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Trump confirma que EE.UU. bombardeó “las tres instalaciones nucleares de Irán”

Trump confirma que EE.UU. bombardeó “las tres instalaciones nucleares de Irán”

El presidente de EE.UU. aseguró en un mensaje en sus redes sociales haber atacado "las tres instalaciones nucleares de Irán, Fordow, Natanz y Esfahan". Y añadió: "Todos los aviones se encuentran ahora fuera del espacio aéreo iraní".

Donald Trump bombardeó Irán. El presidente de EE.UU. confirmó este sábado por la noche un ataque contra tres sitios nucleares iraníes.

“Hemos completado con gran éxito nuestro ataque contra las tres instalaciones nucleares de Irán, incluidas Fordo, Natanz y Esfahan”, dijo Trump en sus redes sociales: “Todos los aviones se encuentran ahora fuera del espacio aéreo iraní. Se lanzó una carga completa de bombas sobre la instalación principal, Fordo. Todos los aviones están de regreso a casa de forma segura”.

El ataque de EE.UU. a Irán se produce un día después de que la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, informara desde el podio que había recibido un mensaje de Trump anunciando que se iba a dar dos semanas para decidir qué hacer. Al final, han sido apenas 30 horas las que han pasado de aquel anuncio a la comunicación del bombardeo.

“Felicitaciones a nuestros grandes guerreros estadounidenses. No hay otro ejército en el mundo que pudiera haber hecho esto. ¡Ahora es el momento de la paz”.

Trump llevaba unos días allanando el camino para el ataque, a pesar de lo mucho que eso puede afectar a su base electoral, en cuanto que se intenta presentar como un aislacionista, alguien que no quiere saber nada de los problemas del mundo, y mucho menos de sus reglas multilaterales.

Pero, al final, Trump acudió en ayuda de su aliado preferido, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, el primer dirigente al que recibió en la Casa Blanca tras su regreso a la presidencia de EE.UU.

Esta semana arrancaba con la cumbre del G7 en Canadá, de la que se marchó corriendo antes de hora por la crisis en Oriente Próximo, que llegaba cuatro días después de un ataque de Israel contra Irán que venía a poner fin por la vía de los hechos a las negociaciones que mantenían las autoridades estadounidenses con las iraníes para enterrar el programa nuclear de Teherán.

En varias ocasiones, el presidente de EE.UU. dijo que el acuerdo estaba cerca, incluso reconoció que había pedido contención a Netanyahu para preservar el diálogo. Y en su primera gira por la región visitó países árabes y evitó pisar suelo israelí.

CFK volvió a cargar contra el "Partido Judicial" por las condiciones de su prisión domiciliaria

CFK volvió a cargar contra el

La expresidenta reposteó un texto del diputado Leopoldo Moreau donde cuestiona el listado de visitas autorizadas que deberá entregar y plantea que la medida es una interferencia del poder judicial en el legislativo.

En un nuevo mensaje a través de sus redes sociales, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner volvió a criticar las condiciones impuestas a su prisión domiciliaria. En la red X, Cristina reposteó un mensaje del diputado Leopoldo Moreau en el que califica el trato que recibe la exmandataria como un intento de instalar una “Dictadura de los Jueces”.

“Solamente con este Partido Judicial... en la Argentina hay que explicar lo obvio”, escribió Cristina Kirchner en su cuenta de X al citar el mensaje de Moreau.

En relación a su detención domiciliaria, en el domicilio de la calle San José 1111 de Constitución, Cristina Fernández debe cumplir con una serie de exigencias impuestas por la Justicia. Entre ellas, la obligación de permanecer en el domicilio fijado, abstenerse de realizar actos que perturben la tranquilidad del vecindario y la presentación de un listado de personas autorizadas a visitarla.

La expresidenta entregará este lunes la nómina de visitas que podrán ingresar a su domicilio sin necesidad de una autorización judicial previa. Esta lista incluiría a familiares, sus abogados y personal médico, mientras que cualquier otra persona que desee visitarla deberá solicitar un permiso específico al Tribunal. Cristina Kirchner cuestionó públicamente este régimen de visitas, al considerar que se le aplica un protocolo restrictivo que no rige para otros ciudadanos.

El posteo del diputado Moreau sigue esa misma línea. “Parece que el Partido Judicial quiere instalar una Dictadura de los Jueces”, escribió.

“Ahora se les ocurrió imponer restricciones a Cristina Kirchner con el objeto de aislarla”, escribió el diputado de origen radical, subrayando la excepcionalidad de la situación. Según él, no existe ningún otro caso en el que una persona con prisión domiciliaria y pulsera electrónica deba solicitar autorización judicial previa para recibir visitas en su hogar.

El diputado remarcó: “No hay ningún detenido con domiciliaria, y menos aún con pulsera electrónica, al que haya que visitar en su domicilio con previa autorización judicial”. Y subrayó: “Ella puede recibir a quien quiera y en el momento que quiera porque sus derechos civiles y políticos no están cercenados, salvo en los aspectos específicos de la sentencia, a los que los jueces no pueden agregar arbitrariamente otro tipo de penas”.

Moreau también puso en cuestión el perjuicio que la medida tiene sobre terceros, como representantes del pueblo en el congreso –diputados y senadores– tal es su caso, que no podrán dialogar ni interactuar con la principal referente de su espacio político.

“Pero no sólo se trata de los derechos de Cristina, sino también de quienes pretenden reunirse con ella, como es el caso, por ejemplo, de los legisladores nacionales”, destacó.

Y citó el artículo 38 de la Constitución Nacional, en el que se establece el rol esencial de los partidos políticos para el funcionamiento de la democracia.

Según Moreau, los integrantes del Congreso tienen fueros e inmunidades parlamentarias, derechos que no pueden ser restringidos ni reglamentados por resoluciones judiciales. “Además, los legisladores gozamos, por disposición constitucional, de fueros e inmunidades parlamentarias que no pueden ser limitadas, restringidas ni reglamentadas por resoluciones judiciales”, afirmó Moreau.

Moreau argumenta, dando a entender, que hay una interferencia del poder judicial sobre el poder legislativo y que no se estaría cumpliendo con la independencia de los poderes del Estado. El diputado anticipó que, de persistir las restricciones, recurrirán a instancias internacionales para denunciar lo que considera una violación de los derechos parlamentarios y una muestra de la colaboración entre jueces y fiscales en la instauración de un “Estado de excepción”.

El viernes, Cristina Kirchner hizo una presentación para que se revoquen las prohibiciones referidas a las visitas. En el texto, asevera que un sector del Poder Judicial busca limitar la voluntad popular mediante decisiones que impactan directamente en sus derechos políticos. La expresidenta relacional al “Partido Judicial” con los intereses del poder económico concentrado en Argentina.

Lula reveló que Cristina Kirchner lloró tras confirmarse su prisión domiciliaria

Lula reveló que Cristina Kirchner lloró tras confirmarse su prisión domiciliaria

La revelación se produjo en vísperas del viaje de Lula a Argentina para participar en la cumbre del Mercosur, generando incertidumbre sobre un posible encuentro bilateral con el presidente Javier Milei.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, declaró públicamente que se comunicó telefónicamente con la expresidenta argentina, Cristina Kirchner, luego de que se confirmara su detención domiciliaria en el marco de la causa Vialidad, y que la exmandataria rompió en llanto durante la conversación.

En una entrevista concedida al podcast “Mano a Mano”, conducido por el rapero brasileño Mano Brown, Lula compartió detalles de su conversación con Fernández.

“El otro día llamé a Cristina Kirchner, que estaba condenada. La llamé para expresarle mi solidaridad, e incluso lloró. Le dije: ‘Cristina, te llamo porque quiero que sepas que mi amistad contigo no se debe a que tú y yo fuéramos presidentes. Mi amistad contigo se debe a que yo soy una persona y tú eres una persona’”, manifestó el mandatario brasileño.

Esta declaración tuvo repercusión inmediata en Buenos Aires, donde se han evidenciado crecientes tensiones entre la administración de Javier Milei y el gobierno de Brasil. La situación se presenta en un momento crucial, ya que Lula tiene previsto llegar a Argentina en los próximos días para asistir a la cumbre del Mercosur, programada para el 3 de julio.

En este evento, Milei, como presidente pro témpore del bloque regional, deberá ceder la presidencia a su homólogo brasileño. Aún no se ha confirmado si la agenda de la cumbre incluirá una reunión bilateral entre ambos presidentes.

Este episodio evocó el viaje que realizó Alberto Fernández en 2019, durante su campaña presidencial, cuando visitó a Lula en la prisión de Curitiba, donde el líder brasileño cumplía una condena por corrupción.

Aquella imagen fue interpretada en su momento como una muestra de alineamiento con los gobiernos progresistas de la región. En el presente, los roles parecen invertirse, con Lula en libertad y ejerciendo la presidencia, mientras que Cristina Fernández de Kirchner se encuentra condenada y bajo arresto domiciliario.

La expresidenta utilizó su cuenta de la red social X para cuestionar el régimen de visitas impuesto bajo su prisión domiciliaria. Señaló que se exige una autorización previa del Tribunal para cualquier persona que desee visitarla y que no pertenezca a su círculo familiar, legal o médico.

“El resto de mis relaciones con el mundo exterior; amigos, amigas, compañeros, compañeras y otras personas que conozco y me vinculo por el solo hecho de ser una persona que tiene vida, cada vez que quieran visitarme deberán presentar una solicitud al Tribunal y luego esperar su autorización”, publicó la expresidenta.

La situación generó un clima de expectativa ante la próxima llegada de Lula da Silva a Argentina y la incertidumbre sobre los posibles encuentros bilaterales en el marco de la cumbre del Mercosur.

MU con información de la agencia NA

Efecto Cristina presa: el PRO acuerdista apura la alianza con LLA, mientras Macri pide cerrar con “dignidad”

Efecto Cristina presa: el PRO acuerdista apura la alianza con LLA, mientras Macri pide cerrar con “dignidad”

El ritondismo confía en que la unidad del peronismo ayudará a acelerar las negociaciones con el Gobierno. El mensaje de Mauricio Macri en una reunión del Consejo Nacional del PRO y la libertad de acción para los partidos locales. La rebelión de Vidal y Lospennato.

“Vamos a volver”, repite Cristina Fernández de Kirchner, en un audio que sobrevuela una Plaza de Mayo colmada de manifestantes, y un referente bonaerense del PRO suspira, aliviado. “Esto es bueno para nosotros”, admite el dirigente que hace equilibrio entre propios y libertarios para fusionar al PRO con La Libertad Avanza en la Provincia de Buenos Aires. Las conversaciones diarias se sostienen, pero el Gobierno prefiere esperar a ver como se desarrolla la novela peronista, y en el acuerdismo amarillo están hambrientos de excusas que le permitan reforzar su peso en la mesa de negociaciones. Y la postal de unidad del panperonismo se presenta, así, como una oportunidad.

El razonamiento de los armadores bonaerenses del PRO es el siguiente: si la condena a CFK logra unificar al peronismo detrás de su liderazgo, el Gobierno va a estar obligado a hacer lo mismo con el PRO si desea ganar la Provincia. Sin guerra fraticida, el kirchnerismo, que es oficialismo en PBA, puede hacer una muy buena elección, incluso ganar. Los necesitan, insisten, porque Mauricio Macri, si se enoja y decide jugar solo, puede hacer daño. No mucho, pero lo suficiente para perder la elección.

“(María Eugenia) Talerico te arma una lista y te saca cuatro puntos. Y Espert pierde con Kicillof por dos. ¿Qué haces?”, provoca un dirigente amarillo con diálogo cotidiano con Casa Rosada, que apuesta a que Santiago Caputo y Karina Milei -los dos interlocutores de Cristian Ritondo y Diego Santilli- perciban en la unidad peronista una amenaza lo suficientemente grande que permita terminar de allanar las negociaciones. “El peronismo está acostumbrado a pelear, no se relajan. No hay Marcos Peña en el peronismo, estás acostumbrados a las peleas difíciles y van a poner todo”, advierte, veterano de muchas campañas bonaerenses.

Cristian Ritondo y Diego Santilli, armadores bonaerenses del PRO

La fantasía, saben, parte de una carencia: la falta de poder en una negociación con un interlocutor que ocupa el sillón presidencial, tiene vaivenes mesiánicos y está empoderado tras una serie de (estrechas) victorias electorales provinciales.“Hacemos lo que podemos, el PRO es un partido en descomposición”, confiesa un dirigente amarillo, en una flexibilidad que, por momentos, se asemeja a la resignación.

A los acuerdistas del PRO, sin embargo, les resulta más sencillo sentarse a negociar con Caputo que con el propio Macri. O con los macristas residuales que están en pie de guerra con LLA, y amenazan con rebelarse a la fusión si no cumple con el requisito mandatado por el partido. Es decir: acuerdo sin sometimiento.

Una promesa que el ritondismo no sabe si podrá cumplir.

La resignación de Macri y la rebelión de Lospennato

La misión de ustedes es salvar al PRO en sus provincias. Arreglen, pero con dignidad”, les dijo Macri a los consejeros del PRO en una cumbre nacional la semana pasada. El presidente del partido le daba, así, libertad de acción a los armadores de cada provincia para que cerraran los acuerdos que consideraran pertinentes para salvar al partido. Macri recordó que habían existido ya diversos esquemas de alianzas en lugares como Santa Fe, Salta y Ciudad de Buenos Aires, y abrió la puerta a que cada partido local trazara la mejor estrategia para sobrevivir.

El ritondismo interpretó este mensaje como una luz verde a avanzar con las negociaciones. “Mauricio, ante lo inevitable, se relaja y goza”, graficó un dirigente bonaerense, para quien las condiciones de “dignidad” todavía hay que discutirlas. Macri, por ejemplo, exige que el PRO y LLA vayan juntos en un frente electoral: no quiere una boleta pintada de violeta engrosada con nombres amarillos, como demanda Karina.

Mauricio Macri mandató a Cristian Ritondo para cerrar un acuerdo electoral en PBA con LLA

Los armadores bonaerenses, de momento, negocian una alternativa intermedia. Para la elección provincial de septiembre se irá a un frente, que llevará un nombre alegórico a LLA pero que dará cuenta de que forma parte de una alianza más amplia. En octubre, admiten, la boleta será violeta y no dirá otra cosa que LLA.

Para un sector del macrismo, sin embargo, estas condiciones encubren la sumisión del partido. En la reunión del Consejo Nacional del PRO, hubo varias voces, como la de María Eugenia Vidal o de Gisela Scaglia, vicegobernadora de Santa Fe, que exigieron que el PRO mantuviese sus valores y su historia, y no se “tiñera de violeta”. Plantearon reeditar la oferta de Juntos por el Cambio y reubicarse como una alternativa a Javier Milei pensando en 2027.

Ritondo, que escuchó en silencio, argumentó que era “tarde” para plantear una estrategia nacional, y explicó que él tenía que defender la “integridad” de los 13 intendentes bonaerenses que tiene el PRO. Ellos son, explican los armadores bonaerenses, la prioridad: la lapicera en aquellos distritos tiene que estar controlada por los intendentes y no se puede arriesgar a llenar los concejos deliberantes con otra cosa que no sea PRO puros. A cambio, argumentan, se podrá ceder espacio en otras listas.

Ritondo, sin embargo, está en una posición incómoda. Presiona para avanzar con un acuerdo con LLA y está confiado en que, pese a las tensiones con Karina, logrará cerrarlo. Cuenta, para ello, con el cariño del propio Milei, con quien tiene un vínculo personal. Pero no puede avanzar demasiado rápido sin asegurarse, antes, el respaldo de sus compañeros en el PRO. Un apuro en cerrar un acuerdo no “digno” podría acelerar una ruptura en el bloque de Diputados que preside, y se abriría, así, un nuevo frente de conflicto con LLA, que espera que Ritondo ayude a blindar a Milei en el Congreso.

Mauricio Macri junto a María Eugenia Vidal y Silvia Lospennato

El principal temor, en este caso, es el efecto Silvia Lospennato. La diputada del PRO, que se llevó la marca de la derrota en la elección porteña, está furiosa con Milei, Martín Menem y LLA. Los acusa de haber impulsado una campaña sucia en su contra, y desconfía del acuerdo que Santilli y Ritondo quieren cerrar en PBA. Sospecha que el verdadero objetivo de LLA es destruir al PRO, y se rebela ante la idea de fusionarse con el oficialismo.

La rebeldía de Lospennato, en el último par de semanas, se convirtió en un dolor de cabeza para Ritondo. Su ausencia, junto a otras ocho diputadas del PRO, en la votación en la Cámara de Diputados por el aumento de las jubilaciones despertó las alarmas. Dos semanas después, la preocupación oficialista se extiende, porque tanto Lospennato como Vidal anticipan, puertas adentro, que no ayudarán a blindar el futuro veto de Milei a la ley.

Lospennato considera que ella ya cumplió con su candidatura porteña y que ya no le debe nada a nadie. Está molesta con LLA y, al igual que una decena de legisladoras, se rehúsa a continuar votando de manera automática en el Congreso. En el ritondismo confían en que Macri las terminará ordenando, pero los más mileístas del PRO temen que la rebelión termine generando una grieta en el escudo protector que el presidente logró construir en Diputados. “Tienen razón en tener miedo”, masculla una dirigenta del riñón de Lospennato, y promete guerra.

MC

Guillermo Solovey: "No nacemos equipados con la habilidad del pensamiento crítico: la tenemos que aprender y ejercitar"

Guillermo Solovey, investigador en ciencias del comportamiento:

El físico e investigador en ciencias del comportamiento estudia cómo la desinformación se propaga en contextos polarizados y qué estrategias pueden ayudar a combatirla. En esta entrevista, analiza el rol del sesgo ideológico, la sabiduría colectiva y la importancia de conversar con quienes tienen posiciones políticas opuestas.

Si bien la desinformación no es un fenómeno nuevo, como especie aún estamos aprendiendo a discernir lo verdadero de lo falso en el mar de información al que hoy tenemos acceso. Además, la recompensa social es mayor al ganar un debate y persuadir a los demás que al encontrar la razón última de las cosas —la verdad—, dice Guillermo Solovey, doctor en Física e investigador. La mejor solución disponible es entablar conversaciones con personas que piensan diferente, propone.

Profesor visitante de la Universidad Torcuato Di Tella, profesor de la Universidad de Buenos Aires, investigador en el Laboratorio de Neurociencias (UTDT) e investigador de CONICET en el Instituto de Cálculo (Exactas-UBA), su trabajo se centra en las ciencias cognitivas y del comportamiento, con especial foco en la toma de decisiones, el rol de la incertidumbre y la metacognición. En sus investigaciones, combina experimentos, modelos estadísticos y computacionales. En 2023, publicó dos estudios sobre el tema en Scientific Reports, del grupo Nature. En uno observó que las personas tienden a creer más en las declaraciones si están de acuerdo con el político que las dijo (partidismo). Por otro lado, quienes piensan más analíticamente son un poco más escépticos y tienden a cuestionar más las declaraciones. En un segundo estudio analizó si era posible usar la sabiduría colectiva para chequear información.

“Sabiduría colectiva significa que le puedo preguntar a un grupo grande de personas que no saben si algo es cierto o falso y la respuesta que gane, si están bien dadas las condiciones, va a ser mejor que preguntarle a una sola persona. Es una forma más rápida de acercarnos a la respuesta verdadera”, explica Solovey.

—¿Para qué podría servir la sabiduría colectiva?

—Si uno quiere saber si una frase que circula es verdad o mentira, podríamos acudir a chequeadores. Pero probamos un camino alternativo. ¿Qué pasa si le preguntamos a un grupo grande de personas que no están entrenadas y vemos qué responde la mayoría? Lo hicimos y dio similar a la respuesta de un fact-checker. Entonces, quizás, podríamos pensar el método como una herramienta adicional para verificar información.

—¿Cómo lo probaron?

—Le dimos a un grupo de personas frases que tenían que catalogar como verdaderas o falsas (nosotros sabíamos cuáles eran). Vimos que el método funcionó mucho mejor si, cuando se equivocaban, les dábamos la oportunidad de charlar con otra persona que había respondido diferente. Después de esa conversación, su capacidad de identificar frases falsas mejoraba, sobre todo cuando esas dos personas que se ponían a conversar tenían posiciones políticas opuestas. Sobre un dicho de un político, sin saber qué opinaba el otro políticamente, terminaban llegando a un acuerdo. A la larga, la sabiduría colectiva funcionaba porque cada uno de ellos era capaz de disminuir su sesgo ideológico. En cambio, cuando ponías personas de la misma ideología a hablar, se reforzaban los sesgos y las opiniones iniciales.

—¿Cuál es la limitación del estudio?

—Sigue siendo un hallazgo individual de un paper nuestro, al que yo le confío un montón, pero nunca queda demostrado algo hasta que realmente otros encuentran algo parecido, lo confirman, lo replican, lo revisan. En la ciencia no hay principio de autoridad, sino que funciona por consensos.

—¿Creés que podríamos aplicar la idea de conversar con otros que piensan distinto a la práctica?

—La conversación con gente diversa es beneficiosa, pero en la práctica muchas veces no funciona porque tenemos prejuicios sobre lo que piensan los demás sobre nosotros o sobre lo que pensamos. Estamos segregados, tanto online como offline. En mi caso, por ejemplo, llevo a mis hijos a una escuela en Buenos Aires y, a una cuadra, hay otra escuela muy grande. Jamás, ni ellos ni yo, conocimos a alguien que fuera a esa otra escuela. Eso se llama polarización de grupos, es decir, nos juntamos con gente parecida para reforzar nuestras ideas y prejuicios.

—¿Cómo escapar de esta dinámica que nos impulsa a la polarización?

—No tengo una respuesta definitiva, pero lo que muestran nuestros estudios es que fomentar espacios donde sea posible la conversación entre diversos, con otros que no piensan como nosotros, siempre es ventajoso. Y también para entender que, de alguna forma, somos todos iguales y tenemos que construir un país entre todos, no solamente entre quienes piensan parecido a nosotros.

Por otro lado, en una sociedad en la que votamos por nuestros políticos, tenemos que estar bien informados y, si eso no está garantizado, difícilmente vamos a llegar a una buena decisión. Para eso hay algunos antídotos, como controlar el flujo, la generación y la difusión de información falsa a través de las redes sociales. También hay estrategias más a largo plazo, como enseñar habilidades de alfabetización, en lectura crítica de la información, en pensamiento crítico, para al ciudadano, niños, adolescentes y adultos.

—¿Es correcto decir que ejercitar este pensamiento crítico es antiintuitivo?

—Sí, porque no nacemos equipados con la habilidad de pensamiento crítico, la tenemos que aprender, ejercitar. Imaginate qué poco innato que es ese pensamiento crítico, que una de las maravillas del sistema científico es que se autoimpuso reglas para que los hallazgos tengan control entre pares. Necesito que alguien diferente a mí lo lea, lo examine, critique. Tampoco los científicos, que estamos tratando de saber cómo funcionan algunas cosas en el mundo, estamos salvados de cometer este tipo de errores por el sesgo de confirmación.

—¿Por qué es tan difícil escapar del sesgo de confirmación?

—La capacidad de razonar es un fin adaptativo que tiene que ver con ganar debates, ganar estatus social, imponer y persuadir a los demás. Con ese fin, lo mejor que podés hacer no es cuestionarte a vos mismo, sino encontrar la evidencia que te convenza para poder comunicar y para que los demás digan “sos un crack, te seguimos”. Y cuando un grupo te admira, te quiere, te sigue, la recompensa social es mucho más elevada que la recompensa que tendrías siendo crítico y buscando la razón última de las cosas.

—Desde que empezaste a estudiar estos temas ¿notás alguna tendencia? ¿Hay más desinformación ahora?

—La desinformación siempre existió. Ahora el flujo de desinformación circulante es mayor, pero también el flujo de información cierta. Por otro lado, somos más conscientes de los riesgos que tiene la desinformación, porque hay enfermedades que habían sido totalmente desterradas gracias a las vacunas, pero aún hay quienes creen que las vacunas causan autismo y se enferman. Con nuestro equipo cognitivo limitado, tenemos que lidiar en un mundo donde hay mucha más información que antes.

—¿Te parece que la actitud del presidente de compartir noticias falsas tiene un correlato con una tendencia global?

—En estos tiempos, cada político le habla mucho a su tribu y, para su tribu, a lo mejor algo que no es cierto termina funcionando. La Argentina no es el único caso, es mundial. Lo que se busca es aumentar la afinidad que tiene la gente que te vota, solidificar esos grupos. Entonces se vuelven más difíciles las soluciones, porque entrenar habilidades educativas, de consumo de información, de pensamiento crítico, y de escucha es un ejercicio muy lento y arduo.

¿Puede ser la propuesta de conversación con otros una estrategia anti grieta?

—Si podemos tener unos acuerdos mínimos de convivencia, fantástico, pero no es que la conversación entre distintos tenga que lograr un consenso absoluto. Me parece que lo que pasa últimamente, más allá de la polarización en temas políticos, es la polarización afectiva. Es decir, no solamente opinamos diferente, sino que hay emociones negativas hacia los que piensan diferente. Y eso me parece más difícil de resolver porque, aunque no vamos a disolver todas las diferencias, sí podemos aceptar que, en el fondo, somos todos iguales para la convivencia democrática.

EM/NS