Código Postal 4516
El panperonismo tiene este sábado un nuevo congreso marcado por la tensión de cara a la definición hacia las elecciones. Escenas sobre el hijo de Cristina marcan el ambiente interno. ¿Habrá una lista o varias?
Máximo Kirchner y Gabriel Katopodis discutieron muy fuerte en los últimos días. La escena difiere en detalles de acuerdo a quien la cuenta, desde que “casi se van a las piñas” a que se metió “un gordo de seguridad” para “ubicar” al ministro de Infraestructura de Axel Kicillof, quien no paraba de gritarle “callate la boca” al hijo de Cristina Kirchner. Pero la pelea política que se vivió el martes en la Quinta de San Vicente –confirmada por cinco fuentes distintas a elDiarioAR– revela el grado de tensión de cara al cierre de los frentes electorales del próximo miércoles 9. Este sábado el panperonismo vuelve a encontrarse en un congreso en Merlo con una incertidumbre clave: no está definido si habrá finalmente una alianza de unidad entre el kirchnerismo, el axelismo y el massimo.
La tirria entre Máximo y Katopodis terminó con una paz pactada en una conversación a solas entre ellos: “Gabriel tiene buena relacion historica con él y es un compañero”, aclararon en el entorno del exintendente de San Martín. Un punto en la discusión fue justamente la locación del congreso de hoy. El domingo pasado en la cumbre que compartieron Kicillof, el hijo de Cristina y Sergio Massa, el gobernador “pidió” –apuntó un funcionario bonaerense– que el congreso sea en La Matanza, terruño de Fernando Espinoza y de la vicegobernadora, Verónica Magario, que suena como potencial candidata para la Tercera Sección Electoral. Kirchner no quiso: “Máximo estuvo intransigente. Se levantó y se fue. Acto seguido se levantó Massa y también se fue”, dijo la misma voz consultada. En Merlo gobierna Gustavo Menéndez, parte del primer anillo de confianza del hijo de Cristina.
Pero más allá de esa discusión de formas, la pelea es de fondo: para el miércoles próximo todavía está en duda la conformación de un frente único porque aún están en juego las cabezas de todas las listas que tienen que presentarse diez días después, el 19 de julio. La elección para la Legislatura bonaerense es el 7 de septiembre, pero es un domingo que tendrá prácticamente ocho elecciones simultáneas. Hay zonas que eligen diputados y otras, senadores. En el tramo de abajo de las boletas, todos los municipios renuevan concejales y consejeros electorales.
Juan Grabois llegó a plantear en la semana en C5N que podría haber distintas listas y un funcionario de Kicillof adelantó a este medio que actualmente existe la posibilidad de que se anoten al menos tres frentes electorales del peronismo, más allá de que al momento del cierre de listas algunos sellos queden en el camino. “Son tensiones comunes en estos momentos de cierre. Va a estar todo bien, hay un frente común”, contradijo un vocero con territorio propio.
La falta de resolución gravita en si el criterio preponderante para conformar las listas es la unidad ante todo, el grado de conocimiento del potencial candidato en cada sección o la propiedad de la lapicera. ¿El peronismo provincial lo conducen Kicillof y sus 45 intendentes o Máximo y sus aliados en el PJ bonaerense? Además está en debate la narrativa de la campaña: “La Cámpora plantea que el eje único tiene que ser la libertad de Cristina. Nosotros planteamos que ese tema es importante pero también hay que hablar de la agenda que le preocupa a la gente”, dijo alguien que habla con el gobernador.
“Hoy está todo muy tenso. El pibe tiene mucha bronca acumulada y parece que no tienen ganas de acordar”, aseguraron sobre Máximo en una intendencia del conurbano que tiene buena relación con el kirchnerismo. Un operador peronista sintetizó el nerviosismo existente en el detalle anecdótico de que el hijo de Cristina pasó, en el último tiempo, a fumar el doble de cigarrillos. “Katopodis es Axel yendo contra La Cámpora”, lanzaron en el kirchnerismo. “El gobernador quiere la unidad, pero no quiere una unidad donde se lo humille”, devolvieron desde La Plata.
Tras la discusión macro, la Tercera Sección –que corresponde al sur del conurbano– sigue siendo incómoda tras la proscripción de CFK. Es un bastión histórico del peronismo pero que no tiene un único dueño. Los intendentes aliados con Kicillof no podían negar a Cristina como candidata pero ahora no están dispuestos a aceptar sin condiciones a Máximo como un “heredero natural”. Lo dejó en claro el vicepresidente del PJ de Avellaneda y titular de la CGT regional, Héctor Villagra: “No vamos a acatar un carajo lo que diga Cristina”.
En el peronismo ya circula como borrador que para la Tercera, donde se eligen 18 representantes para la Cámara de Diputados de la provincia, al menos la mitad de los lugares en la lista vaya para el Movimiento Derecho al Futuro; del resto, La Cámpora pondría a uno o dos nombres más que el Frente Renovador. Sería una negociación beneficiosa para el axelismo, que revelaría otra pintura sobre las últimas reuniones: en la cumbre del domingo Kicillof se habría mostrado con mucha mesura, frente a un Máximo visiblemente alterado.
Me hincharon las pelotas, me voy a mi casa. Mi vieja está presa y ustedes están boludeando
“Me hincharon las pelotas, me voy a mi casa”, contó un operador que dijo Máximo, abandonando el lugar junto con Mariel Fernández, intendenta de Moreno y parte del Movimiento Evita. El hijo de Cristina dejó sentado en la mesa a Federico Otermín, de Lomas de Zamora, como su representante. “Mi vieja está presa y ustedes están boludeando”, habría sido otra acusación lanzada al aire. Entonces Alberto Descalzo, mandamás de Ituzaingó, le contestó, según apuntó la fuente: “Si seguís hinchando los huevos, el próximo que va en cana sos vos y recién tenes 50 años”.
En el kirchnerismo hay una certera preocupación por la cárcel a partir de lo que –entienden– es una alianza entre Patricia Bullrich y la jueza Sandra Arroyo Salgado por la razzia a dirigentes cercanos a Mayra Mendoza, por ejemplo, tras el escrache con caca a José Luis Espert. Ayer en el Consejo de la Matratura los consejeros kirchneristas Mariano Recalde y Vanesa Siley denunciaron al juez por supuesto mal desempeño en el ejercicio de sus funciones. “Arroyo Salgado se está vengando por el tema Nisman y el poder está avanzando como depredadores. Cristina tenía razón –dijo alguien que está cerca de la intimidad de la exmandataria–. No venían por ella, sino que disciplinan al resto a futuro”. Justamente disciplina es lo que parece faltar en el ordenamiento del PJ.
MC
En los últimos días, con temperaturas cerca de los 0 grados, organizaciones sociales y más de 700 voluntarios recorrieron las comunas de la Ciudad para registrar a quienes viven en la calle. El resultado provisorio expone un aumento de las personas en esa situación y mayor vulnerabilidad ante el abandono y la violencia estatal.
“Cuando tenés un problema o necesitás algo, ¿a quién le pedís ayuda?”, pregunta Tatiana, censista de una organización social, parada en el centro de la Villa 31, en una mañana de ola polar. “¡A nadie!”, se apura a contestar H., un hombre robusto de 35 años que no tiene hogar. “¿Para qué voy a pedir ayuda? Después te lo echan en cara”. La censista levanta la mirada, lo deja hablar, y vuelve a su planilla. “Me refería… si pedís ayuda en un programa o institución del Gobierno de la Ciudad, fundación u organización social, parroquia, policía, familiares, amigos, vecinos…”. H. observa a su hija de 8 años parada junto a él, soplando un mate cocido desde donde salen hilos de vapor. “Ah, no. No pido ayuda a nadie”, dice mientras abre con los dientes un paquete de galletitas saladas: “Me las rebusco solo. Cartoneo”.
Son las 10 de la mañana del jueves 26 de junio y acaba de comenzar el Tercer Censo de Personas en Situación de Calle en el Barrio Padre Carlos Mugica. La iniciativa fue organizada por Barrios de Pie, Proyecto 7, La Patria es el Otro e Irrompibles, junto a otras agrupaciones y más de 400 voluntarios. Durante los tres días siguientes, más de 700 censistas con pecheras verdes recorrieron las 15 comunas para relevar a los hombres y mujeres sin hogar en la Ciudad de Buenos Aires. Los resultados oficiales de la encuesta se darán a conocer la próxima semana. elDiarioAR acompañó en exclusiva el trabajo de relevamiento.
En la Villa 31 un viento frío recorre las casas de colores intensos construidas unas sobre otras con escaleras de caracol. Algunas tienen puertas abiertas donde se venden panificados y otras están completamente enrejadas a esta hora de la mañana cuando el barrio se pone en marcha, con ventas de frutas y verduras, puestos de sánguches, ofertas de fideos y huevos que se exhiben entre transportistas que dejan atrás a herreros, bicicleteros, carniceros, barberos, kiosqueros, reparadores diversos. La luz que proviene del cielo despejado no atenúa la baja temperatura. Por el frío extremo que comenzó ni bien llegó el invierno, oficialmente desde el gobierno porteño se solicitó llamar a la línea 108 para asistir a las personas más vulnerables.
Los censistas, militantes de Barrios de Pie, ahora vuelven a escuchar a H. Los referentes Sol Lacava, Juan Rey, Felicitas Salinas y Tatiana Casanello acompañan la entrevista. “¿En los últimos dos años aumentó la violencia contra las personas en situación de calle?”, le preguntan. H. asiente. Bajo una gorra negra, sus ojos grandes y almendrados, ligeramente caídos y vidriosos en el rostro moreno dan una expresión triste o profundamente serena, acaso por el sueño o la medicación que empezó a tomar para dejar el alcohol.
–¿Quién ejerce la violencia? –pregunta Casanello mientras Rey, que carga un bidón con mate cocido, le sirve un vaso más a la nena de H. Salinas, con una caja llena de galletitas, le acerca otro paquete.
–La policía. Siempre la policía –contesta H.–. Y los de Espacio Público, esos son re zarpados. Y ahora la gente del centro también, el otro día me sacaron a patadas, tuve que salir corriendo.
–¿Los vecinos? –le repreguntan.
–Sí, los vecinos del centro, entraron a bardearme y tuve que salir corriendo.
Con la llegada del invierno y a través de un decreto, el gobierno nacional se desligó de las personas en situación de calle –cuyo universo creció en CABA un 122% desde 2017 y un 55% entre 2022 y 2024–, y pasó a estar a cargo exclusivamente de las provincias y los municipios. Las relatorías de la ONU sobre Vivienda y Pobreza denunciaron un patrón de criminalización en las políticas de la Casa Rosada: desalojos, destrucción de pertenencias y un aumento del 2.137% en contravenciones. Las denuncias por violencia institucional crecieron un 128% en un año.
“Intento explicar que la violencia no se responde con más violencia”, apunta Florencia Fuertes, psicóloga del CAAC, el centro de atención a consumos problemáticos desde donde partieron los censistas. “Es muy complejo: hay violencia estatal, criminalización, y una sociedad que no los acepta”.
Para comenzar la jornada, los censistas reparten planillas, cargan mate cocido y salen del CAAC. Antes de dividir las zonas, Sol Lacava da un mensaje: remarca la importancia del censo frente a cifras oficiales distorsionadas y explica que no se difundió la fecha del relevamiento para evitar desalojos previos. Minutos después, el grupo se encuentra con H., el primer entrevistado, que ahora mastica una galletita mientras Tatiana formula la siguiente pregunta:
–¿Qué pensás que te ayudaría a salir de la situación de calle? ¿Trabajo, vivienda, tener un motivo, volver a tu casa, un subsidio, superar un consumo?
–Un trabajo. Por supuesto que un trabajo –responde H. Es de Tucumán, pero vivió casi toda su vida en Capital. Terminó la primaria.
–¿Y el consumo? –pregunta Tatiana, cerrando la encuesta.
–Si tengo trabajo, ¿para qué voy a consumir? –reflexiona H. y cuenta que recientemente le entregaron los análisis clínicos: “Ni tuberculosis tengo”, celebra.
El relevamiento de personas en situación de calle se realizó con un protocolo riguroso: las entrevistas duran unos 20 minutos y, si no pueden concretarse, se registran características del entorno y la vestimenta para evitar duplicaciones. Los datos se cargan en una aplicación que descarta observaciones repetidas. Los equipos fueron capacitados para abordar con cuidado, evitando intervenir si la persona está dormida, en ranchada o bajo efectos de sustancias. En esos casos, solo se la registra como un número.
Aunque los resultados aún no están procesados, los primeros relevamientos indican un notable aumento de personas en situación de calle durante el último año, muchas de ellas con estudios, profesiones u oficios, y sin consumos problemáticos. Se observa una fuerte presencia de personas mayores y casos donde los problemas de salud mental son centrales, pero sin acceso al sistema de salud. Las denuncias por violencia institucional también se repiten: en varios barrios se señala a agentes de Espacio Público como responsable de desalojos y hostigamientos, lo que empuja a muchas personas a refugiarse en los barrios populares.
“Fijate, acá en la villa, que está lleno de personas durmiendo en la calle. De la gente que camina, te podés dar cuenta quiénes no tienen hogar porque cargan bolsas y por cierto aspecto desaliñado. En el último año, en los barrios se triplicó la gente en situación de calle. Es porque el gobierno los desaloja de la Ciudad, los barre, para que no se vean; pero acá están”, dice Sol Lacava, referente de Barrios de Pie, que sabe de lo que habla: vivió un año y medio en la calle, precisamente en Chacarita. Madre de cuatro hijos, hoy coordina el Tercer Censo y conoce los casos más extremos.
“Cuando caés en la calle, al principio sentís que todos te miran. A la semana, sos un árbol, parte del pavimento. El mundo gira y vos quedás afuera. Te angustiás, te deprimís, te enojás con todo: con la sociedad, con Dios. Tu aspecto cambia y ya ni te dejan entrar al baño. Después viene lo peor: te acostumbrás. La calle se vuelve tu casa. Conseguís comida y volvés a la calle. Te tomás un colectivo y volvés a la calle”, completa Lacava.
Ahora el grupo de censistas avanza, se encuentran con una mujer y un hombre que no quieren ser entrevistados, consumiendo pasta base en una esquina. Registran el lugar, las pertenencias y vestimenta: calza negra, campera marrón. Entonces se dirigen al “Paredón”, sobre la calle Colibrí, una zona solitaria y fronteriza dividida por un largo tapial verde de tres metros de alto donde el viento se siente más que en cualquier otro sitio y suelen estar “los más finos”, dice Felicitas. “Acá están los más picantes”, aclara.
“¿Querés algo calentito?”, ofrece Felicitas a una joven de 25 años temblando, sentada en la calle de tierra frente al Paredón. Recibe una negativa de respuesta. “¿Segura? Tomate un mate cocido, nena, acá tenemos unas galletitas”.
Nacida en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, y radicada hace 15 años en Retiro, Felicitas es la puerta de entrada al barrio, en el que todos la conocen y saludan. Con cierta incertidumbre, B. accede a dar la encuesta. “No sé, caí en la porquería y por problemas de familia”, contesta cuando le preguntan por qué no tiene hogar.
“Hacemos todas estas preguntas, entre otras cosas, para derribar ese concepto que tiene mucha gente de que muchas personas eligen estar en la calle”, explica Lacava. “La calle no es un lugar para vivir, mucho menos para morir”.
Bajo el puente Avellaneda, el tren despierta a L., acostado en un colchón, debajo de una fina frazada. Usa un bolso de almohada, al lado del cual hay una manzana mordida. El joven recibe mate cocido, galletitas y acepta la entrevista. Tatiana se sienta, le habla. L. se pone de costado y la observa. Moja una galletita en el mate y la deshace en la boca: casi no le quedan dientes. Otro muchacho, que no quiere ser entrevistado, se acerca a escuchar y desayunar. Hace una mueca.
–Yo soy el psicólogo de todos estos –lanza–. Los escucho y aconsejo, pero no me hacen caso.
Todos ríen. Los censistas le muestran la ubicación del CAAC, donde atiende Florencia, la psicóloga.
–¿También hay para comer? –pregunta L. desde el colchón.
A medida que avanza la mañana, más personas se acercan en busca de algo caliente. Algunos vienen descalzos, otros con frazadas. De lejos, otro simpático bromista sin hogar pide que le lleven el mate cocido “a domicilio”. Luego se acerca y señala una gigantografía de Adidas delante de unos altos hoteles de lujo, donde se ve la fotografía de un hombre de belleza hegemónica.
–Así era yo cuando me afeitaba –se jacta.
Otro, en remera, pregunta por paradores en Villa Lugano: “Mis hermanos se fueron para allá y también están en la calle”. Exageradamente educados y lúcidos, desayunan junto a los censistas y cuentan sus historias.
“Estar en la calle es el último escalón. Para que eso ocurra, antes se pulverizaron todas las instancias”, dice Lacava, quien recuerda con cariño a un excombatiente de Malvinas que supo cuidarla de los peligros de la calle durante su estadía en el asfalto. “Hacer el censo es una experiencia que te atraviesa, de mucha emoción, de gente que necesita que la escuchen. Hay tantas historias de personas que están rotas. Pero hacer el censo con este frío es terrible, porque una se va con la sensación de no saber si esa persona va a estar viva al día siguiente…”.
Lacava se conmueve, ingresa a un terreno más oscuro. Hace una pausa y elige abrir otra puerta, impregnarse del insumo fundamental que sostiene a cualquier militante de base para seguir caminando los barrios: el optimismo. “Sin embargo”, dice mirando una planilla desde su celular, “para este censo se anotaron más de 400 voluntarios; es decir, todavía hay mucha empatía”.
LN/MC
A través de un posteo en la red social X, Cristina salió a respaldar a la dirigente y a cuestionar la vara del oficialismo frente a las protestas sociales.
La expresidenta Cristina Kirchner volvió a aparecer públicamente con un mensaje contundente contra el presidente Javier Milei, tras la detención de Eva Mieri, concejala de Quilmes y presidenta del bloque del Partido Justicialista, acusada de participar del ataque a la casa del diputado nacional José Luis Espert.
“Che Milei… ‘Libertario’ de los ricos. ¿Te acordás cuando posteabas la foto de los manifestantes franceses, identificados como ‘los chalecos amarillos’, tirando camiones de bosta en las oficinas públicas de Francia y decías, textualmente… ‘HERMOSA INICIATIVA’?”, escribió la exmandataria.
En un tono desafiante, añadió: “Fijate hermano y borrá el posteo… porque con los manuales de procedimiento de Bullrich y Arroyo Salgado, te van a meter en cana por apología del delito”.
Cristina cerró su publicación con una exigencia directa: “P/D: Liberen al pibe y a las pibas, cachivaches”, en alusión a los demás militantes detenidos durante los allanamientos realizados en Quilmes y en otras localidades del conurbano bonaerense.
Mieri fue arrestada en el marco de una investigación que dirige la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, por su presunta participación en el ataque contra el domicilio del economista liberal y actual legislador, José Luis Espert. Además de la concejala, fueron detenidas otras tres personas, militantes de La Cámpora, una de las cuales estaría vinculada directamente a uno de los vehículos usados durante el hecho.
Los procedimientos incluyeron allanamientos en el edificio municipal de Quilmes y en domicilios de Florida, Villa Martelli e Ingeniero Maschwitz.
En redes sociales volvieron a circular imágenes de la inauguración en 2023 del gasoducto Perito Moreno (ex Néstor Kirchner) asegurando que fue una "escena" y que nunca funcionó. Pero reportes oficiales muestran que funciona desde el 5 de agosto de 2023 y continúa operativo a la fecha de esta publicación.
“Se acuerdan cuando simularon inaugurar el gasoducto Néstor Kirchner y el caño no iba a ningún lado. Que nefastos”, dice una publicación en X con una fotografía del expresidente Alberto Fernández y la exvicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, junto a la válvula de una cañería. “Así que no hay gas? Mira vos.... Nunca olviden que Alberto y Cristina montaron un escenario para hacerles creer que inauguraban el gasoducto Néstor Kirchner, y luego lo desarmaron. Memoria”, asegura otro mensaje en Instagram acompañado de un video que muestra a un grupo de obreros junto a un tubo, mientras se escucha “están desarmando lo que ayer Cristina inauguró”.
El presidente Javier Milei republicó en X un contenido similar que también circula en Facebook.
El país enfrenta un invierno con temperaturas récord que llevaron al gobierno de Milei a suspender el suministro de gas a industrias y estaciones de servicio el 2 de julio, con el fin de garantizar el abastecimiento en los hogares. Además, eliminó los precios de referencia de las garrafas de gas licuado de petróleo (GLP), argumentando que la libre fijación de precios contribuye a un mercado más sano.
Este viernes se normalizó el sistema de transporte de gas y el Ejecutivo levantó las restricciones. En este contexto, volvieron a circular contenidos desinformativos (1, 2), anteriormente verificados por Reverso —alianza coordinada por la AFP y Chequeado— vinculados al Gasoducto Perito Francisco Pascacio Moreno (GPFM), antes llamado Presidente Néstor Kirchner (GPNK).
El GPFM transporta gas natural desde los yacimientos de Vaca Muerta, en la provincia de Neuquén (sudoeste), hacia distintos centros de consumo. Tiene dos plantas compresoras de gas, ubicadas en los distritos de Tratayén (Neuquén) y Salliqueló (provincia de Buenos Aires). El 9 de julio de 2023 se inauguró el primer tramo en Salliqueló, con más de 500 kilómetros de extensión, para aumentar la capacidad de transporte de gas. Allí, el entonces presidente Alberto Fernández, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el ministro de Economía y precandidato presidencial Sergio Massa accionaron manualmente una válvula de operación.
Algunos usuarios comparten fotografías de ese acto, incluyendo una en la que se observa un tramo de caño aparentemente aislado, para afirmar que el gasoducto “no lleva a ningún lado” y que los funcionarios inauguraron falsamente la obra.
Pero lo que comparten las publicaciones es una imagen parcial del trazado del ducto.
En una secuencia de publicaciones hechas el 10 de julio de 2023 en X por la empresa estatal Energía Argentina, a cargo de la construcción de la obra, se adjunta una foto que muestra la interconexión de ese gasoducto, que transporta gas desde Vaca Muerta, con el gasoducto Neuba II, hacia el Gran Buenos Aires, informaron en julio de 2023 a Chequeado fuentes oficiales y especialistas.
Junto a la foto de la obra, Energía Argentina señaló que la mayor parte del gasoducto se encuentra enterrado, y que la estructura visible se denomina “instalaciones de superficie”.
En ese entonces, Horacio Mizrahi, del área de Prensa de Energía Argentina, indicó a la AFP que la apertura realizada por el mandatario fue “simbólica”, dado que “la válvula que opera un caño que transporta gas a muy alta presión solo la abre personal técnico que opera el gasoducto”.
Eduardo Oreste, especialista en Transporte de Energía y exasesor del Ministerio de Energía durante la gestión de Mauricio Macri (2015-2019), confirmó a Chequeado que lo que se ve en las publicaciones virales es la trampa de scraper o “chancho inteligente”, un dispositivo que limpia los ductos desde una trampa de lanzamiento hasta una receptora, y aseguró que la válvula utilizada en el acto sirve para operar ese mecanismo de seguridad.
Tras la inauguración, se desmontó la válvula usada en la ceremonia y se colocó la definitiva, lo que requirió retirar el cabezal del scraper. Esto es lo que evidencia un video compartido por otros usuarios donde aparece un operario de la empresa Lusalco SA.
Un informe del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) indica que el 5 de agosto de 2023 comenzó el traslado de gas desde Salliqueló hasta el Área Metropolitana de Buenos Aires a través del gasoducto Neuba II.
Según los reportes diarios, el ducto está en funcionamiento a la fecha de publicación de esta nota. Lo mismo confirmó a la AFP la Secretaría de Energía de la Nación.
Víctor Bronstein, director del Centro de Estudios de Energía, Política y Sociedad (CEEPYS), confirmó a AFP Factual que el gasoducto Perito Moreno (antes GPNK) se encuentra funcionando, aunque con alrededor del 80% de su capacidad máxima, debido a la ola de frío.
Esta nota es parte de Reverso, el proyecto cívico periodístico colaborativo coordinado por Chequeado y AFP para intensificar la lucha contra la desinformación durante las campañas electorales en Argentina.
Las vías de contacto para sumarse son:
por correo a info@chequeado.com.
Autores: Agustín Bagnasco y Sofía Barragán (AFP Factual)
Primer editor: Manuela Silva (AFP Factual)
Segundo editor: Manuel Tarricone (Chequeado)
El diputado socialista es un reconocido activista por los derechos LGBTIQ+ y blanco de ataques homofobicos desde diferentes estamentos del poder. En esta columna señala porqué, en nombre de la “libertad”, el gobierno de Javier Milei impulsa un proyecto que restringe derechos, instala el odio y persigue a quienes piensan distinto.
Repudio transversal en Diputados contra “La Misa”, el programa del Gordo Dan: “Es discurso de odio”
Desde el inicio de la administración libertaria el Presidente Javier Milei y su tropilla digital se dedicaron a hostigar, acosar y perseguir a cualquier sector que pudiera representar una amenaza de oposición o resistencia ante la idea de la “batalla cultural” y el discurso único.
Es que en su formulación el proyecto Mileista no se agotaba en la dolarización o la dinamita al Banco Central. Representaba también la faceta de un cambio social profundo en el país a tono con los proyectos de similar calaña en la región y el mundo.
El combate al “marxismo cultural” (en palabras del gurú Agustín Laje) incluye en la Argentina de Milei, el Salvador de Bukele, el Brasil de Bolsonaro, la Hungría de Orban o el Estados Unidos de Trump, la necesaria restitución de los “valores tradicionales”.
Sin “Dios, patria y familia” no hay paraíso. Y es por ello que en una operación constante se cuestionan todos y cada uno de los avances en materia de derechos y libertades conquistados especialmente tras la recuperación democrática de 1983.
Paradójico, ¿no? O no tanto. Parece que el proyecto de la “libertad” se construye restringiendo libertades individuales, cuestionando proyectos de vida y persiguiendo a quien piensa distinto.
En lo personal me tocó aprenderlo desde muy temprano. Apenas asumido como Diputado Nacional tuve claro que el proyecto mileista nos llevaba a un callejón de odio y estancamiento, justamente en el sentido contrario al que necesitaba el país para salir de la profunda crisis en la que nos encontrábamos.
Por eso alcé la voz contra el DNU 70/23 en un tórrido diciembre. Y con enorme convicción voté en contra de la ley Bases.
Allí comenzaron los ataques digitales. Una campaña orquestada y validada por el Ejecutivo a través de la Oficina de Presidencia de la República Argentina (OPRA). Un escrache a cielo abierto por “zurdo” y “narcosocialista”.
Sin dudas el proyecto presentado para develar qué había detrás de la OPRA y las decisiones gubernamentales publicadas a través de una cuenta fantasma controlada por Santiago Caputo, me valió la enemistad libertaria. Que en cuanto detectó que no sólo era socialista sino maricón, viró los ataques hacia el terreno de lo previsible: vincular mi orientación sexual con la pedofilia, el delito más aberrante que alguien podría cometer.
Pedófilo y tenedor de “pornografía infantil”. Ese era el señalamiento que se dejaba ver detrás de las amenazas de inminentes “allanamientos para secuestrar discos duros y pen drives”. Operativos a veces anunciados y otras veces reclamados a las autoridades. Esas amenazas y ataques pasaron a ser parte de la “normalidad”.
Y llegó el discurso de Davos y una nueva asociación homofóbica, pero en ese caso en palabras del Presidente Milei.
El repudio social, casi unánime, y la enorme marcha del 1 de febrero llevaron al coro oficialista a decir que Milei no había dicho lo que dijo. Que se lo había mal interpretado.
El ataque del que soy objeto hace más de una semana, y que tuvo su punto más alto en la “misa” libertaria, confirmó que nada se interpretó mal. Que Milei y sus seguidores piensan lo que dicen, y lo que sienten.
Después de más de un año de ataques llegó el momento de decir basta, hasta acá. No por mí, que tengo una banca y espacios en los cuales defenderme. Sino por cada piba o pibe, por cada persona del colectivo LGBTIQ+ que hoy está llegando al club, a la escuela, a la universidad o regresando a su casa y quizá se enfrente a la mirada prejuiciosa de alguien –tal vez un ser querido– que se esté preguntando íntimamente, ¿Será cierto eso que se dice?
EP/MG