error en el método anticonceptivo. Entonces, las mujeres dejaron de lado estas pautas y tienen hijos cuando pueden, y si no lo tienen hay una frase que ya no se escucha: ”Me siento una mujer vacía“. La mujer no está más vacía, porque la mujer está codo a codo con el hombre gestionando la sociedad”, añade el profesional con una experiencia en su haber de haber asistido unos 12 mil partos.
En la misma línea de análisis de informes y especialistas que recorrimos en esta crónica, el obstetra coincide en que “si el proyecto de tener un hijo es una decisión responsable hacen falta necesidades básicas satisfechas: techo, agua corriente, salud, educación; esparcimiento y tiempo para los hijos”.
Suma algo fundamental: “Trabajemos como sociedad para que cada bebé en su vida adulta tenga trabajo”.
“Me preocupa la cabeza de los políticos que son cortos de pensamiento que necesitan resultados rápidos porque piensan en la próxima elección, y me preocupa que afecten la libertar y la vida de las mujeres prohibiendo la anticoncepción o el aborto. El aborto no contribuyó a la caída de la natalidad: cuando era clandestino estimamos 450 mil abortos anuales, con aborto legal tenemos unos 200 mil. Quitar derechos a las mujeres no aumenta la natalidad, aumenta el peligro en la salud, en la economía y en el aspecto social de las mujeres”, concluye Sebastiani.
SM/MG
Algunas de las voces acalladas en distintas etapas de la historia. De la plebe que se embarcó rumbo al Río de la Plata con los adelantados españoles, a los hijos de los republicanos y los bebés secuestrados durante la dictadura argentina.
Diez años le llevó a Loreley El Jaber (Buenos Aires, 1972) investigar algunas de las traiciones, los juicios, los asesinatos y las conspiraciones que ocurrieron en alta mar durante la conquista europea del siglo XVI y escribir esas historias de un modo legible, fluído, riguroso y poético. Lo hizo tomando como base la documentación de los juicios que se realizaron contra la autoridad despiadada de ciertos hombres, nombres habituales en los libros de historia, esos que encabezaron los viajes rumbo al Río de La Plata durante los tiempos de la conquista.
La ensayista y docente, que fue mi profesora en Narrativa Latinoamericana en la carrera Artes de la Escritura, tuvo la habilidad de oir ciertas voces acalladas, enhebrarlas y convertirlas en la trama de una plebe sometida por los líderes españoles que luego de largos viajes desembarcaron en estas tierras para someter a todos los seres vivos en las márgenes del Plata. Pero no sólo a ellos. Antes y después lo hicieron con la población de las embarcaciones con las que se habían hecho a la mar rumbo a América. La falta de información sobre ese fenómeno constituyó para El Jaber “la marca de una espacialidad significante”. La autora se convirtió en quien escucha y rescata a aquella plebe rebelde, desplazándose “por los bordes para oir esas voces liminares”.
La política comienza y termina en los cuerpos, cita al filósofo francés Jean-Luc Nancy en el volumen titulado Motines y traición en el Río de La Plata, de editorial Tinta Limón. Doctora en Letras, profesora de la UBA y la UNA, visitante en universidades de Estados Unidos y Francia, Loreley Rita aborda y borda las historias de algunos gobernadores, capitanes, adelantados que se perciben traicionados y aperciben a sus subordinados con crueldad. Son conflictos que “surgen y se reproducen, paranoia que se acrecienta, el miedo aumenta y la muerte acecha”. Hombres y mujeres que acuden a la justicia para salvarse y hacerse valer mediante el litigio. Siguiendo a Judith Butler, En la ley, la voz subalterna se subjetiviza.
Esta plebe habla en el marco de un discurso legal encorsetado, como testigos contra las figuras de Sebastián Caboto, Pedro de Mendoza, Alvar Nuñez Cabeza de Vaca y Jaime Rasquin. Son relatos de resistencia que se cuelan, desnudan mugre, violencia, arbitrariedades de españoles contra españoles poderosos.
El conflicto inicial que se aborda es el de Caboto con el capitán Rojas, el piloto Rodas y el lugarteniente Méndez, acusados de amotinadores y abandonados en una isla. Luego, le toca el turno a Mendoza, enjuiciado por asesinar al maestre de campo Juan Osorio, citado una y otra vez en la literatura de estos lares. A Cabeza de Vaca lo envían engrillado a España condenado por traición. Finalmente, la escritora trabaja con los conflictos que surgen con Rasquin por el padecer por falta de suministros de la gente que está a bordo de los navíos que comanda.
Cuerpos “de puro espacio y silencio”, como poetiza Inés Aráoz. “El cuerpo muerto y violentado por traición hace de cada herida una boca parlante que precisa de un intermediario que enuncie y vengue por ella”, escribe El Jaber, ella misma intermediaria, mientras amplía la mirada, descifrando murmullos, silencios, decires potentes.
Cito a Alberto Laiseca, autor de la novela Los Sorias: Si alguna vez un cuerpo fue imaginario e inencontrable y, al mismo tiempo, infinitamente real, es en el caso del pueblo.
El lunes pasado, el médico y docente de la UBA Claudio Capuano, un referente de los derechos humanos en la Argentina y el exterior, fue distinguido en la Legislatura de CABA por su libro Hijos de la otredad. Se trata de un ensayo sobre los rasgos comunes que existieron entre la apropiación de bebés, niñas y niños durante la última dictadura argentina y durante el franquismo, en España.
El Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel -prologuista de la publicación- se refirió a la tristeza que percibía en los rostros de los asistentes dada la situación política, social y económica actual, proponiendo que “no dejemos que nos sigan robando la alegría y la esperanza” e invitando a multiplicar la conciencia sobre la continuidad que existe entre la gestión del gobierno de Milei, el de Macri y el de Menem.
Justamente esas 3 M son “tan mortales como lo fue la triple A” y “forman parte de una guerra contrainsurgente de baja intensidad” dijo la periodista Stella Calloni, en el programa radial Hilando Fino, de la Universidad Nacional Arturo Jauretche. Calloni, especialista en política internacional, consideró que la Argentina es el modelo de cómo se puede tomar un país sin tanques ni armas.
Las 3 M fueron llegando al Ejecutivo para desmantelar la Argentina junto con los medios hegemónicos, que convirtieron a la nuestra en “una sociedad zombificada por los misiles mediáticos” dijo la autora del libro Los años del lobo. Operación Cóndor.
Señaló la comunicadora y poeta durante la entrevista que le realizó Gabriel Wainstein que, lo que está ocurriendo hoy, “estaba escrito. Es la actualización de la antigua doctrina Monroe, la de la consigna: América para los (norte) americanos”, un plan colonial. “Somos pueblos pobres viviendo en países riquísimos, con petróleo, litio y un territorio tan extenso como despoblado”.
Máster en Bioética y Derecho, Coordinador de la Cátedra Libre de Salud y Derechos Humanos de la Facultad de Medicina de la UBA, Capuano profundizó en la responsabilidad de las instituciones del Estado, el marco jurídico entre la legalidad y la ilegalidad, bajo una dictadura que impuso el pensamiento y el comportamiento único, sometiendo a la sociedad por medio del terror, el ocultamiento de información y el silencio cómplice del destino de los niños secuestrados y desaparecidos.
Durante su trabajo se topó con la figura de Antonio Vallejo Nágera, ideólogo del régimen franquista, padre de la psiquiatría española y responsable de los argumentos científicos que pretendieron justificar los crímenes de lesa humanidad.
En Hijos de la otredad, Capuano sumó una cita del psiquiatra: “El saneamiento y regeneración eugenésico de un pueblo o raza requiere que se actué sobre la totalidad de los individuos que la constituyen. La regeneración de una raza impone una política que neutralice el daño que puede venirle al plasma germinal de los agentes patógenos, tanto físicos como psíquicos, materiales como morales”. Un calco del nazismo.
Nágera planteaba que la eugenesia debía ser intelectual, el enemigo no eran el negro o el judío, sino el comunista. Desde entonces se construyó al enemigo desde las fronteras ideológicas, no las físicas ni geográficas. Puede haberlo dentro del propio Estado-Nación. Las fronteras son las del propio cuerpo: esa “otredad” a la que hay que eliminar. Así, este médico y profesor comprendió y escribió sobre lo que sucedió en España, un laboratorio de la desaparición que luego se replicó en otras dictaduras.